28 de marzo 2021
BILBAO, ESPAÑA-. Las fuerzas de seguridad detuvieron a tres personas -dos mujeres nicaragüenses y un varón boliviano- en el norte de España por explotación laboral de mujeres de Nicaragua obligadas a trabajar en el servicio doméstico.
La organización criminal estaba asentada en la provincia española de Vizcaya y en la ciudad de Somoto en Nicaragua, y captaba a mujeres de ese país que querían emigrar en busca de trabajo. Sin embargo, les imponían una "deuda" de 10.000 euros (unos 11.800 dólares) por gestionarles el viaje a España.
Las víctimas, de entre 20 y 40 años, eran obligadas a firmar un contrato en el que se imponían como aval propiedades familiares en su país y contraían así la "deuda", que debían pagar con el dinero obtenido en trabajos de servicio doméstico proporcionado por la propia organización.
En la mayoría de los casos, trabajaban internas en domicilios, lo que favorecía su aislamiento social.
Los detenidos están acusados de los delitos de tráfico ilegal de personas, favorecer la inmigración ilegal y trata de seres humanos con fines de explotación laboral.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística de España, 57 000 nicaragüenses viven en ese país. La gran mayoría, más de 40 000, son mujeres. La migración de nicaragüenses hacia España empezó a crecer en 2007, hasta convertirse en el tercer principal destino después de Costa Rica y Estados Unidos.
Desde ese entonces las mujeres, muchas de ciudades del norte del país, emigran por la falta de empleo y oportunidades. España se convirtió en un destino atractivo para quienes encuentran en el trabajo doméstico y en el cuido de personas de la tercera edad o de niños una forma de ganar euros que enviar a sus familiares en Nicaragua.
Tras la represión estatal de las protestas ciudadanas de abril de 2018 empezaron a llegar más hombres nicaragüenses a España. A partir de julio de 2018 han llegado más de 25 000 nicaragüenses huyendo del asedio y las amenazas por parte de la Policía o partidarios del actual Gobierno, así como también de la crisis política, económica y social. Casi 6000 han solicitado asilo, según la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior de España.
Con 600 000 trabajadoras, España es el país de Europa con mayor número de empleadas domésticas. El 42% son migrantes. Del total, más de la tercera parte no está inscrita ante la Seguridad Social, es decir trabajan “en negro”, como popularmente se le llama al trabajo informal.
Las empleadas domésticas migrantes en muchos casos deciden tomar trabajos como "internas", es decir residiendo dentro de la casa en la que laboran, para así ahorrarse costos de renta y otros gastos, de manera que puedan enviar más dinero a sus familias.
El año pasado la muerte del nicaragüense Eleazar Blandón en medio precarias condiciones laborales conmocionó a España en julio. Blandón, originario de Jinotega, trabajaba en una plantación de sandías en jornadas de once horas diarias, bajo altas temperaturas y sin acceso a agua. El primero de agosto de 2020 sufrió un 'golpe de calor' y murió horas más tarde, tras ser abandonado en la entrada de un centro de salud en Murcia.