10 de diciembre 2021
Desde niña, Vilma Núñez conoció las cárceles de Nicaragua. Tenía ocho años cuando la llevaron a ver a un preso político: su padre, detenido por la Guardia somocista. La misma que años después también la encarceló y torturó.
Tras una labor de más de seis décadas que la convierten en una veterana defensora de los derechos humanos de los nicaragüenses, la fundadora y actual presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), confiesa que decidió estudiar Derecho para luchar contra los atropellos que vivió desde su infancia. En su carrera de 63 años como abogada, recuerda que muy pocas veces ejerció como acusadora, la mayoría de veces fue defensora.
Desde el Cenidh, Núñez sigue ejerciendo en su lucha por la liberación de los presos políticos del régimen de Daniel Ortega, como lo hizo también en 1958, cuando formó parte del movimiento estudiantil de León que integró el Comité por la Libertad de los Presos Políticos del régimen somocista. En aquella ocasión, recuerda que pidieron una audiencia al dictador Luis Somoza Debayle y junto al rector Mariano Fiallos Gil se reunieron con uno de los herederos de la dinastía, quien se enfureció cuando le demandaron la liberación de los reos.
Veintiún años después de aquel encuentro, Núñez fue encarcelada y torturada con choques eléctricos por orden del último heredero de la dinastía, Anastasio Somoza Debayle. Por eso, la situación actual de los presos políticos le recuerda los días de esa otra terrible dictadura que no toleraba la crítica.
Núñez, además es sobreviviente de la masacre estudiantil del 23 de julio de 1959. Ella sabe, en carne propia, qué significa ser encarcelada por falsos delitos, solamente por protestar. Y a sus 83 años, le ha tocado vivir de nuevo los ataques de una nueva dictadura.
A finales de 2018, el régimen de Daniel Ortega ordenó cancelar la personería jurídica del Cenidh, que fundó en 1990.
“Nos han golpeado, pero no nos duele”, declaró desafiante la presidenta del Cenidh. “A un organismo serio de derechos humanos no lo disuelve, ni tampoco nuestro compromiso y acompañamiento al pueblo de Nicaragua, una resolución de órganos sin autonomía e independencia”, afirmó sobre la decisión de la Asamblea Nacional.
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Este 10 de diciembre, se celebra el día de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y en el país, el nombre de Vilma Núñez es un referente en la promoción y defensa de los derechos de los nicaragüenses.
“La historia del movimiento de derechos humanos en los últimos 60 años, en Nicaragua, tiene a un pueblo sufriendo y resistiendo frente a dos dictaduras dinásticas. Quien la escriba, inevitablemente debe contar con el activismo y compromiso de Vilma Núñez”.
Gonzalo Carrión
Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +
La labor de Vilma Núñez, reconocida internacionalmente
Por su labor como defensora de derechos humanos, Vilma Núñez ha ganado reconocimiento nacional e internacional. El pasado 24 de noviembre la Asociación Pro Derechos Humanos de España le concedió el Premio Derechos Humanos APDHE 2021 en la categoría internacional.
En 2019, Schwelle Foundation le otorgó el Premio Internacional de la Paz Bremen en la categoría “Embajadora de la paz en la vida pública”. Además, en 2011, fue reconocida con la “Legión de honor” por el Gobierno de Francia.
El ocho de marzo de 2017, a través de una carta, nueve funcionarias del régimen sandinista protestaron contra la embajada de Estados Unidos, por reconocer la trayectoria de la presidenta del Cenidh, quien fue nominada al premio “Mujeres de Coraje”.
Para Núñez, todos los ataques son porque no le perdonan haber acompañado la acusación de violación sexual que interpuso Zoilamérica Narváez en contra de Ortega, en 1998.
“¿Quién no la ha visto a doña Vilma, viajando a los lugares más remotos, para acompañar a víctimas de atropellos a sus derechos? Nadie, como usted, ha sabido estar al lado del pueblo de Nicaragua”.
Gioconda Belli
Escritora nicaragüense
Presidenta del Cenidh no descarta la cárcel
Lo que más extraña la doctora Núñez es no poder ir a acompañar a las víctimas al lugar donde ocurren las violaciones de sus derechos humanos. No poder interponer siquiera un recurso porque todo el aparato estatal está controlado por el régimen orteguista.
“Nadie escucha, ni hace nada, lo que te genera una situación de impotencia. Uno no puede protestar, ni hacer nada, por eso he dicho que me siento presa en Nicaragua”, explica.
Sin embargo, afirma que no cesará en su lucha por la defensa de los derechos humanos y por la búsqueda de justicia. “El miedo ha sido una de las armas más poderosas utilizadas por la dictadura y yo no pienso dejar que me domine”, insiste.
La defensora de derechos humanos no descarta que la quieran encarcelar, pero dice que cada día vence ese temor. “La defensa auténtica de los derechos humanos, no se agota con el uso de la Ley. Aunque las normas nacionales e internacionales siempre sirven, van acompañados de mecanismos no formales y uno de los más eficaces es la denuncia pública”, apunta.
“Desde que la conocí me impactó su fuerza (…) si hay una persona que siempre ha estado presente en las denuncias de violaciones de derechos humanos en Nicaragua es ella, que es un ejemplo por su fuerza y valentía”.
Antonia Urrejola
Presidenta de la CIDH
“Yo seguiré en Nicaragua, mi compromiso es seguir junto a la gente denunciando y defiendo los derechos humanos hasta que pueda, porque siempre me ha tocado estar en la acera de enfrente de los tiranos y violadores de derechos humanos”, dice Núñez.