9 de febrero 2016
¿Cuándo y porqué el pueblo nicaragüense, orgulloso y valiente, dejó de marchar de frente y optó por dar marcha atrás?
¿Cuándo y porqué se pasó de la identidad apasionada a la apatía y por último al silencio y al miedo?
Lo que no consiguieron las guerras del pasado ha sido posible gracias a una paz contaminada, que mira con recelo a su alrededor, que no se fía ni de hermanos ni de compañeros, una paz individualista que, a punta de insolidaridades fomentadas desde arriba y de veladas amenazas, va minando el tejido social hasta disolver aquella identidad nacional que fue el mayor logro de la Revolución.
La revolución traicionada, hoy convertida en mercancía, nos desorienta, nos aísla y desune e impide que nos reconozcamos entre nosotros mismos. Es un zombi alimentado de egoísmo temeroso, sordo y mudo que avanza y pretende devorarnos. Como de lo que se trata es de no dejarse, quizás lo más práctico sea recurrir a los ejemplos, para vernos mejor en el espejo.
- El chofer del bus maltrata a los usuarios de palabra y los transporta como ganado: ¿Dónde está la protesta “in situ” y unánime de los usuarios?
- El vecino mira como el agua se derrama en la acera, a la vez que sufre periódicos cortes en el suministro: ¿Por qué no llama a ENACAL?
- El yogur sale malo. ¿Por qué nos da vergüenza ir al súper a reclamar?
- Te caes en el súper por culpa de un charco de agua sin señalizar ¿Por qué no denunciamos a la empresa por su irresponsabilidad social?
- Todos vemos como en nuestras calles se talan árboles a voluntad (y no me estoy refiriendo a obras de la Comuna sino al capricho de los particulares): ¿Por qué no vamos a Medio Ambiente de la Alcaldía y averiguamos si tienen permiso para cortar árboles de cincuenta años (nunca lo tienen)?
La Alcaldía gasta sus recursos limpiando los cauces y nosotros nos encargamos de llenarlos de basura al día siguiente. ¿Por qué somos tan sucios? - Resulta que la nota roja que se ensaña con los pobres bate records de audiencia en televisión. ¿Por qué quienes no comulgamos con la barbarie clasista no taqueamos de llamadas telefónicas las emisoras de radio del país para que esa sangría pare? ¿Por qué no dejamos de ver esos programas que chocan frontalmente con los valores que la civilización, e incluso el gobierno, pregonan?
- La policía nos para “por invasión de carril”. Como la defensa es permitida, podría llegar a entender que se recurra a la coima para evitarnos la multa desorbitada, pero ¿por qué a continuación no vamos y denunciamos a esos policías? Unos responderán que no sirve de nada y otros que hasta pueden echarte preso y ambos tendrán razón.
- La arbitrariedad y la doble moral están enquistadas en las Instituciones: ¿Por qué agachamos la cabeza en lugar de exigirles que hagan su trabajo eficaz y honradamente?
- Pese a la drástica bajada del precio del petróleo, los bolsillos de los nicaragüenses siguen siendo saqueados por la gasolina cara y el recibo de la luz (carísimo) ¿Dónde está la Defensoría (activa) de los Consumidores?
- Un muro mal construido se derrumba y mata a un poco de gente pobre: ¿Por qué los colegios profesionales no se pronuncian?
Sacan a reporteros del país o impiden su labor: ¿Dónde está la voz de las asociaciones o sindicatos de periodistas?
Sacan a actores del país o dificultan su acceso: ¿Dónde está el clamor del gremio de los teatristas?
Cuatro gatos (y un ratón) se manifiestan semanalmente pidiendo elecciones limpias. ¿Por qué nos escondemos como pizotes? - Las ONGs van poco a poco cerrando y el PNUD suspende varios de sus programas con Nicaragua ante la coacción de un gobierno que quiere controlar cualquier ayuda. La cooperación bilateral ya hace tiempo que claudicó. Activistas extranjeros de derechos humanos son expulsados: ¿Dónde está la respuesta de las Embajadas y los Organismos Internacionales?
- Corren de su trabajo a funcionarios capaces para sustituirlos por personal simplemente afín al partido. Sacan a obreros de las maquilas a voluntad. A multitud de trabajadores supuestamente “formales” no se les da de alta en el INSS. Hay multinacionales que pagan por debajo del salario mínimo. ¿Dónde están los sindicatos en este país? Como la respuesta es obvia, huelga que la diga yo.
Estas situaciones y muchas otras que se les ocurrirán a ustedes son los elementos que van quebrando el tejido social y la solidaridad ciudadana, que menoscaban el orgullo de nación, dando paso a la resignación, al pesimismo, a la certeza de que nada se puede cambiar porque…Nicaragua es así.
Pues no, ni Nicaragua es así, ni vamos a dar gusto a los pastores que buscan descomponernos y corrompernos, para hacer surgir el zombi nuevo.
¡No está Magdalena para tafetanes!