2 de enero 2017
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Mal bozaleada , mi traducción del badass, es el mejor piropo que yo haya oído para quien nació, o se hizo, rebelde, iconoclasta y dueña de un verbo cortante de tan fino. Vaya el piropo, para Carrie Fisher, quien nos dio una princesa que no cortaba versos, ni flores, ni era así, caprichosa, sino que, enfrentada a hombrecitos de blanco, peleaba por toda una galaxia.
Las películas de Star Wars se presentaron en Nicaragua, entre 1977 y 1983. Con tantas heroínas reales en la que supuso ser una guerra de liberación que hasta tuvo un estado mayor, el de León, comandado y compuesto casi solo por mujeres, y muchas combatientes; Leia, la princesa guerrera y justiciera, no parecía fuera de lugar. Un poco si, su peinado con las roscas a los lados, que según ella no hacían más que hacerle ver la cara más gorda, mientras nosotras frente a la pantalla la mirábamos bella y atrevida.
Pero fue la actriz que le dio vida a la princesa, quien merece el título más alto de las iconoclastas. La vi participar un poco antes de su muerte en el programa de televisión de Graham Norton, de la BBC, y me arrebató el desenfado para apearse la banalidad con algunas unas pocas frases. Me enteré, entonces, que no bebía, aunque antes había abusado (abusaba) de drogas y alcohol.
Contó que el libro que estaba promocionando contenía los diarios que escribió para sacudirse la inseguridad durante la filmación de la película, y los seis meses que duró el affair con Harrison Ford. Igual supe que cuando la filmación terminó, no volvieron a hablar, el pinche viejo le dijo chao pescado, como si nada. O sea, poñoñón también le pasó a la princesa. Dijo en otra ocasión, que con todo lo y guapo que era Harrison, en la cama no era tan bueno que digamos, ¡toma canalla!
Ella se había olvidado que había escrito los diarios, los encontró en una bodega y cuando los volvió a leer, los envió a la editorial, listo otra publicación. Norton le recordó el dicho de que, si escribís diarios podrías ser rico y famoso. Así jovenazas, a escribir.
También fue una de las primeras actrices en hablar de su condición bipolar, cuando no era nada glamoroso. De manera que cuando en otra entrevista le dijeron que se había convertido en el poster child de las enfermedades mentales, respondió: aja y la próxima edición de Psicología Hoy, me va a sacar en sus páginas centrales. El centerfold de los desnudos de Playboy o Penthouse.
Había trabajado por algún tiempo re escribiendo guiones para películas, entre ellos Sister Act, las de Star Wars y otras, dijo que se había quedado esperando un premio como guionista pero que en lugar de eso recibía premios por estar enferma, “parece que lo hago bien”, dijo.
Escribió novelas semi autobiográficas, que yo apenas estoy buscando como comprar, traducidas más o menos como Postales desde la orilla, sobre su relación con su madre, y llevada al cine con Meryl Strep interpretándola; Bendito alcoholismo, que se filmó como un monólogo especial de HBO y la Princesa diarista sobre el tiempo de Stars Wars.
Hola soy miss Hans Solo y soy una alcohólica gracias a George Lucas dijo en una suerte de homenaje al director, él me obligo a filmar sin brassier, dijo que no había sostenes en el espacio.
Cuando antes de la nueva ronda de películas le preguntaron si había pensado en tomar el papel dijo: Noo para nada. Lo acepté de inmediato, cuando sos actriz y tenés más de 40 o 50 no vas a recibir muchas ofertas de trabajo.
Multi talentosa, al hablar de los esfuerzos de controlar el lado oscuro de la bipolaridad, dijo no hay que esperar a tener confianza para actuar, actuando es que se gana confianza.
La veremos actuar pronto, en un documental sobre su relación con Debbie Reynolds, su mamá, y otra vez en la nueva película de Stars War, como la generala Leia. La recordaremos como la feminista valiente domadora de su bipolaridad, tapitas premiadas y mal bozaleada. Como han dicho en las redes Ella es ahora una con La Fuerza. Para mientras a nosotras que no se nos despegue esa juerza.
