2 de febrero 2016
Estamos en plena campaña contra los múltiples virus que amenazan con graves enfermedades a la población. Fumigaciones varias, limpieza de patios, recogida de basura, erradicación de roedores en los mercados, entre otros, se suceden ante la llegada del famoso Zika y la endémica persistencia del Dengue y el Chikungunya, todas ellas enfermedades transmitidas por un único vector: el mosquito Aedes Aegypti.
He leído en los diarios nacionales que el Ministerio de Educación (MINED) realizará fumigaciones y desratización de las escuelas pocos días antes del inicio del año escolar. Sorprende lo tardío de dicha medida y tengo serias dudas de que ésta llegue a todos los sitios donde se requiere, lo que puede tener consecuencias nefastas.
Sabemos que el zancudo se cría en recipientes con agua acumulada alrededor del hogar y tiene capacidad para volar unos cientos de metros para poner sus huevos. Sin embargo, la acumulación de basura persiste, tanto a nivel público como privado, la población hace caso omiso de las recomendaciones que se le dan y continúa regando desperdicios que propician criaderos, esperando que lleguen las brigadas a hacerles el trabajo. Muchas municipalidades carecen de un plan ordenado y serio de recolección de basura y desechos, y estos se acumulan por todas partes. En Managua, la Alcaldía procede a la limpieza de cauces, pero apenas dan media vuelta los funcionarios, los pobladores se apresuran a rellenarlos nuevamente.
- ¿Cómo vamos a controlar la situación si nos la tomamos a broma?
- ¿Cómo se explica que el ciudadano común puede ser capaz de cerrar su casa a los fumigadores, poniendo en riesgo la salud de sus vecinos?
- ¿No hay un mecanismo para que los funcionarios que hacen la tarea de fumigar, con riesgo de su propia salud, puedan tomar nota de las casas que no cooperan y reportar a esos vecinos insolidarios al Ministerio de Salud o a la Alcaldía?
Considero que los programas para controlar el desarrollo del vector son insuficientes si no existe una campaña permanente de educación para que todos pongamos nuestro esfuerzo consciente. Nuestros niños están en riesgo por epidemias peligrosas y sin embargo mantenemos una actitud negligente y descuidada de la que hacemos gala a todos los niveles. La permanencia de estos virus entre nosotros va a depender más de la responsabilidad social y de la acción vecinal que de los buenos propósitos e iniciativas de las autoridades.
Más información sobre el virus del Zika aquí.