Maryorit Guevara | Mariana Rivas
26 de febrero 2016
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Convertirse en mamá asusta, pero existen algunos tips que todas deberíamos conocer para tranquilizarnos. Les cuento cuáles
Tracey | Flickr.com | Creative Commons
Recuerdo el momento en que el pediatra llegó al cuarto del hospital para darle de alta a Joaquín y llevarlo a casa por primera vez.
Yo,haciéndole honor a las madres psicópatas del mundo, tenía preparada una lista de como 20 preguntas que había redactado y revisado varias veces desde antes que naciera. Con iPad en mano, estaba lista para acribillar al doctor hasta con el último detalle para saber cómo cuidar a ese pescadito que no paraba de moverse desde antes de salir de la panza.
El doctor, con la paciencia propia de un hombre que ha lidiado con un montón de mamás primerizas por más de 40 años, contestó TODO lo que le pregunté y además me entregó una especie de manual básico para mantener al chavalo vivo al menos durante la primera semana.
Pasa esto aunque cuidés de tus sobrinos y tus primos menores. Nunca deja de asustar. Por lo menos yo sabía cambiar pañales y algunas otras cosas básicas que había escuchado de mi abuela, como que la manzanilla sirve para que duerma bien o que frotarle la panza con aceite de recino es bueno para los cólicos.
Pero soy honesta. No utilicé ningún remedio casero de viejita con mi hijo porque la información que encontraba en Internet sobre esas cosas se contradecía. Los casos de bebés que se habían intoxicado por tomar té de culantro o aniz me traumaron.
Tengo la suerte de haber escogido un pediatra maravilloso que me contesta el celular a cualquier hora y me responde hasta la pregunta más pendeja que pueda tener. Lo llamé al menos unas 10 veces durante la primera semana.
-Doctor, Joaquín acaba de vomitar toda la leche, ¿Le doy más o espero a que pasen 2 horas y le toque la otra pacha?
-Doctor, Joaquín hizo pupu raro, le mando foto por WhatsApp para que usted me diga si es normal o tiene diarrea.
-Doctor, andan fumigando por mi casa, ¿Dejo que fumiguen adentro o al niño le hace daño?
-Doctor, creo que tengo ácaros en la cuna, Joaquín tiene piquetes pero no son de zancudos.
Mi abuelita decía que uno solo debía tener pena para robar, así que preguntar nunca me ha dado vergüenza y menos cuando se trata de mi hijo. Yo pregunto hasta los componentes de las medicinas y para qué sirven, pregunto de TODO y eso me ayuda a estar más tranquila.
Lo ideal sería que los bebés nacieran con un manual según su personalidad, porque todos son diferentes, pero como no es así por aquí está la “Madre Lista” para sobrevivir los primeros 100 días (no logramos conseguir patrocinio de Huggies para esta entrada pero estamos abiertas a negociar :P)
Les comparto algunos consejos que me sirvieron a mí para sobrevivir los primeros 100 días:
1-Si pueden comprarse o pedir prestada una sillita mecedora o vibradora háganlo, hacen tu vida y la del bebé 100 veces más facil. Mis sobrinos y Joaquín pasaban horas durmiendo en esas jodidas sillas, y la dejé de usar porque el chavalo ya no alcanzaba.
2- De hipo no muere nadie. El hipo no les duele ni les molesta como pensamos, pregúntenle a un pediatra si no me creen. No se estresen porque al bebé le da hipo, se les pasa solo. A mi me aconsejaron “dale la chupeta para que se le quite el hipo”, lo hice. Me funcionó, no voy a mentir, pero dos años después no he logrado deschupetarlo.
3- Para los cólicos nocturnos un masaje antes de dormir puede hacer maravillas. Yo aprendí a hacerlos con este tutorial de YouTube y compré un aceite de Chicco (que por cierto tampoco pagó por publicidad) que venden en el súper.
4. A los bebés, o al menos a los que he visto de cerca les gusta que los envuelvan como burrito durante las primeras semanas, les ayuda a sentirse seguros.
5. Si le salen unos puntitos rojos en el cuerpo que parecen piquetes pequeñitos, consultá con el pediatra antes de llamar a Terminex (yo lo hice) y quemar todos los colchones de la casa, puede que sea algo llamado Eritema Tóxico del recién nacido que es 100% normal y desaparece solo.
6. Cantarles, aunque tengás la voz de Laura León (sin ofender a la señora) funciona para dormirlos. Si no se les da la cantada pueden poner musiquita suave. Joaquín escuchaba Metallica desde que estaba en la panza, pero en este mismo canal encuentran otros artistas en caso de que no sean mamás metaleras 😛
7. ¡MUY IMPORTANTE! Olvidaba el ómbligo. Éste se les va a caer si o si. No les duele cuando se les cae como pensamos y tampoco cuando se los limpiamos. Para que se les caiga más rápido hay que limpiarlo sin miedo y con bastante alcohol. El Joaquín pasó como tres semanas con el ombligo pegado porque a mi me daba horror limpiárselo, hasta que vi cómo lo hacía el pediatra, sin miedo y con ganas. Un saludo especial al Dr. César Gutierrez Quant, el mejor y más paciente de todos los pediatras :* (Recomendadísimo sin ánimos de presumir)
8. La bañada de un recién nacido da horror, no voy a mentir, pero hay que hacerlo sobre todo en esta Managua jodida que hace tanto calor. Solo no hay que paniquearse y pedir ayuda, siempre sobran manos de tías, hermanas, abuelas o mamás que nos quieran echar una mano para aprender a bañarlo y sino… pues yo me la volé a punta de tutoriales de YouTube. Solo recuerden bañarlo en un lugar cerrado donde no entre el chiflón para evitar que el bebé se vaya a resfriar. ¿Y si no le gusta bañarse y llora? Pues ni modo. Yo pasé unos dos meses con un bebé que no paraba de llorar cuando lo bañaba, hasta que un día simplemente dejó de llorar y ahora hay que pelear con él para que salga del baño.
9. Las desveladas son inevitables, al menos que seas una de las pocas mamás afortunadas que tiene un bebé que desde que nace duerme toda la noche, pero como esos son como el cometa Halley, solo queda dormir cada ratito que podás. Te vas a hartar de oír “dormí cuando el bebé duerma” pero es lo mejor que podés hacer para no convertirte en una mombie. Y no te preocupés si terminás metiendo al bebé en la cama con vos, no se malcría, está demasiado chiquito. Ya te tocará preocuparte de eso cuando tenga dos años. Lo que importa es que descancés lo más posible, y si vivís con el papá del bebé ¡que se desvele él también, que al final no lo hiciste sola y la responsabilidad es de AMBOS!
10. Despreocupate de la casa. No te matés limpiando, no vale la pena. Ahí sí les digo que aplica la ley de mínimo esfuerzo. Ya de por sí tu cuerpo queda medio chocho con el reacomodo de las hormonas y la bajada de la leche. Nada pasa si la casa no se limpia unos días y las visitas que lleguen a conocer al bebé van a entender que estás con el culo a dos manos y si no entienden pues que agarren ellos la escoba y limpien por vos. Lo que no podés olvidar es alimentarte, porque vas a necesitar fuerza para las desveladas y todo lo demás. Para eso existe la comida delivery 🙂
La verdad es que los primeros 100 días pasan volando y cuando te des cuenta vas a estar llorando en la puerta de la casa porque se te acabó el subsidio y tenés que regresar al trabajo y dejar a tu bebé. Para mi esa fue la parte más dificil y lo sigue siendo.
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Texto de Mariana Rivas. Para mayor información, consulte el blog de las autoras.
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Maryorit Guevara y Mariana Rivas son dos comunicadores y mamás insurrectas que cansadas del cliché de la madre abnegada decidieron revelarle al mundo los vaivenes de la maternidad.
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