22 de febrero 2016
El dolor durante el sexo es una de los problemas sexuales más comunes para las mujeres, afectando a 1 de cada 5 de manera regular. Lo primero para corregir el problema es conocer los factores que lo están causando, pero en general, hacer algunos cambios en la rutina sexual de la pareja puede ayudar a resolver el problema.
Algunas de las estrategias que podés intentar antes de darte por vencida y renunciar al sexo por el dolor que te causa incluyen:
Cambien de posición: si experimentás un dolor intenso durante la penetración profunda, el pene puede estar chocando con el cérvix (o cuello del útero) o estresando los músculos del suelo pélvico. Experimenten diferentes posturas, rapidez y profundidad de la penetración para encontrar los que menos dolorosos (y más placenteros) les resulten a ambos.
Comuníquense: compartí con tu pareja las cosas que te hacen sentir placer y las cosas que, por el contrario, te causan incomodidad o dolor. Si necesitas que vaya con cuidado, más despacio o mantenga la penetración más a nivel superficial, DECILO.
Mujeres arriba: literalmente. Que la mujer esté arriba o en cualquier posición donde ella controle el ritmo y la profundidad de la penetración es recomendable, así puede ir regulando más fácilmente la profundidad de la penetración e ir probando que es lo que funciona para ella. En este sentido, es mucho más fácil que vos vayas regulando según vas percibiendo las sensaciones.
No se apresuren a llegar al “evento principal”: mientras más se alarguen los juegos eróticos antes de la penetración, más se estimula la lubricación natural y más re relajan los músculos de la pared vaginal. Por eso esperar a estar totalmente excitada y preparada para la penetración puede ayudarte a reducir las sensaciones incómodas o dolorosas durante el coito.
Usa lubricantes comerciales: especialmente si estás en alguna etapa de tu vida donde la lubricación natural es insuficiente a pesar de la correcta estimulación (postparto, lactancia, menopausia) o si naturalmente no lubricás lo suficiente como para que la penetración sea placentera. Asegurate que sea un lubricante en gel a base de agua.
En la mayoría de estos casos, la vida de pareja se ve seriamente afectada porque la persona que sufre el dolor empieza a evitar cualquier expresión de intimidad por temor a que esto lleve al terreno sexual que tanto teme. Esta evitación es erróneamente interpretada por la pareja como rechazo. La terapia de parejas puede volverlos a poner en el camino de la comunicación positiva y de una renovada intimidad sexual.
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