Maryorit Guevara | Mariana Rivas
1 de febrero 2016
PUBLICIDAD 1M
PUBLICIDAD 4D
PUBLICIDAD 5D
Mi sobrina se quedó pasmada cuando un presentador de Canal 12 le preguntó si estaba casada. ¿Cómo se le ocurrió a él hacer eso?
Theresa Phillips | Flickr.com | Creative Commons
¿Y estas casada? - le preguntó el presentador de Canal 12 a mi sobrina – ahijada. Ella, una niña de seis años, se quedó pasmada frente a las cámaras. Probablemente no tenía ni la más mínima idea de lo que le estaban hablando. El presentador, insatisfecho, hizo la misma pregunta a las otras dos niñas que habían invitado para interpretar un baile.
Yo estaba encachimbada. ¿Cómo puchica se le ocurre hacerle esa pregunta?, ¿En qué maldita cabeza cabe? Casar a una niña es una aberración humana. Pero bueno, quizás el ‘colega’ no lee o le vale. Se habla del matrimonio infantil en África subsahariana y Asia meridional, historias crueles que arrebatan la vida de las niñas, por lo que varias organizaciones han realizado campañas de concientización e incidencia en gobiernos a nivel mundial.
En Nicaragua no hay registro, pero si vas a San Juan del Sur mirás a niñas de 13 o 14 años "casadas" con unos viejos gringos supuestos "ricachones" (pedófilos). También sabemos de una cantidad de adolescentes embarazadas, niñas violadas en la "comodidad de su hogar" y recientemente de niñas participando como objetos sexuales en concursos de belleza.
Otras expresiones violentas
https://www.youtube.com/watch?v=VV7lTi1JDQI
Todas son formas de arrebatar y violentar a la niñez, son expresiones máximas, son delitos, pero también hay actitudes, palabras, gestos de los adultos que van sexualizando a la niñez y las vemos naturalmente. Por ejemplo: cuando el payaso de la fiesta hace una dinámica en la que empareja a las niñas y niños o cuando los padres le preguntan ¿tienes novio ya? Y ya no digamos cuando los ponen a "perrear", uno "encaramado" en el otro. O cuando no respetás a tus hijos y tenés sexo frente a ellos.
No vivimos en una burbuja. En la televisión casi no hay espacios infantiles. Abundan las novelas, los culebrones mexicanos con roles bien definidos de mujeres castas, que aman sin medida, que hacen "locuras por amor", que su único fin de vida es casarse. Y hombres machos, viriles, que matan, golpean, pasan por encima de cualquiera. Y aunque también vale cuestionar algunos de los dibujos infantiles que son puras "princesas".
Ya no digamos la publicidad que muestra a la mujer como un objeto sexual. Y luego cuando vemos a las niñas en la calle con tacones, con mini faldas, con camisas escotadas y el montón de cadenas. Ni se me ocurre, con la robadera en Managua, me le jalan y las arrastran. Y ya ni digamos exponerla a pedófilos, abusadores sexuales.
¿En que se traduce cada acto?
Cuando les preguntamos ¿y estás casada?, ¿tenés novio ya?, les enseñamos que el fin único de la vida es casarse y encontrar una media naranja, porque están incompletas. Es rico amar, pero casarse no es el único fin de la vida, antes podemos hacer taaantas cosas, como viajar, estudiar, hacer voluntariado, crear un proyecto, aprender un idioma, música, entre otros.
Cuando participan en concursos de belleza, se le compran brillos labiales y maquillaje, se visten con ropita diminuta, tacones, falditas, con trajes de baño, las estamos ofreciendo como mercancía sexual y les enseñamos que su importancia radica en su nivel de atracción hacía el sexo opuesto. Las convertimos desde los cinco años en objetos sexuales. Las cosificamos.
Cuando nos ponemos a ver en la televisión a Marimar, Guadalupe, Siempre te Amaré u otra novela, los estamos educando para que repitan esos roles establecidos a mujeres y hombres; mujeres frágiles, vulnerables, inmersas en una batalla constante consigo mismas, de la cual es imposible que salgan victoriosas. Las madres son el principal modelo femenino. Tratemos de amarnos a nosotras mismas para que nuestras hijas no desprecien sus cuerpos, ni sus vidas.
Al niño le enseñamos a acosar en las calles y utilizar a las mujeres, cuando le preguntamos por la cantidad de novias. Un día mi hijo le gritó desde la ventana del carro a una muchacha: “¡Adiós amor!”, ese día sentí que moría. Hice de todo hasta que averigüé que el CPF del CDI lo hacía y de ahí tomó el ejemplo. Por eso los padres deben tomar conciencia, porque esto no es solo de las madres. La forma en que el padre valora a las mujeres es captada por las niñas como modelo de valoración del sexo opuesto en general.
Es jodido ser madre (o padre). Es una gran responsabilidad, un poder. Nos convertimos en referentes. Yo tengo un varón, no tiene una figura paterna presente, trato de no formar a un machista, maltratador, arrogante. Espero lograrlo, pero vos también trabajá para que tu hija, sobrina, ahijada, hermanita, primita, sea un adulta independiente, libre, informada, segura de sí misma, que no crea que su valor radica en su físico. Requiere ovarios porque nosotras cargamos nuestra propia ‘mochila’, pero hagamos la lucha.
Texto de Maryórit Guevara (Madre Insurrecta)
---
Consulte el blog de las autoras.
Archivado como:
PUBLICIDAD 3M
Maryorit Guevara y Mariana Rivas son dos comunicadores y mamás insurrectas que cansadas del cliché de la madre abnegada decidieron revelarle al mundo los vaivenes de la maternidad.
PUBLICIDAD 3D