25 de junio 2019
Los canales
El viejo apetito de imperios, comerciantes y políticos –o políticos comerciantes— de cruzarse el triángulo geográfico de Nicaragua del mar Caribe al mar Pacífico y viceversa, usando el Lago Cocibolca para hacer su negocio del siglo, pasó a ser el negocio fracasado de tres siglos: el XIX, el XX y el XXI.
Casi al llegar a la mitad del primero de esos siglos (el XIX), arribó a Nicaragua el diplomático norteamericano Eprhaim G. Squier, en una expedición canalera, y descubrió varias cosas:
*Las bellezas naturales de nuestro país.*A su gente y sus costumbres. *Que un tal “doctor Brown”, ya había conseguido firmar la entrega del territorio para un Canal. *La naturaleza acomplejada y entreguista del político tradicional nicaragüense…
Los acanalados
Los políticos acanalados no lo son porque tengan forma de canal, ni porque pasen por un lugar estrecho, y tampoco porque tenga estrías en sus cuerpos. La que tienen acanalada los políticos tradicionales es su alma de apátridas, siempre amorosa con cualquier extranjero que apenas les enseñan el signo del dólar gringo se bajan los pantalones y firman a ciegas el permiso para partir la patria en dos con un canal interoceánico…
El primer triste ejemplo del político acanalado y acomplejado ante cualquier chele extranjero –y padre espiritual de todos ellos— se llamó Norberto Ramírez, primer Jefe de Estado de nuestro país…
Veamos estas joyitas de su discurso apátrida, ante Squier:
”Hace tiempo Nicaragua sentía la necesidad de abrigarse bajo el esclarecido pabellón de Norte América (sic), pero no había llegado aún la hora en que el Árbitro de las Naciones debía levantarnos a tan alto grado de dicha y prosperidad”.
Confieso la vergüenza ajena que siento con solo transcribir tantas palabras serviles, pero debo seguir:
“...y antes aun de haber firmado con el doctor Brown (ciudadano de vuestra república) un tratado para la construcción de un canal ya habíamos hecho algunas gestiones ante el Gobierno americano (sic) tendiente a su feliz realización; el resultado, sin embargo, no llenó nuestras esperanzas”.
El señor Ramírez falleció junto a sus esperanzas de llegar “a tan alto grado” de entrega, pero les heredó el sueño de llegar “a tan alto grado de dicha y prosperidad” servil a los políticos apátridas como Máximo Jerez y otros libero-conservadores, quienes en 1854 –unos siete años después del encuentro Ramírez-Squier— propiciaron la incursión armada de William Walker para que les elevara al poder y desde ahí practicar su abyecta posición…
En 1914, los acanalados Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro, creyeron que realizarían las esperanzas de los Ramírez, Jerez, Vijil y otros… de vivir cobijados bajo el “esclarecido pabellón de Norte América”, y vendieron por tres millones dólares la firma del tratado canalero Chamorro-Bryan… pero dejaron al país bajo la sombra del pabellón yanqui, militarmente, durante 21 años y, políticamente… ¡hasta el día de hoy!
Somoza Debayle, fue un acanalado con suerte, porque sus amos yanquis le obsequiaron la oportunidad de parecer patriótico ante el pueblo y la historia –y para fortalecerle su poder dictatorial—le obsequiaron la oportunidad de parecer patriótico ante el pueblo, derogando el tratado Chamorro-Bryan. Lo hicieron porque ya no les servía, pero hicieron aparecer el gesto y como si hubiera sido producto de la gestión de Somoza Debayle...
El año 2013, un tataranieto espiritual del primer acanalado, Daniel Ortega, se bañó con todas las herencias apátridas acanaladas y firmó, con mucho placer y esperanzas, un tratado “tendiente a la feliz realización” del canal interoceánico con el chino Wang Ying…
Pero el “Árbitro de las Naciones” (entonces residiendo en China), tampoco lo levantó “a tan alto grado de dicha y prosperidad”… y en el reciente pasado 13 de junio del 2019… el tratado Ortega-Ying caducó y el canal sigue non nato. Pero no han caducado las netas aspiraciones apátridas de los políticos acanalados, porque la ley 840 sigue vigente...
Los canalizados
Ortega no ha dicho ni media palabra acerca de derogar la Ley 840 de la concesión canalera, algo que los campesinos reclaman desde hace seis años (2013), por lo que desde entonces se ganaron las primeras represiones, las cuales coincidieron en el tiempo con la última tanda de las represiones combinadas de muertes, cárceles y torturas, iniciada a partir del 18 de abril 2018…
Para acometer tan brutales faenas, la dictadura Ortega-Murillo puso en funciones a la Policía ex nacional –convertida en su propia guardia represiva— y junto con paramilitares (que según el Chele Grigsby son los militantes “sandinistas” armados), los canalizó por completó hasta convertirlos a todos en sus fieles esbirros defensores de su política canalera entreguista y los otros negocios que ella generaría…
Como se sabe, para hacer fluida la circulación de la sangre o del suero cuando estamos muy enfermos, se nos canalizan las venas. Eso es lo que la dictadura hizo con los miembros de su mafia: los canalizó para hacer fluir por su sangre ideas enfermas llenas de odio, fanatismo e intolerancia contra los que piensan diferente, y reprimir a muerte toda expresión libre y crítica…
¿Qué otras cosas si no el odio, la intolerancia y el fanatismo pueden animar a esos individuos, y hacerlos capaces de asesinar, perseguir, secuestrar, torturar sin piedad (o con placer) a sus semejantes, cuyas diferencias no son humanas, sino en sus maneras de pensar y actuar respecto a los problemas sociales, políticos e ideológicos, de la sociedad y la democracia?
Esos individuos, los canalizados, están enajenados de la realidad, pero no están locos. Solo tienen un modo de pensar y actuar conforme al estilo orteguista de ver el mundo, la sociedad y las personas con el ánimo destructivo y de riqueza que animan a sus implacables patronos de El Carmen. Y actúan con su sangre y su conciencia envenenadas, y en consecuencia, como verdugos autómatas…
¿Cómo y por qué pensar otra cosa de ellos, si pisotean sus propias ideas y no toman en cuenta sus propias palabras al momento de actuar?:
*Pregonan amor, pero actúan con odio rabioso contra las personas.
*Quieren el país en paz, pero perturban la paz… hasta de las misas.
*Pregonan su amor a Dios, pero actúan brutal y diabólicamente.
*Hablan a toda voz de su amnistía, pero no se olvidan de reprimir.
*Matan, aterrorizan a dolientes en los entierros y culpan a los otros.
En fin (pero no el fin de su sevicia), los orteguistas siguen actuando canalizados con mensajes subliminales y con venenosos fluidos, emitidos día por día desde sus medios de comunicación en cadena (o en rosario)… ¡amparados detrás del murillo de su falsa religiosidad…