8 de septiembre 2015
El incremento del número de nicaragüenses que participan en actividades deportivas se refleja en la proliferación de gimnasios, clases de yoga, corredores y ciclistas que se ven por todo Managua y el resto del país. Sin duda, esto se debe a que somos más conscientes de los efectos positivos que tiene el ejercicio en nuestros cuerpos, imagen corporal, resistencia física, agudeza mental y, sobre todo, la reducción del riesgo de enfermedades crónicas.
Desafortunadamente, nuestros hábitos alimenticios también están cambiando. La comida rápida y los alimentos procesados han desplazado los platillos con mayor valor nutricional. Cuando me mudé a Nicaragua en el año 2000, había pocas estaciones de servicio que vendían este tipo de productos, así como escasos restaurantes con la misma filosofía. En aquel tiempo, la mayoría de los cafés y establecimientos servían comida casera. Quince años más tarde, la comida rápida es omnipresente en nuestro país.
La Organización de Salud Pública divulgó un informe la semana pasada, alegando que los alimentos altamente procesados son el motor de la epidemia de la obesidad en América Latina. Afirman, además, que las comidas rápidas y los alimentos de este tipo no están diseñados para satisfacer las demandas nutricionales de los seres humanos. Más bien, garantizan su perdurabilidad en el tiempo para ser almacenados. La entidad manifiesta que dichos productos generan deseos incontrolables por comer, lo que abruma nuestros mecanismos de control innato del apetito. Con el tiempo, éstos ha contribuido a elevar las tasas de obesidad y a desplazar dietas saludables, ricas en nutrientes.
El Ministerio de Educación de Nicaragua (Mined) ha puesto en práctica la Normativa de Nutrición e Higiene para Kioskos Escolares, una disposición que establece la prohibición de bebidas carbonatadas o golosinas en la hora del recreo. La medida incluyó la capacitación de 164 directores y administradores de cafetines, de manera que garanticen el higiene y la venta de alimentos nutritivos. La meta es erradicar la comida chatarra en las escuelas públicas del país a través de multas a los dueños de kioskos o el cierre definitivo de estos locales. Aunque pequeño, este paso garantiza un cambio de mentalidad en nuestra sociedad.
Espero, estimado lector, que al enterarse de esto usted desee conocer más sobre este tema y sobre las alternativas que han tomado auge en Nicaragua. En este blog hablaremos de ellas y de tópicos relacionados a la importancia del consumo de productos nacionales, ya que en el mundo de la nutrición muchos son considerados como súper alimentos.
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Soy Carla Fjeld. Obtuve mi doctorado en Nutrición Humana en la Universidad de Chicago y mi carrera profesional se ha enfocado en la investigación de alimentos y salud de la comunidad. También he escrito sobre los beneficios del ejercicio y el envejecimiento saludable, el combate contra la desnutrición y la ecología de los alimentos. También soy la propietaria de Ola Verde. Es un gusto para mí compartir con ustedes mis conocimientos, que continúo aprendiendo.