29 de diciembre 2016
Nicaragua se presenta como el país más seguro de Centroamérica. Sin embargo, para los familiares de las víctimas del crimen y la violencia, la propaganda oficial, es como echar sal en sus heridas.
En enero de este 2016, durante varias semanas, un equipo de Confidencial y Esta Semana, investigó el tema de la seguridad en la capital, y se descubrió que cada vez más los asaltos involucran armas de fuegos y las fechorías se convierten en una tragedia irreparable.
José Gregorio Urbina murió desangrado en el pasillo del bus de la ruta 102. Dos balazos. Uno atravesado entre el pulmón y el corazón. Otro en la pierna, le dejaron sin posibilidades de sobrevivir.
En Ciudad Sandino, Elian García, de 14 años, recibió un tiro en la cabeza. Dos hombres quisieron arrebatarle su teléfono, y sin dudarlo, abrieron fuego contra él. El pequeño sobrevivió, y hoy se recupera satisfactoriamente.
En este reportaje se presentan tres casos de familias que accedieron a brindar su testimonio. No obstante, las historias se repiten y la Policía Nacional, pese a estar obligada a informar con transparencia sobre este tema, todavía continúa sin hacerlo y prueba de ello, son las estadísticas oficiales, que se encuentran desactualizadas.
De hecho, las ultimas estadísticas son de 2013, es decir, hace dos años, y aunque en septiembre del 2015 la Primera Comisionada Aminta Granera, aseguró que las denuncias se habían reducido en la capital, las , cifras no están disponibles para ser analizadas.
Lea la investigación completa en Muertos por un celular.