28 de octubre 2015
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Aplastante resultado electoral en Guatemala: Jimmy Morales arrasó con cerca de 2.7 millones de votos (casi el 67.5%) frente a Sandra Torres con cerca de 1.3 millones de votos. Sin embargo, el total que acudió a las urnas fue de 4.3 millones, de un total de 7.6 millones de personas habilitadas para votar, marcando un acentuado abstencionismo de cerca de 3.3 millones de personas que no votaron (43.7%), incluso mayor al abstencionismo de la Primera Vuelta electoral (28.7%).
Es decir, hay un nuevo Presidente, pero sube al poder con cerca del 65% por ciento de la población votante, que no le dio su voto. A este hecho, se suma que el nuevo Presidente cuenta con apenas 11/158 diputados en el Congreso y prácticamente, sin ningún alcalde de su agrupación política.
La situación curiosa es que los principales partidos derrotados en las Presidenciales (Líder, con 44 diputados y UNE con 36), tienen un peso predominante en el Congreso, así como en las alcaldías. El caso de Líder es aun mas curioso, pues su…líder, Manuel Baldizón decidió renunciar a su cargo y papel dirigente y se ha retirado a Nicaragua, a hacer negocios con la familia presidencial de este país.
Este es un escenario contradictorio: puede indicar la posibilidad de un periodo de confrontaciones y mutuos bloqueos (negociaciones casuísticas de por medio) entre Ejecutivo, Congreso y alcaldías o bien, señalar las condiciones para llamar a un verdadero encuentro o convergencia nacional (el nuevo partido en el poder ejecutivo se llama, precisamente, “Fuerza de Convergencia Nacional”) entre las fuerzas vivas de Guatemala, con las posibilidades de hacer de los próximos cuatro años, un periodo de reflexión y de reconstrucción nacional, convergente e inclusiva. Esta opción, dependerá del movimiento político que “vigile” el cumplimiento de sus expectativas, al nuevo gobierno.
Si esto fuese así, ¿podrá en cuatro años re inventarse un país, reconstruirse un Estado, levantar la moral de paz, trabajo, dignidad, felicidad de todo un pueblo? Obviamente este último escenario es el que le conviene a Guatemala y a la región centroamericana misma.
Irónicamente, algunos medios llaman “cómico” al nuevo Presidente, por el trabajo con el que se ganaba la vida antes de convertirse en Presidente de la República de Guatemala. Pero quizás esa sea la búsqueda que todos los chapines anhelan para su país: re encontrarse, re inventarse, poder sonreír, poder reír a mandíbula batiente a medida que todos los sinsabores van superándose y quedando atrás.
“¿Quieres una Guatemala diferente? ¡Deja de ser indiferente!”, dijo a comienzos de año Jimmy Morales explicando su paso desde la comedia, a la política. Quizás esta sea una excelente moraleja: ¡Deja de ser indiferente! y quizás el país pueda lograr un presidente…¡de a sombrero!
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