20 de noviembre 2015
Muchas veces se toca el tema de la dependencia de algunos equipos en ciertos estandartes de su plantilla titular. Lionel Messi y Cristiano Ronaldo han sido ejemplos perfectos en los últimos años de cómo un equipo puede llegar a depender táctica y psicológicamente de un integrante. Esta temporada el escenario ha cambiado, para bien de un equipo y para el mal de otro.
El lado bueno está en los catalanes, donde la baja del argentino no ha pesado ya que han encontrado en dos figuras de primer plano mundial una brillantez que solo la opaca el delantero sudamericano cuando está en cancha. ¿Es negativo? Cada quien sabe su rol. Suarez y Neymar hacen que el barcelonismo no pida a Messi, y más bien se convierta en el hombre revulsivo que pueda darle al clásico un toque diferente. El morbo de la prensa siempre estará, pero la plantilla catalana ya sabe que con o sin Messi han mantenido una regularidad envidiable y sobre todo cuentan con individualidades capaces de resolver un partido.
En el Madrid existe algo similar pero por otras razones. Ya no se puede contar con Cristiano Ronaldo. El portugués puede aparecer o puede no aparecer. Su temporada fugaz ha hecho que los blancos dependan de la figura más emergente y sorpresiva de los últimos años: Keylor Navas. Es el portero el que ha sostenido a un equipo sólido atrás y con pegada a la ofensiva. Ante las quejas de la afición, así como de algunos miembros del equipo, es el costarricense el que debe ser un sí o sí en el once de Benitez y que hasta debería arriesgar si es necesario.
Con frecuencia los equipos no dependen de un jugador en concreto por cuestiones tácticas, sino psicológica. Luis Enrique consiguió que sus muchachos superaran eso, mientras que el Madrid sigue siendo frágil más dentro de lo futbolístico que psicológico. La ausencia de Navas en el Pizjuán se pagó caro y ya sea por fútbol o por psicología, es preocupante que sea un arquero la figura más determinante en el club conocido como ofensivo. Al final el factor confianza crecerá si el centroamericano juega, algo que será clave en el duelo más importante de la primera mitad de temporada.