17 de junio 2019
El régimen los dejó en libertad, pero no en paz.
Prácticamente desde el día mismo que los sacó de las cárceles, los ahora exreos políticos sufren acoso policial y hostigamiento de paramilitares que amenazan sus vidas y su seguridad de forma constante.
Esta nueva etapa de persecución se caracteriza por emplear viejas estrategias como la presencia visible y constante, la realización de pintas, o colocación de papeletas en la casa del asediado, y otras más nuevas, como el castigo a quienes proveen apoyo a los liberados.
El asedio a Byron Estrada y a Delmys Portocarrero, se inscribe en la primera modalidad, mientras que lo ocurrido al matrimonio conformado por Sebastián Martínez y María Gabriela Terán, amigos de la lideresa Irlanda Jerez, muestra que el régimen está dispuesto a todo con tal de vengarse de los presos a los que tuvo que liberar sin haber podido quebrantarlos.
Yesenia Estrada Mayorga, madre de Byron José, narró a Confidencial que, desde media hora después que su hijo volvió a casa, han sufrido “un acoso espantosamente horrible”, que se manifiesta con la presencia de “siete, diez, 18 patrullas” en la calle frente a su casa. “Ahorita hay dos patrullas con antimotines y policías”, narró la tarde de este domingo.
“Estamos en esto desde el martes a las 11:30 que mi hijo regresó y ellos (los policías) llegaron a las 12”, precisó comentando que “el miércoles hicimos la denuncia ante los medios de comunicación”, y que esta semana se disponen a presentar su caso ante las entidades que tutelan los derechos humanos, como la CPDH.
Recuerda que en cierto momento en que su hijo salió a la calle, los uniformados comenzaron a llamarlo “golpista, terrorista, asesino”, mientras que, por las noches, motos de alto cilindraje bañan su casa con la luz de sus potentes focos, cuando no es una camioneta gris con franja dorada, que los sigue y los asedia día y noche.
La reacción del hijo es asegurar a la preocupada madre “no les tengo miedo. Si no lo tuve cuando estaba en La Modelo, no se los voy a tener a ellos”.
“Si los sacaron basados en una ley de perdón ¿por qué los asedian?”, se pregunta doña Yesenia.
Relatando la agresión que sufrieron en la catedral de León, opina que “era un montaje para asesinarlos. A ellos los iban siguiendo tres hombres con cuchillos y machetes. Trajeron cañeros en buses para asesinar a los muchachos”, aseguró.
Actos de venganza
Desde Carazo, Delmys Portocarrero rememora que está en su casa desde el 27 de febrero, “pero no dormimos bien, por el asedio. Entre abril y mayo han visitado mi casa varias veces”, enumera.
Recuerda que ante el pitazo organizado para celebrar la salida del más reciente grupo de rehenes de la dictadura, “salí a la calle a gritar ¡viva Nicaragua!”.
De inmediato, los paramilitares que se han estacionado en los alrededores de su hogar dieron aviso a la Policía Nacional, que envió varias patrullas con uniformados.
“Varios entraron a mi casa, diciendo que venían a garantizar mi seguridad y la de mi familia. Estando adentro, me dijeron que el comandante (o sea, Daniel Ortega), me perdonaba por mis delitos, que la Ley de Amnistía me cubría, y que me integrara a las reuniones que ellos realizan”, relata a Confidencial.
Su respuesta fue que deberían visitar a los que la acosaban a ella, que es a quienes está perdonando la referida Ley. “Les dije que yo fui víctima de secuestro ilegal, y que no tienen nada qué perdonarme. Que yo los perdono a ellos”.
La mañana de este domingo, las cosas fueron más allá, cuando amanecieron papeletas pegadas en las paredes de su casa, en la que dicen que saben dónde está su hijo. Que son asesinos, terroristas, delincuentes, que les van a pasar la cuenta, y que tienen fichada a toda su familia.
El sábado en la mañana, Irlanda Jerez denunciaba a través de las redes sociales, que a sus amigos Sebastián Martínez y María Gabriela Terán, se les estaban llevando el auto de su propiedad, lo que es, a su juicio “una pasada de cuentas”.
“Quiero recordarles que esta pareja, este matrimonio, fueron los que me llevaron el día de mi supuesta liberación, el martes 11 de junio, donde los identifican plenamente”, por lo que el decomiso del vehículo, sería una forma de venganza por apoyarla a ella.
Martínez, el esposo afectado, dijo que habían llegado “personas de auxilio judicial, diciendo que el vehículo estaba circulado, sin dar explicaciones ni dejar documento alguno. No sabemos los motivos. No sabemos las causas. Solamente que la grúa se lo está llevando. No hay razones, no hay justificación. No sé qué es lo que está pasando”.
El vehículo estaba estacionado frente a su negocio, en Managua. El afectado espera tener alguna información a partir de este lunes.