11 de agosto 2019
El vicepresidente de la Unidad Médica Nicaragüense, doctor José Luis Borgen, asegura que continuarán exigiendo el reintegro de, al menos 400 trabajadores de la salud despedidos por el régimen de Daniel Ortega, por no haberse negado a atender a los manifestantes heridos durante las protestas iniciadas el 18 de abril del 2018.
El médico explica que, desde que el Ministerio de Salud (Minsa) echó a centenares de trabajadores, ha decaído la atención en los hospitales públicos y los problemas estructurales de la institución han dejado –entre otras cosas- una alerta sanitaria por casos de dengue, una epidemia de la que está convencido de que existe subregistro.
Borgen considera que las sanciones de Estados Unidos a Sonia Castro y su posterior renuncia al Minsa no representaran un cambio real dentro de la institución, ya que “quien dirige” el sistema de salud es el doctor Gustavo Porras, uno de los súbditos más leales a la pareja gobernante, es por esta razón que “las decisiones no se toman en el Ministerio de Salud, se toman en el partido”.
Borgen, quien dirige una organización que aglutina a 410 trabajadores de la salud despedidos hace un año por la exministra Castro, señala que los cambios en el Minsa fueron “cosméticos” y los trabajadores despedidos no esperan nada de la nueva ministra, Carolina Dávila Murillo, porque consideran que su nombramiento fue “un premio a su lealtad” al régimen de Ortega, el cual ha sido señalado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de cometer crímenes de lesa humanidad.
Días atrás vimos a un grupo de médicos protestando ¿Cuáles son las demandas del sector salud?
La protesta se hizo para tratar de reivindicar el reclamo del reintegro de todos los trabajadores de la salud que fueron despedidos a raíz de la atención de las víctimas de la represión, desde abril de 2018 hasta la actualidad. Hemos tenido un total de 410 trabajadores de la salud que han sido despedido, sus casos han sido judicializados, se ha llevado a las vías legales para hacer los reclamos pero en todas las instancias donde se han llevado los casos han sido negadas las peticiones. Se ha demostrado en primera instancia que los despidos fueron ilegales, los despidos fueron violatorios de la Ley General de Salud, fueron violatorios de la carrera de salud y fueron violatorios de los convenios colectivos que hay entre el Ministerio de Salud y los trabajadores.
¿Cómo ha impactado la crisis sociopolítica en el sector salud?
Ha impactado sobre todo en la salud de la población, porque la mayoría de los despedidos son médicos especialistas y médicos con subespecialidades, algunos con especialidades únicas que no han sido repuestos. Por ejemplo, los únicos otorrinos (otorrinolaringólogos) que había para toda la parte noroccidental estaban ubicados en Estelí, trabajaban con medios propios que los llevaban de sus casas para brindar atención en el hospital, pero a pesar de eso fueron despedidos; entonces, el rango de atención de ese lugar –que es como de un millón de gentes- prácticamente perdieron la atención y lo mismo ha sucedido con otra especialidad en otros lugares del país y aquí también en la capital.
Por ejemplo, se despidió a los únicos gastroenterólogo que tenía el Ministerio de Salud, como no tienen como resolver la ausencia entonces están haciendo contratación rápidas de gente que está allegada al partido de Gobierno y esa es una de las razones por las cuales se hizo la protesta médica por qué nosotros deseamos que en este Gobierno y en cualquier otro Gobierno, las contrataciones en las instituciones no sean por razonamientos políticos sino que sea por su capacidad y un análisis por oposición a como se hace en todos los países democráticos.
El gremio médico siempre ha sido unido ¿Qué está pasando ahora con sus colegas que no los apoyan?
Pasaron dos cosas. A raíz de la promulgación del Colegio Médico Nicaragüense, que incluso fue apoyada por el Frente Sandinista durante los gobiernos liberales, resulta que cuando se llega al periodo de elecciones en el Colegio Médico el brazo armado del Frente Sandinista, que es Fetsalud, no tuvo oportunidad de colocar a su gente (dentro de la directiva), entonces decidieron los diputados engavetar la ley, eso para empezar. Segundo; empezaron a hacer que las universidades aceptarán más estudiantes en la carrera (de medicina) sin la competencia académica, prácticamente fue dedazo por conveniencia política y entonces obligaron a las facultades de medicina -como la de Managua- a pasar de 200 estudiantes que ingresaban anual a la carrera de medicina bajo criterios estrictos de selección a prácticamente 500 y eso lo hacen deteriorando la calidad de formación de esos recursos. Al mismo tiempo en los hospitales, en la formación de los especialistas también empezaron a ingresar residentes sin competencia académica sino simplemente porque le convenía al partido de Gobierno meter más gente en los hospitales.
El Minsa ha decretado alerta sanitaria por un repunte en la epidemia del dengue ¿Es realmente el dengue el problema o es la consecuencia de un problema estructural?
Básicamente es la consecuencia de un problema estructural porque siempre este tipo de Gobierno promociona mucho el aspecto preventivo, pero el aspecto preventivo conlleva a un sistema educativo que debe de ser generalizado a toda la población y a todos los niveles, pero eso no existe en este país, lo único que existe es propaganda política manipulando los aspectos de salud. Por ejemplo, Nicaragua ahorita es el tercer país con más casos de dengue en América Latina, está después de Brasil y Colombia, pero la tasa de mortalidad reportada en esos países es superior a la de Nicaragua, pero por una salvedad, en Nicaragua existe subregistro, de los 50,000 casos que se han reportado como sospechosos de dengue se han confirmado menos de eso casos… eso prácticamente lo ocupa el Gobierno para hacer una propaganda de que aquí eso es eficiente cuando eso no es cierto, la mayoría de los médicos que están atendiendo en las instituciones del Estado anónimamente reportan, por el temor a ser despedidos, que están cambiando el diagnóstico de las personas que mueren por dengue y les están poniendo cualquier otro tipo de enfermedad.
Las sanciones de EE. UU. y posterior salida de Sonia Castro del Minsa, ¿tuvieron algún impacto en el Ministerio?
Sí, claro. El hecho de que le hayan impedido el uso de la vía administrativa a la ministra Sonia Castro prácticamente es un reconocimiento de que toda la institución estaba volcada en ser cómplices de la represión. Obviamente lo único que hacen es cambiarla por alguien que también está acusado de participar en la represión, entonces solamente ha sido un cambio cosmético, pero la repercusión sobre todo es política, porque lo que están haciendo es condenar precisamente a los funcionarios de Gobierno por haber violentado los derechos de la población... Ahorita las sanciones son para personas específicas, no están afectando a la población en general, pero si está el Gobierno respondiendo a esas sanciones con reformas tributarias que están encareciendo la canasta básica y ahora gravando más los productos de consumo diario, eso sí que es una sanción a la misma población nicaragüense, pero no de la comunidad internacional sino del Gobierno que tenemos.
¿Qué esperan ustedes de la nueva ministra de salud?
No esperamos que cambie porque prácticamente es la misma línea, de tal manera que las protestas siguen por eso, porque la ministra aparte de que es consecuencia, u otra prueba del nepotismo que hay en este Gobierno, que todos los poderes están conculcados por núcleos familiares… esto lo único que dice es que se premia la lealtad y la verdad es quien dirige el destino de la salud en Nicaragua. No es siquiera la ministra, es el doctor Gustavo Porras, él es el que dicta lo que se tiene que hacer, de tal manera que las decisiones no se toman en el Ministerio de Salud se toman en el partido. Eso es algo que nosotros queremos quitar porque la intención del gremio médico es obligar o proponer a todas las fuerzas políticas, las emergentes y las que existen, que la salud y la educación en Nicaragua, además de las otras instituciones del Estado, no tienen por qué estar vinculados a lealtades políticas.
¿Han realizado algún cabildeo con organismos regionales como la OPS, OMS para exponer su situación? ¿Qué dicen ellos sobre lo que pasa en Nicaragua?
Hemos esperado que la OPS se pronunciara sobre todo lo que ha pasado en la salud pero no ha sucedido ¿Por qué razón? La OPS Nicaragua -prácticamente la mayoría de los que trabajan ahí- están vinculados al partido de Gobierno. Nosotros nunca vamos a esperar que ellos se pronuncien porque desgraciadamente aquí todo está politizado incluyendo ese organismo. A nivel internacional si ha habido manifestaciones de condena, no solamente de esas instituciones sino también de asociaciones y organizaciones médicas de todo el mundo.