19 de abril 2016
Nicaragua, a diferencia de otros países de la Región ha usado de forma desmedida en las últimas décadas sus reservas subterráneas de agua, paralelamente ha contaminado las fuentes superficiales y destruido aceleradamente los bosques, dando como resultado la pérdida de los cuerpos hídricos y el deterioro de sus suelos. Este escenario se agrava frente a las recurrentes sequías asociadas al fenómeno del niño, a la ausencia de políticas educativas y forestales para conservar los recursos hídricos y a la negligencia de autoridades nacionales y municipales que subordinan sus competencias a intereses de grupos económicos allegados al gobierno de turno.
Las grandes víctimas del previsible desastre ambiental, millones de familias urbanas y rurales que carecen del agua para consumo humano en cantidad y calidad suficiente; la seguridad alimentaria de la población y la reducción o desaparición de especímenes de la fauna y flora en nuestros ecosistemas. Para intentar revertir parte de los graves daños causados es necesario actuar con responsabilidad y celeridad a fin de recuperar algunas condiciones que nos permitan volver a tener agua:
1.- Detener de inmediato TODAS las actividades de corte de madera, licitas e ilícitas, industriales y destinadas a combustibles (uso leña). Vender a bajo costo cocinas y gas a sectores de bajos ingresos. Proteger Bosawas, Indio Maíz y otras reservas.
2.-Construir a corto plazo diversas obras destinadas a la infiltración de las aguas de lluvia a fin de recargar las reservas subterráneas especialmente en zonas clave donde existen pozos o campos de pozos en el ámbito urbano y rural. Obras que posibiliten formar cuerpos superficiales de agua (embalses, reservorios, presas), destinados a la seguridad alimentaria y a la pequeña producción agropecuaria.
3.-Limpiar de desechos y sedimentos ríos, embalses y lagunas que son fuentes de agua potable, canalizando aguas a mejorar sus caudales. Prohibir la extracción de arena y piedra bolón del lecho de todos los ríos y quebradas. Sancionar severamente las formas de contaminación de los cuerpos de agua.
4.-Aprobar con carácter de emergencia un canon transitorio para el uso del agua en actividades productivas (agro exportación, industrias y sector de servicios), que aún no disponen de normativas para pagar el agua, definiendo un monto superior a la tarifa que pagan los asentamientos por metro cúbico, a fin de poder financiar parcialmente obras ambientales de recarga del acuífero. Limitar a un año el plazo para aprobar la Ley de Cánones, mandato de la Ley de Aguas Nacionales 620, y tema que el gobierno y sector privado siempre evaden. Debería haberse aprobado desde 2008.
5.-Que todos los municipios estudien y seleccionen las fuentes de agua que serán destinadas al consumo humano a nivel urbano y rural y ejecuten los planes de conservación, recuperación o construcción de éstas como prioridad impostergable.
6.-Reforestar de forma planificada con plantas nativas o similares áreas clave para mejorar el estado de las fuentes de agua, superficiales y subterráneas. Las alcaldías deben establecer nuevamente los viveros con plantas afines al hábitat de cada localidad, ponerlos a disposición de las comunidades y contratar guardabosques donde aún existan recursos forestales que deben protegerse de los depredadores.
7.-Hacer inspección rigurosa a las plantas de tratamiento de aguas servidas construidos por las urbanizaciones, villas y repartos en las áreas de recarga del acuífero, en especial la Sub Cuenca III de Managua, que alberga la principal reserva de agua en la capital y además del riesgo de contaminarse está deforestada e impermeabilizada. Realizar los cambios técnicos necesarios y desde el Gobierno construir la colectora Y (planificada para 2010) que trasladaría las aguas residuales desde Ticuantepe hacia la Planta de Tratamiento de Aguas Servidas de Managua.
8.-Actualizar en el menor plazo posible el Balance Hídrico de las cuencas y subcuencas que alojan fuentes de agua subterránea para localidades urbanas y semi urbanas, a fin de determinar los volúmenes de agua disponible, su calidad y grado de vulnerabilidad. Regular así las prioridades en el uso (consumo humano, riego, industria, etc) y definir las restricciones que correspondan. Establecer los métodos ahorradores de agua que obligatoriamente deben observar los diversos tipos de usuarios.
9.-Implementar un intenso y efectivo plan educativo por medios estatales y privados, sistema educativo formal e informal, que oriente a la población urbana y rural, actores económicos (industria, comercio, servicios) sobre cambio de hábitos en el manejo de los desechos (basura) y residuos líquidos, higiene ambiental, acerca de la conservación de las fuentes de agua y prácticas productivas que deben adoptarse.
10.-Asegurar que las empresas de agua a nivel de todo el país reduzcan de forma relevante las pérdidas técnicas de agua causadas fugas y deterioro en las redes de distribución por falta del adecuado mantenimiento.
11.-Organizar la discusión local y nacional, con todos los actores, sobre la estrategia de conservación de los recursos hídricos y Plan de Gestión de las fuentes de agua para el consumo humano y seguridad alimentaria. Cada comunidad y ciudad debe conocer a corto plazo qué fuentes de agua le corresponden y cómo se deben proteger.
12.- Elevar de forma sustantiva las inversiones en protección de las fuentes de agua y asignar al Ejército Nacional la construcción de obras de ingeniería para retención e infiltración de aguas de lluvia.