18 de febrero 2016
Emitir una opinión sobre un libro de cuentos es realmente difícil, más si el autor es alguien a quien admirás porque es tu amigo y mentor. Ser objetivo es un reto, pero lo intentaré.
Mauricio Paguagua Rivera es un escritor y poeta originario de Jalapa, municipalidad de Nueva Segovia. “Esto fue lo que pasó” es una colección de relatos y micro-relatos que el autor presenta en tres secciones y que tienen en común la limpieza del lenguaje y el impacto que cada uno de sus escritos deja al lector.
Los cuentos de Mauricio nos regalan una bonita voz de pueblo con personajes que podríamos encontrar a la vuelta de la esquina, en nuestro propio vecindario. A la vez, construye frases que tienen el poder de hacer un alto en el camino y de reflexionar un poco.
La primera obra narrativa de Mauricio nos invita a compartir momentos con una serie de personajes intensos. Su sola existencia deja en el lector una pequeña huella, como un viento fresco y tranquilo algunas veces. Otras, torrencial. En cualquier caso, nos deja siempre con las ganas de releer la historia.
He tenido la oportunidad de encariñarme con otras colecciones de cuentos, tales como El Aleph (del argentino José Luis Borges) y Cuentos de Barro (del salvadoreño Salvador Salazar Arrué). Sin embargo, es la primera vez que experimento el poder de un cuento bien construido, que te dice mucho en pocas palabras. Así me sentí con “Esto fue lo que pasó”.
Todavía no decido cuál es mi cuento favorito, así que felicito a Mauricio por esta obra. Le agradezco por el ejemplar que tan complacido me dedicó. Me parece que la intensidad de sus cuentos está en el poder y la humildad que encierra su carácter de editor.
Es un lástima que obras como ésta no salgan fuera de nuestras fronteras. Lo peor es que en la misma Nicaragua son poco conocidas. Lo recomiendo porque es un libro corto de fácil lectura. Cualquier tipo de persona que adore pasar un buen rato dentro de vidas contenidas en letras impresas podrá disfrutarlo.
Les comparto dos de los micro-relatos que me dejaron fascinados:
El Serrucho
“Raía la madera con sus dientes y lloraba en aserrín su desdicha”
Domingo
“Hoy bajaron al pueblo los dueños de los sueños, los dueños ya sin sueños y los sueños vendidos”
Y por último este, si no saben quien es Victor Jara, y como murió, pues se los dejo de tarea:
El señor quiera que cante
“Víctor Jara es esa voz”
“Cantó hasta con la sangre de sus dedos. Ese era Víctor, entero hasta la muerte”
Los invito a conocer esta obra de factura nicaragüense, ideal para enamorar a aquellos que aún no se fían de la lectura como un sano hábito de cultivar la sabia en la mente.