9 de abril 2020
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El coronavirus llegó a México casi el mismo día que al Ecuador, los Gobiernos sin embargo lo recibieron de formas muy diferentes. Mientras el inmenso país azteca tomó la llegada del virus de forma relajada, incluso alentando las actividades públicas, el mandatario ecuatoriano decretó cuarentena, cierre de colegios, universidades y de toda actividad económica no indispensable. Un mes después México reportó 1300 casos mientras el Ecuador lamentaba tener 3200 personas infectadas. La contradicción que salta a primera vista con estos resultados tiene el nombre de una ciudad.
Guayaquil y las pequeñas ciudades de su periferia metropolitana aportan el 70% de los casos afectados al Ecuador. La provincia de Guayas cuya capital es Guayaquil registra 2300 casos. El primer infectado se presentó en la ciudad de Guayaquil y revela información muy importante.
Una dama de 70 años es el primer caso del Ecuador, lo reporta el Gobierno el 28 de febrero, la señora residía en España y como todos los años venía a pasar los mejores meses en su ciudad natal. El presidente Lenin Moreno asume todos los protocolos de la OMS. Las medidas que aparentan ser oportunas van sin que nadie lo pueda saber, con un mes de retraso. La señora que supuestamente fue la primera en llevar el coronavirus a Guayaquil arribó el 14 de febrero en un Airbus 330 directo desde Madrid con al menos 300 acompañantes. A partir de esa fecha aterrizaron en Guayaquil 18 vuelos directos de Iberia cumpliendo sus itinerarios los lunes, miércoles, viernes y domingo. Los vuelos dejan de ingresar el 15 de marzo por decreto del presidente Moreno. La capacidad de todos estos vuelos supera los 5000 pasajeros procedentes de España. La información que aporta esta conexión directa con Madrid podría explicar la invasión del virus en Guayaquil, pero no es suficiente.
La ciudad de Quito también recibe tres vuelos semanales procedentes directamente de Madrid, los superaviones Airbus aterrizaron en la ciudad capital hasta el 15 de marzo. Los resultados, 321 casos en toda la provincia de Pichincha cuya capital es Quito. Dos ciudades invadidas durante semanas por naves europeas con afectaciones completamente distintas. Hace un siglo dos ciudades en Estados Unidos fueron sometidas por otra pandemia, la gripe española. En 1918 Filadelfia donde se celebraba en las calles el fin de la guerra se sepultaron a 12 000 personas por esta peste mientras que en San Luis imponiendo cuarentena a tan solo a 700. La historia de estas ciudades estadounidenses invita a analizar las acciones concretas de las dos grandes urbes ecuatorianas.
En Quito, el 25 de enero la alcaldía inicia campaña de medios con medidas de prevención y el mensaje de no acudir a los hospitales para no colapsar el sistema. Se solicita reportar a un número de emergencia los casos sospechosos y brigadas ambulantes salen para aplicar los protocolos. El primero de febrero el alcalde Jorge Yunda convocó sesión de emergencia para constituir comisiones de trabajo con policías, militares, instituciones de la salud, inclusión social, educación, transporte terrestre, aeronáutica civil y del aeropuerto de Quito. Inicia control clínico en el aeropuerto con cámaras térmica, acondiciona varios hoteles para el personal médico, así los aísla de sus familiares. Destina a la vez líneas especiales de buses para este mismo personal a quienes él llama héroes de la ciudad. En Guayaquil, al 27 de febrero pasajeros de distintos lugares del mundo se quejan en medios como EcuadorPlay y Ecuavisa que en ese aeropuerto no hay ningún tipo de control médico – Primer caso de corona virus 28 febrero Ecuador – La alcaldesa de Guayaquil Cynthia Viteri menciona el 29 de febrero por primera vez en su cuenta Twitter la palabra coronavirus y dice “Sobre esa noticia hacemos un llamado a la calma y a mantenerse informados por los canales oficiales”. El 4 de marzo la alcaldesa de Guayaquil anuncia su primera medida, “Hemos instalado en cada piso dispensadores de desinfección de manos en todas las dependencias…”. Ese mismo día anuncia que están aplicando en los hospitales “un producto que se llama Dióxido de Cloro para desinfectar las áreas tres veces por semana”. El 11 de marzo Viteri declara a los medios que el manejo del coronavirus es competencia del Gobierno central y que a pesar de eso la alcaldía está desinfectando a diario los metrovías (buses dobles unidos como acordeón). El día 14 la alcaldía en “atención a los lineamientos del Gobierno Nacional” cierra los malecones y parques y el 17 también acatando lineamientos cierra locales comerciales. Mientras tanto en Quito entre el 12 y 17 de marzo la alcaldía endurece las medidas del Gobierno nacional y entra en vigor además de la suspensión de todas las licencias de negocios el toque que queda a partir de las 2:00 p. m. con multas de $6000 dólares (moneda oficial en Ecuador).
Al frente de cada ciudad están personas muy diferentes. En Quito Jorge Yunda, un médico cirujano de profesión y empresario de la radio. Después de décadas como locutor, los buseros, policías y enfermeras conocen sus distintos tonos de voz. Serio como mandatario ordenó el toque de queda y hablando como doctor ruega que no vayan a los hospitales que son focos de infección. En Guayaquil, Cynthia Viteri una abogada y periodista optó por dejar en manos del Gobierno nacional y sus dependencias la emergencia de la pandemia. El lema de esta alcaldía costera ha sido “El peor virus es el miedo”. Las autoridades municipales se han concentrado en las funciones de limpieza de calles y desinfección de buses. Es al explotar el drama en Guayaquil que Viteri ha encontrado una función relacionada con el coronavirus, no sepultar cadáveres pues esto lo ha asumido la fuerza armada, sino repartir ataúdes de cartón y poner en las calles contenedores refrigerados.
El coronavirus impacta en nuestras debilidades, en las de cada cuerpo humano y en las de cada nación o ciudad a la que llega. Muchas de nuestras ciudades pueden llegar a ser el próximo Guayaquil o con mucha suerte otro Quito.
