9 de noviembre 2015
Algunas personas, especialmente cuando están atravesando alguna crisis emocional, cuentan sus tragedias a todo el mundo. Esto no es exageración, especialmente porque en estos tiempos, con el acceso a Facebook y Twitter, de verdad es a todo el mundo al que le cuentan sus penas. Esto es incorrecto.
Cada vez que encaro a un paciente con este error, tiende a negarlo. Es decir, el imprudente tiende a no darse cuenta de que lo es, sencillamente porque es una tendencia personal.
Las tendencias personales (engordar, mentir, infidelidad, enojarse, hacerse la víctima, chisme, entre otros) dejadas libres, se salen de control y se vuelven insaciables e ilimitadas y nos hacen perder la perspectiva. Por eso el imprudente no se da cuenta que lo es por sí sólo.
Especialmente incorrecto es andar contando a personas ajenas a la relación, los problemas de pareja.
Es un error contarlo a los amigos porque los amigos comparten nuestras maneras de pensar, y por tanto, en la mayoría de los asuntos nos darán la razón. Contarlo a la familia es todavía peor porque estás dañando la relación de tu pareja con tu familia y puede que la relación entre Uds. vaya y venga, se peleen y se reconcilien, pero tu familia eventualmente lo resentirá porque perciben que te hace sufrir. Contarlo a compañeros de trabajo da una imagen poco profesional y ni hablar de contarlo a desconocidos o andar publicando tus desgracias en Facebook o en Twitter. En estos casos sólo te estás exponiendo al chisme malintencionado de otros y a opiniones que no te aportan nada. Cualquiera puede aconsejarte que dejés a tu pareja por cualquier razón, sencillamente porque no es ni su vida ni su dolor.
Y entonces, ¿con quien hablarlo? Pues con tu pareja, que es la única interesada en el asunto. Si no pueden hablar, entonces busquen ayuda profesional.
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