8 de abril 2016
Escribir la biografía política de uno de los hombres más ricos del mundo no es tarea fácil. Osorno se introduce en ese gran reto y dedica ocho años a investigar y elaborar el texto. Su trabajo incluye tres entrevistas con Carlos Slim Helú, que lo recibió en sus oficinas. En la Introducción dice que “el periodismo en Latinoamérica suele venir de arriba y se dirige hacia los de abajo. Representa una forma en la que el poder dice su verdad al pueblo, no necesariamente en la que el pueblo dice la verdad al poder. En 2007, cuando tuve por primera vez el impulso de investigar en términos periodísticos a Slim, la idea era retratar a mi país desde un ángulo distinto (…) ¿Cómo sería entonces reportear al poder?, ¿qué encontraría si me pusiera a indagar sobre el hombre más rico del mundo con el mismo ímpetu con el que seguía un levantamiento popular o con el que visitaba una comunidad sumida en el hambre?, ¿qué cosas de México podrían apreciarse desde esa otra mirada?”
Con estas preguntas inicia su investigación que lo lleva a viajar a Nueva York y Beirut y a “entrevistar de manera formal a más de cien personas, desde colaboradores de bajo rango hasta empresarios de alto nivel cercanos y adversarios del magnate…”. Sus entrevistas incluyen a personajes de la clase política y económica, de los que se citan sus nombres, pero otros que de manera expresa piden no ser citados. Después de la investigación, plantea Osorno, “ensayé varias formas de escribir esta biografía: desde el recurso de la carta al mexicano más rico del mundo, hasta el modelo coral (…) Finalmente, ante las características del personaje y la información obtenida, opté por un registro más puntual como la mejor forma de contar la historia de Slim. Así es que mi amplia investigación sobre él se entrelaza con sus puntos de vista”.
De sus tres largas entrevistas con Slim afirma que “debo mencionar que pese a los diversos temas delicados que le planteé en mis entrevistas, Slim mantuvo siempre una actitud de respeto. Si acaso, alguna de las preguntas acerca de asuntos controversiales prefirió responderlas escuetamente. Debo agradecerle por tanto las más de siete horas que me compartió para este libro (…) sobre todo espero que plantee el reto de conocer y analizar a uno de los personajes más importantes del mundo actual, a partir de datos e interrogantes como la de si ha ayudado realmente a combatir la pobreza y si se puede vivir sólo por el dinero, con la creencia de que la economía es ajena a los problemas sociales y políticos”.
En el Prólogo, el reconocido periodista Jon Lee Anderson afirma que “Diego Enrique Osorno tiene agallas (…) Sus reportajes y libros de investigación lo han puesto a la cabeza de su generación y le han valido un amplio reconocimiento de la comunidad periodística (…) Diego no es un periodista de concursos y becas. Lo que lo distingue, de hecho, es que es todo lo contrario de eso. Diego se mete a fondo, y en carne propia, en lo que está investigando. Es valiente”. Y añade que “siempre es muy difícil acercarse a los poderosos, quienes normalmente rehuyen a los periodistas -al menos a los que no controlan- y debido a que tienen séquitos nutridos de empleados cuya función en la vida es mantenerlos distantes y asegurar que todo retrato de ellos sea positivo”.
Pero Diego, continúa Anderson, “ha logrado circunvalar los retenes alrededor de Slim para lograr no uno, sino varios encuentros con él, y sostener diálogos profundos sobre un arcoiris de diversos temas. Eso, claro, aparte de sus propias pesquisas alrededor de Slim durante varios años”. En los encuentros inolvidables de Diego con Slim en su biblioteca, se extiende Anderson, “Slim se muestra como un omnívoro devorador de literatura -desde biografías políticas y de grandes financistas hasta el diario del Che en Bolivia- y bastante campechano. Le dice a Diego que está dispuesto a contestarle todas las preguntas que él le haga y que lo único que pide a cambio es que no ponga “muchas mentiras” en su libro. En todo momento Diego es nuestro guía, preguntando, mirando, y olfateando todo lo que ve y oye, buscando la verdad sobre Slim”.
El texto narra momentos claves en la vida de Slim. Osorno, resuelve muy bien el relato. No era fácil. Se aleja de los adjetivos o de las valoraciones subjetivas, que siempre son una tentación, más en el caso de uno los hombres más ricos del mundo en uno de los países con más desigual e injusta distribución del ingreso, para dejar que los hechos y las personas hablen. Slim tiene su palabra, pero también decenas de otros actores. Osorno en un trabajo riguroso confronta las versiones. No sólo reproducen lo que le dicen. Está, eso sí, dispuesto a oír y dejarse impactar por lo que escucha. Él no duda en preguntar sobre todos los rumores y mitos que se han construido sobre Slim. Osorno trabaja una investigación periodística rigurosa, diría que ejemplar, que trasciende clichés y lugares comunes. Las versiones argumentadas y los datos duros son los que tienen la palabra. De esa historia, el lector saca sus conclusiones. Osorno le da los elementos para que haga su propio juicio.
-------------------------------------------------
Publicado originalmente Animal Político.