8 de abril 2016
Estemos claros: cuando de comer un poquito más sano se trata, gran parte de las recomendaciones giran en torno a cocinar en la casa. De esta manera controlamos mejor las porciones, la calidad de los ingredientes, el tipo y cantidad de grasa con la que cocinamos; y cuánto usamos de sal o azúcar.
Esto nos obliga a andar cargando con una lonchera de comida que tenemos que calentar en la oficina.
¿Alguna vez te pasó el cuento de aquella ensalada marchita? ¿el de esa pasta con fea textura? ¿el del bistec de res que estaba duro como goma? A mí sí. Muchas veces. Por eso distribuí en Comidología, mi sitio web, algunas recetas que han sido probadas al 100% como lonchera-resistentes:
1. Aguantan bien calentarse en microondas o, en su defecto, pueden comerse frías sin problemas
2. No varían considerablemente su textura o sabor en el proceso de envasado-refrigeración-calentamiento
Para verlas, tienes dos opciones: guardar este enlace en tus favoritos o colocar la palabra “lonchera” en la barra de búsqueda de www.comidología.com.
¿Te animas a probar alguna y me cuentas cómo te va?
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Consulte el blog de la autora.