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Intervenciones insólitas en Granada

¿Por qué los granadinos y su pujante sector privado no se pronuncian ante casos que afectan su Patrimonio Histórico?

Cortesía | Confidencial

Amelia Barahona

5 de diciembre 2015

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Catedral GranadaA Granada se la considera, con sobrada razón, la ciudad turística por excelencia de Nicaragua. Muchos esfuerzos públicos y privados están enfocados en su Puesta en Valor y desarrollo como un sólido atractivo cultural-histórico-ambiental. Sin embargo, a veces da la impresión que todo lo que huela a Historia, Patrimonio Cultural o Cultura encuentra un muro de incomprensiones y falta de apoyo tanto entre la población como entre las instituciones de gobierno.

En esta ocasión, quiero referirme a un par de edificaciones de primera importancia: la Catedral y el antiguo Hospital San Juan de Dios.

  • Hace poco más de un año, se iniciaron unas más que discutibles obras de ampliación en la esquina Suroeste de la Catedral. Yo publiqué un artículo en La Prensa (abril 2014) refiriéndome a la agresión que dichas obras suponían para un edificio de tanta relevancia. No hubo respuestas ni comentarios. En mi última visita a Granada en octubre recién pasado, me acerqué a contemplar la intervención mencionada y me encontré con una situación insólita e inexplicable: las “pilastras” de la esquina, en el 2° nivel del mencionado volumen se encuentran literalmente en el aire.

    ¿Es que en este país no existen arquitectos capaces de proyectar con lógica y coherencia? ¿Existe alguna supervisión por parte de la Municipalidad y su Oficina del Centro Histórico que impidan semejantes errores garrafales? ¿La Oficina de Patrimonio del INC tiene algo que decir al respecto? Me parece vergonzoso que se permitan actuaciones que ponen en entredicho y en ridículo nuestra capacidad profesional básica. Un estudiante de primer año de carrera no cometería semejante disparate, ¡estoy segura!

  • El Hospital San Juan de Dios (1905-1998), fue construido por Don Carlos Ferrey, constructor granadino de fines del Siglo XIX, basado en un diseño del Ingeniero Teodoro Hoocke. Constituye una de los conjuntos más relevantes de la estilística neoclásica granadina y su monumentalidad se vio reflejada en tres volúmenes principales, situados en los extremos y al centro de la composición. Cuatro pilastras con sus correspondientes capiteles corintios, definían el acceso principal compuesto por un vano rematado con un imponente arco de medio punto.Lateralmente se ubicaron ventanas con óculos, presentes en los volúmenes intermedios de la fachada. Una franja horizontal a manera de cornisa recorre el entablamento formado por salientes volumétricos. El cuerpo superior, al centro del conjunto, lo definían cinco ventanas de arcos rebajados, coronado por un tercer cuerpo reducido con una única ventana de medio punto, que concluía en un frontón partido y alzado victoriosamente hacia el cielo. Un verdadero catálogo ornamental de gran calidad y de innegable valor; indiscutiblemente, es una de las joyas del mencionado estilo tanto de Granada como de todo el territorio nacional.

    Hoy día se encuentra abandonado a su suerte desde que sus funciones fueron trasladadas a otras instalaciones.

    Hace aproximadamente cuatro años, el INTUR inició obras de protección del conjunto con miras a la ejecución de un proyecto integral de Restauración y Puesta en Valor del conjunto para convertirlo en el tan necesario Centro deConvenciones de Granada. Se preveía la adecuación de esa primera crujía para salón de usos múltiples y galería de exposiciones, dotando el conjunto de servicios complementarios para los nuevos usos. Una segunda etapa contemplaba la creación de espacios de promoción artesanal con la inclusión de un pequeño Mercado de Artesanías. El financiamiento provendría de fondos BID que ya estaban comprometidos para dicho fin.

    Tres años más tarde, el conjunto continúa deteriorándose a ojos vista sin que un céntimo se haya invertido para al menos evitar su colapso, hecho que parece ser su destino manifiesto. Surgen una miríada de interrogantes y lo que verdaderamente preocupa es la aparente falta de interés tanto de la Municipalidad como de la institución nacional encargada de velar por la protección, conservación y promoción del Patrimonio Cultural Nacional. Si los fondos estaban comprometidos formalmente, ¿por qué no se ejecutaron en tiempo y forma? Un bien cultural como el que nos ocupa es algo único cuyo valor trasciende el mero recuento económico. ¿Estamos ante un nuevo caso de incuria, -recordemos la Casa Sampieri o la Casa del Sombrero- esperando que el edificio se desplome el próximo invierno y sea entonces sustituido por un anodino centro de convenciones que posiblemente cumpla sus necesidades funcionales pero carezca de todo valor histórico-artístico?

y su condición de Conjunto Histórico único en su género? Creo que no se trata solo de echarle las culpas a las instituciones sino de atreverse como sociedad consciente y responsable a manifestar interés y proponer soluciones para la preservación de lo nuestro.

 

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Amelia Barahona

Amelia Barahona

Arquitecto, especialista en Conservación del Patrimonio Cultural y gestión cultural

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