29 de junio 2020
El embajador de Suiza para Nicaragua, Mirko Giulieti, considera que las sanciones impuestas por su país en contra de seis altos funcionarios del Gobierno de Daniel Ortega, involucrados en graves abusos de derechos humanos, no son contra Nicaragua y que la cooperación que llega a través de la agencia de cooperación Cosude seguirá en el país.
En entrevista en el programa Esta Semana, el embajador Giulieti, basado en San José, Costa Rica, explicó que las sanciones representan un “mensaje político”, y explica que Suiza no quiere ser un refugio de dinero “sucio” o ilícito de cualquier país del mundo.
¿Cuál es la razón de fondo de esta sanción del Gobierno de Suiza contra seis altos funcionarios del Gobierno de Nicaragua? ¿Es un mensaje político o tiene también una implicación económica?
Más bien es un mensaje de respeto de Derechos Humanos. Suiza se alinea de esta manera a las sanciones que ha tomado la Unión Europea en mayo para dar un mensaje claro a las autoridades de Nicaragua y en general al pueblo de Nicaragua. Desde 2018 hemos registrado abusos de Derechos Humanos y a pesar del diálogo que hemos tenido con el Gobierno de Nicaragua esos abusos siguen. Es una medida estrictamente política para decirle al Gobierno que así no se puede seguir.
¿Es usual que Suiza haga un pronunciamiento tan directo, tan severo como éste en relación a un Gobierno latinoamericano?
Latinoamericano sí, Suiza también se alineó con las sanciones de la Unión Europea contra individuos en Venezuela. Fueron medidas similares a las que se tomaron contra seis personas en Nicaragua. Suiza de manera independiente también adopta las sanciones de la Unión Europea o de otros organismos como son las de Naciones Unidas o de las Organización para la Cooperación en Seguridad en Europa.
Pero, Suiza no forma parte de la Unión Europea. Tiene una relación especial en el acuerdo Shengen, pero ¿usted está hablando de una política coordinada en materia de política exterior?
No es que sea una política coordinada. Por supuesto que vemos lo que hace la Unión Europea, que es uno de nuestros principales socios comerciales y políticos. Y la idea no es que la tomamos de manera automática, vemos lo que la Unión Europea hace y hacemos nuestro balance de intereses y en el caso de Nicaragua también hemos decido seguir estas sanciones de la Unión Europea de manera totalmente independiente.
Algunos analistas han interpretado estas sanciones como una advertencia de la posible existencia en Suiza de capitales mal habidos del régimen de Nicaragua que buscarían refugio en el sistema financiero de su país, ¿cuál es la política de Suiza en relación a este tema?
La política general de Suiza es que no queremos “dinero sucio” de cualquier país del mundo. Que sea dinero proveniente de tráfico ilícito, que sea dinero proveniente de hurtos, que sea dinero proveniente de tráfico de drogas no lo queremos. La clase financiera en Suiza es muy importante y no tiene que ser un “safe heaven” (refugio), para altos dirigentes, industriales o criminales para que escondan dinero que no tiene que ser.
Al sancionar a estos seis altos funcionarios también se les impone restricción migratoria, restricciones económicas para desarrollar actividades en Suiza, ¿eso parte de algún conocimiento de transacciones o inversiones o planes de realizarlas en Suiza?
No, este tipo de sanciones son, diría, clásicas. Prohibición de viajar a Suiza, prohibición de entrar a territorio suizo, que es parecida a la que también tomaron los países de la Unión Europea. Y si hay fondos, congelar esos fondos para que haya transacciones ilícitas o transacción de cualquier tipo. Son medidas clásicas.
¿Qué implicaciones tiene este mensaje político, al Gobierno de Nicaragua, en cuanto a la política de cooperación para el desarrollo que Suiza mantiene a través de Cosude, un programa que entiendo supera los diez millones de euros anuales?
Directamente, ninguna. No es porque sancionamos a seis personas en particular que sancionamos a todo el país. El mensaje es muy claro. Son sanciones contra seis personalidades que han mantenido o tienen un rol muy importante en el Gobierno del país y han tenido un rol negativo muy importante después de la crisis de 2018. Y la intención, por ninguna razón, es sancionar al pueblo de Nicaragua que son cosas muy distintas. El programa que usted menciona sigue. Cosude está presente desde hace 40 años y tenemos desde el año pasado once millones de ayuda, este año también estamos presentes con varios programas: apoyo a la crisis de covid-19, apoyo a 2000 voluntarios de la Cruz Roja, apoyo a 1500 especialistas que trabajan en hospitales públicos, apoyo socioeconómico. Hay que distinguir bien las sanciones enfocadas contra personalidades que han tenido responsabilidades en violaciones de Derechos Humanos y la población de Nicaragua que seguimos apoyando.
El comunicado de Gobierno dice que Suiza está preparada para apoyar los esfuerzos para encontrar una solución pacífica al conflicto socio político de Nicaragua, ¿está Suiza involucrada en alguna iniciativa de mediación o de negociación en la crisis nicaragüense?
No, en este momento no, pero siempre hemos dicho tanto al Gobierno como a la oposición que si hubiese necesidad, Suiza analizaría la solicitud de algún tipo de mediación o intermediación entre las partes. Por el momento no hay un programa activo, pero siempre hemos dicho a las dos partes que si hay necesidad, y si las dos partes lo consideran necesario y se pusieran de acuerdo, Suiza podría analizar una solicitud de esa naturaleza.
Suiza apoyó los esfuerzos de negociación que se llevaron a cabo en 2019 que fracasaron en junio del año pasado cuando se suspendieron las pláticas y no se ejecutaron los acuerdos que se habían consensuado, ¿qué valoración tienen sobre esa negociación?
Nosotros siempre hemos instado al Gobierno de retomar el diálogo con la oposición. Es para nosotros la única salida posible para que Nicaragua pueda encontrar la unidad interna y el crecimiento económico que se merece. Siempre hemos insistido sobre la importancia de ese diálogo, si no hay diálogo el país no puede avanzar. Un diálogo nace de dos partes y las dos partes tienen que sentarse alrededor de una mesa para dialogar con convicción, con compromiso y viendo hacia adelante y no viendo hacia atrás. Para nosotros la única vía de salida es un diálogo entre las partes.