22 de octubre 2019
Acierto: acción y efecto de acertar; destreza, habilidad; cordura, tino. La familia gobernante solo tiene la acción y el efecto de acertar medidas contra los intereses populares, destreza para manejar a su Policía en la ejecución de sus medidas represivas; habilidad en sus negocios con el Estado; la cordura es su ilustre desconocida, pero eso sí… ¡la familia tiene su Tino!
Acitronar: es el más raro verbo que encontré, pero tiene el significado más rutinario en la cocina de un hogar (y menos frecuente en la cocina de los hogares pobres): freír vegetales como la cebolla y el ajo antes de agregar la carne.
Aclamar: dar voces una multitud para mostrar su aprobación o afinidad a alguien… ¡siempre que no sea en Masaya ni esté presente el comisionado Avellán, porque entonces… ¡las voces de la multitud se convierten en el verbo abuchear!
Aclimatar: acostumbrarse un ser vivo a un clima, a una situación o a un ambiente; también los seres muy “vivos” se aclimatan a vivir en las alturas del poder político para disfrutar del poder económico, un lugar distinto al lugar de su origen. Para mayor abundancia de datos, consultar en El Carmen S.A. (no preguntar por Sus Altezas, porque S.A. significa Sus Aclimatados).
Acoger: recibir a una persona en un lugar que le sirva de refugio; dar protección o amparo; aceptar, aprobar. Todo lo que les da el gobierno de Costa Rica a miles de nicaragüenses que allá se refugian capeándose de la cárcel o la muerte, para salvar sus vidas… ¡pero es una acogida sin comida y sin techo!
Acollarar: unir a dos personas o a dos cosas; pretensión de los dictadores, que quieren unir por el cuello, como a los animales, a sus adversarios políticos.
Acomodar: un verbo para descansar; poner a una persona o cosa en un lugar (aquí son dos las personas las acomodadas en el poder); enchufar, colocar a alguien (aquí son muchísimos) en un cargo público por medio de influencias. Su perverso e imposible sinónimo: es… ¡avenirse a la pobreza!
Acompañar: en la pobreza, vivir sin trabajo o con bajos salarios; estar o luchar junto con alguien en la misma o en parecida situación; estar en una casa al mismo tiempo que otra persona, igualmente jodida. Las otras acepciones de acompañar: hacer compañía, comer, compartir, beber, robar con otras personas al mismo tiempo, está en la otra cara de la misma moneda social.
Acoquinar: acostumbrar a un hábito degradante; acobardar; amilanar a una persona, a una colectividad o a un pueblo, o sea, el mal hábito de los dictadores que han hecho de todo, pero inútilmente, con la pretensión de acoquinarlos a todos bajo su autoritarismo.
Acordar: resolver un conflicto entre varias personas o comunidades; buscar la armonía por medio de un acuerdo, pero cuando uno de los firmantes lo hace con la guatusa en la bolsa, es señal de que nunca lo cumplirá. Ahí están los acuerdos de marzo, incumplidos por la dictadura, mientras la libertad de movilización y el desbloqueo del papel del diario La Prensa duermen en la bolsa del dictador junto a su guatusa, y El Nuevo Diario duerme el sueño de los justos… ¡muerto por la guatusa de los injustos!
Acorralar: encerrar el ganado en el corral; rodear a alguien para evitar que escape; tratar de confundirlo con preguntas maliciosas; en fin, lo que hace una dictadura con sus compatriotas: los reduce a la condición de ganado, los apresa y, con ellos ya acorralados, les hacen preguntas maliciosas… ¡con la perversa intención de criminalizarlos!
Acosar: perseguir sin dar tregua; importunar; molestar hasta la fatiga, seguido del secuestro o la agresión, función innoble de guardias, paramilitares y sapos del régimen contra los excarcelados principalmente, aunque, para mayor perversidad, acosan a sus respectivas familias. Pese a todo, el viernes pasado, a los guardias, no les valió su acoso contra quienes, al contrario de sus amos Ortega-Murillo… ¡conocen y practican el principio humano de la solidaridad!
Acrecentar: el tamaño o la cantidad del capital familiar desde el poder, pero no hacen lo mismo con la calidad y la cantidad de los servicios sociales ni las posibilidades de que todos los nicas gocen de sus libertades políticas; sin embargo… acrecientan la represión.
Acreditar: demostrar la verdad o la autenticidad de algo; autorizar mediante un documento; abrir un crédito por medio de una carta credencial; alcanzar crédito y reputación, algo imposible de concederles a los gobernantes y sus lacayos.
Acribillar: ¡eso sí!, les resulta de fácil ejecución: hacer muchos agujeros y heridas en los cuerpos indefensos a balazo limpio con resultados sucios, para lo cual requieren estar armado (y ser un desalmado también), tener poder político, una perversión a la medida de su mala causa, y una impunidad garantizada… ¡mientras sigan armados y desalmados!
Acrimonia: aspereza en el lenguaje; acritud, algo propio de guardias, paramilitares y sapos en momentos que ejecutan su represión, aunque, con dificultad, lo traducen todo en paredes de las casas de los opositores, como: “plomo”, “terrorista”, “te vamos a matar”, “te vijilamos (sic) golpista”. Eso sí, nada de frases largas, solo gruñidos a lo gorila.
Acróbata: quien practica ejercicios gimnásticos en la política; el político que cruza con facilidad y sin pudor, de un partido a otro, y limpian las botas a quien mejor se lo pague (en la chanchera hay varios ejemplares, pero entre quienes más saltos ha dado en su vida, según testigos, es un tal Navarro).
Acrofobia: temor patológico a las alturas, pero esto no obsta para quienes, además, de que les encanta estar en las alturas del poder, en términos de gobernanza, siempre andan actuando en las bajuras y con bajezas.
Acróstico: composición pretendidamente poética, en la cual las letras iniciales de los versos –leídos de arriba hacia abajo— forman un nombre. Por ejemplo:
D ictador ambicioso y, desde mucho
A ntes, un autoritario caudillo contra
N uestro pueblo, al que oprime. No tiene
I deales ni principios, muchos menos
E mpatía con todos los sectores sociales,
L os cuales rechazan sus esópicos cuentos políticos.
Actitud: (buena o mala) La mala: disposición de ánimo expresada exteriormente por los dictadores, con tal de no ceder a los reclamos de libertad, derechos democráticos y humanos que les han secuestrado al pueblo nicaragüense. La buena: aún no se asoma.
Activar: avivar, acelerar; poner en actividad un mecanismo o un sistema. Las primeras acepciones, las activan cualquiera, pero el mecanismo represivo y el sistema dictatorial solo lo hacen, los Ortega-Murillo desde el 2007, quienes los amplían desde el 18/04/18, con crueldades, mentiras e hipocresía. Todo, según la santa inquisición, lo que pretenden justificar a través de medios modernos. ¡Lo demás, solo lo han actualizado!
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