19 de enero 2022
La drástica reducción en la asignación presupuestaria del 6% destinada a la Universidad Centroamericana (UCA), ha provocado que el programa de becas estudiantiles pierda la capacidad para beneficiar a nuevos estudiantes de bajos recursos.
“Hasta este momento la universidad no ha dejado de renovar anualmente las becas activas; sin embargo, se ha visto impedida de otorgar nuevas becas a la mayoría de los aspirantes de nuevo ingreso que han presentado solicitudes”, respondió a CONFIDENCIAL, la Dirección de la UCA.
La primera reducción en la asignación presupuestaria ocurrió en 2019, en ese año el Consejo Nacional de Universidades (UCN) destinó C$184 548 747, un 26.7% menos que el año anterior, que se elevaría al 30% por la devaluación de la moneda. Esta disminución implicó que en ese año, la UCA redujera 600 cupos de becas de los 1500 disponibles, que incluía la cancelación de becas de excelencia académica, según confirmó el sacerdote jesuita José Alberto Idiáquez, rector de esta casa de estudios a la revista Niú.
En ese momento la universidad tenía becados a cerca de 5000 estudiantes, de los 8500 alumnos activos, añadió Idiáquez. En 2022, la asignación presupuestaria es apenas de un millón de córdobas, que comparados con los C$251 898 512 recibidos en 2018, representa una disminución del 99.6%.
Según confió a CONFIDENCIAL, una fuente cercana a la UCA, menos de un centenar de nuevos bachilleres serán becados. Lo cual indicaría una disminución de las becas del 93.4% en comparación con 2019. Se desconoce el número actual de becas que tiene esta universidad.
Estudiantes de bajos recursos los afectados
Noel López es una de los miles de universitarios que pudo graduarse gracias a una beca completa en la UCA. El joven de 26 años concluyó la carrera de Ingeniería en sistemas; durante todos sus años de estudio fue beneficiado con una ayuda económica para cubrir gastos relacionados a transporte.
“Creo que es lamentable que muchos estudiantes ya no tengan acceso al beneficio de una beca en la UCA, que aparte del apoyo económico, no solo significa tener acceso al material o recursos de arancel, sino que también acceso a muchas oportunidades de networking, de intercambios internacionales, que si los aprovechas podrían darle un rumbo asombroso a tu futuro profesional y personal”, comenta.
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Otra exalumna que recibió una beca completa en esta universidad explicó que, gracias a este beneficio, fue la primera persona de su familia en terminar una carrera universitaria. “Es triste que ahora otros bachilleres pierdan la oportunidad de estudiar en una universidad como la UCA, que por su prestigio te abre muchas oportunidades hasta para irte de intercambio”, lamenta.
En la UCA los programas de becas son ejecutados por el Departamento de Gestión de Becas de Grado y antes cada año otorgaban becas de arancel en cuatro categorías: 100%, 75%, 50 % y 25 %, según las condiciones económicas de los estudiantes. También, dan becas deportivas y becas culturales a aquellos estudiantes que tengan talentos en coro, canto lírico, música, danza, teatro, literatura y guitarra. Asimismo, solían entregar becas de excelencia académica a los dos mejores estudiantes de colegio públicos.
Las represalias a la UCA iniciaron desde 2018, que fue marcado por las protestas. En ese año la universidad denunció que el Gobierno no les había entregado la parte del 6% que reciben cada mes, y que por la situación tendrían que suspender completamente sus actividades durante el mes de agosto. Ante la presión que detonó esta situación, el CNU entregó el monto asignado.
Sin embargo, meses después se inició una campaña en la que acusaban a la UCA de no usar el dinero del 6% para becas y que como es una universidad privada no debería recibir esa ayuda. Al año siguiente comenzó la reducción en la distribución del presupuesto universitario.
Trabajadores temen recorte de personal
CONFIDENCIAL consultó a esta universidad si habrá una reducción del personal docente o un aumento en los aranceles para sopesar la disminución en el presupuesto universitario y aseguraron que “la universidad mantiene la planta docente que se requiere de acuerdo a la oferta académica compuesta por programas de grado, posgrado y formación continua. El número de docentes contratados varía de acuerdo a dicha oferta y la cantidad de estudiantes activos en cada programa”.
Asimismo, señalaron que “no se están realizando incrementos en el costo de los aranceles de asignaturas de las distintas carreras para estudiantes de nuevo ingreso o reingreso en este año 2022”.
Un trabajador de esta universidad comentó, bajo anonimato a CONFIDENCIAL, que dentro del campus el ambiente es tenso. Los trabajadores no saben cómo les impactará este recorte y consideran posible el cierre de algunas áreas, como el de la oficina de exalumnos, cultura o deportes.
En años previos, la universidad implementó un plan de retiro voluntario. Este es un programa que contempla la renuncia del trabajador a cambio de un incentivo económico y es usado por algunas empresas para optimizar sus recursos. A esto también se sumaron renuncias de forma espontánea, confiaron las fuentes. Según confirmaron fuentes internas, esta universidad y retomó el plan de retiro voluntario con este invitó a los trabajadores a aplicar entre el 19 de enero y el ocho de febrero.
Otra de las universidades afectadas por una drástica disminución en el presupuesto es la Universidad Católica del Trópico Seco (Ucatse), ubicada en Estelí. CONFIDENCIAL se comunicó con las autoridades de esta casa de estudios, pero no se obtuvo respuesta.