16 de junio 2023
En la madrugada del viernes 9 de junio, en un simulacro de juicio en los tribunales de justicia de la dictadura de Daniel Ortega, el periodista Víctor Ticay, corresponsal del Canal 10 en el municipio de Nandaime, fue declarado culpable por los supuestos delitos de “conspiración en menoscabo contra la soberanía nacional” y “propagación de noticias falsas”.
Ticay fue detenido el jueves 6 de abril luego de brindar cobertura a la tradicional procesión religiosa del Señor de La Reseña el miércoles santo, durante las festividades de la Semana Santa. Las imágenes de la procesión, en la que los promesantes se están congregando para desfilar y luego huyen del asedio policial, fueron transmitidas en un Facebook Live de su cuenta personal llamada La Portada, en un video de 25 minutos de duración. Pero según la Policía, la Fiscalía y los jueces de la dictadura, esas imágenes de una procesión religiosa, constituyen un grave delito contra la soberanía nacional; y peor aún, divulgarlas en una red social equivale al delito de diseminar falsas noticias con el fin de provocar la “zozobra y la desestabilización del país”.
Al día siguiente de que Víctor Ticay divulgó las imágenes de la procesión, la Policía llegó a su casa, decomisó su celular y lo secuestró. El periodista permaneció preso durante más de dos meses en la delegación policial del Distrito III, en Managua, sin que se presentara una acusación, hasta que fue declarado culpable de un delito fabricado en un juicio realizado en secreto, y ahora se encuentra preso en la cárcel Modelo, esperando la sentencia condenatoria del juez que podría imponerle de ocho a trece años de cárcel.
Este último crimen contra la libertad de prensa en Nicaragua revela la degradación de una dictadura que pretende criminalizar el ejercicio del periodismo con el fin de infundir el miedo, e imponer el silencio y la censura. Sin embargo, al exhibir la extrema debilidad política de un régimen que prohíbe la difusión de una procesión religiosa, Daniel Ortega y Rosario Murillo están alienando su influencia entre su propia base política. Porque cada día son más los funcionarios públicos y partidarios del Frente Sandinista, que abandonan a un Gobierno que no les ofrece ninguna solución ante la grave crisis que vivimos los nicaragüenses. Y cada día, son más los ciudadanos, de todos los sectores sociales y económicos, que se suman en silencio a una demanda de cambio político, con democratización y justicia y con plena libertad de prensa y libertad de expresión.
Ortega y Murillo están cada vez más solos, aferrados a su ánimo de venganza contra los presos políticos, a los que nunca pudieron arrebatarles su libertad de conciencia en la cárcel, y ahora los castigan con la confiscación ilegal de sus bienes y propiedades. Al perpetrar este crimen contra la libertad de prensa que los exhibe ante el mundo como una dictadura totalitaria, también están reconociendo que nunca han podido callar a la prensa independiente que sigue investigando y contando la verdad desde el exilio. La declaración de culpabilidad del periodista Víctor Ticay, es un llamado a la prensa internacional, para seguir informando sobre Nicaragua, y unirnos en una condena mundial a la dictadura hasta que Nicaragua recupere plenamente la libertad.