1 de septiembre 2022
La escalada represiva del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica forzó al exilio a cuatro sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa, al norte de Nicaragua. El abogado Yader Morazán detalló, a través de sus redes sociales, que los religiosos son: Uriel Vallejos, Vicente Martínez, Sebastián López y Mangel Hernández.
Rectifico: El padre Dani García está en la clandestinidad y no contesta llamadas, por eso hasta el núcleo cercano creía que se había exiliado, pero a partir de estas publicaciones mandó el mensaje diciendo que aún no ha salido del país por veredas, como lo han hecho los demás.
— Yader Morazán ⚖️ 🇳🇮 (@YaderMorazan) September 1, 2022
Vallejos es párroco de la iglesia Divina Misericordia de Sébaco; Martínez y López pertenecen a la iglesia Santa Lucía de Ciudad Darío; Hernández dirigía la parroquia San Juan María Vianney de Matagalpa.
Además, el seminarista Carlos Mata, diácono de la Diócesis de Granada, también informó, a través de las redes sociales, que tuvo que irse de Nicaragua por la persecución del régimen Ortega-Murillo.
“Debido a la locura de personas serviles y fanáticas, he tenido que salir y abandonar la tierra que me vio nacer, pido sus oraciones”, escribió Mata en su cuenta de Twitter.
El sacerdote Vallejos fue retenido, el pasado 1 de agosto, en la casa cural de la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, en Sébaco, por agentes de la Policía Nacional que mantuvieron rodeado el lugar.
La retención del religioso ocurrió después que fue apoyado por feligreses para resguardar los equipos de Radio Católica de Sébaco, una de las diez emisoras cerradas por el régimen a la Diócesis de Matagalpa.
La Policía, en un intento por sustraer los equipos de la radio, ocupó con violencia la capilla Niño Jesús de Praga y el templo católico Jesús de la Divina Misericordia, golpeando y deteniendo a los feligreses que se encontraban rezando y resguardando el lugar para evitar el robo de los equipos de la radio y que el sacerdote fuera agredido.
El padre Vallejos salió de la casa cural el 4 de agosto, luego de tres días en los que solo se alimentó con jugos y yogurt, por una comisión de religiosos que llegó a sacarlo a él y a los feligreses que lo acompañaban.
El 16 de agosto, la Policía del régimen rodeó el templo religioso dirigido por López e impidió el ingreso de los feligreses. El sacerdote celebró la misa de ese martes en el atrio de la iglesia, mientras los fieles participaron de la eucaristía desde la calle, custodiada por antimotines.
En la cuenta de Facebook de la iglesia, donde se transmitió en vivo la misa del 16 de agosto, se vio el emotivo momento en el que López entrega la hostia a los feligreses a través de una malla perimetral y, al finalizar la eucaristía, los exhortó a seguir orando, a que tengan mucha fe y que el Señor “sea la solución de nuestra nación”.
Dos meses de persecución contra la Iglesia Católica
En los últimos dos meses el régimen de Ortega y Murillo emprendió una serie de actos represivos contra la Iglesia católica de Nicaragua, dejando hasta el momento: siete sacerdotes, dos seminaristas y un laico encarcelados, 18 religiosas expulsadas del país, un obispo bajo arresto domiciliar y el cierre de una decena de medios religiosos.
El sacerdote Manuel Salvador García Rodríguez, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno —también conocida como El Calvario—, de Nandaime, Granada, fue el primer religioso que enfrentó la justicia del régimen, siendo condenado el 22 de junio pasado a dos años de prisión por el supuesto delito de amenazas con arma blanca a cinco personas.
El 26 de agosto, monseñor José Leonardo Urbina, párroco de la iglesia Perpetuo Socorro de Boaco, se convirtió en el segundo sacerdote condenado por el orteguismo. El religioso, detenido desde el 13 de julio, fue señalado del supuesto delito de abuso sexual y lesiones psicológicas leves en perjuicio de una menor de 14 años.
El padre Óscar Benavidez Dávila, de la iglesia Espíritu Santo de Mulukukú, en el Caribe Norte de Nicaragua, el 14 de agosto fue el tercer sacerdote detenido por la Policía del régimen.
El Ministerio Público pidió, el 15 de agosto, un plazo de hasta 90 días de prisión para ampliar la supuesta “investigación” contra el sacerdote, en la que el estado se considera “víctima y ofendido” de las actuaciones del religioso, pero en el expediente judicial no especifica el delito que supuestamente cometió.
Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, fue detenido y fue puesto bajo arresto domiciliario el 19 de agosto pasado, luego de 15 días encerrado por la Policía en la Curia Episcopal de Matagalpa. El mismo día, fueron detenidos y llevados a la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como El Chipote, los sacerdotes Ramiro Tijerino, José Luis Díaz, Sadiel Eugarrios y Raúl González; los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira, y el camarógrafo Sergio Cárdenas, que acompañaron a Álvarez durante el encierro.