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Sergio Ramírez: “Un país no puede vivir sin imaginación”

El escritor recibe el máximo galardón de la literatura en español por una vasta obra que, según el jurado, ha enriquecido el idioma

El escritor Sergio Ramírez. Carlos Herrera | CONFIDENCIAL.

Carlos Salinas Maldonado

17 de noviembre 2017

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La casa del escritor Sergio Ramírez en Managua vibraba el jueves con una energía que, podría decirse, se palpaba. Era como un sitio de peregrinación, al que llegaban amigos, familiares, intelectuales, escritores a saludar a quien unas horas antes había sido anunciado como el Premio Cervantes 2017, el máximo galardón que en español puede aspirar un literato. Decenas de periodistas nacionales e internacionales invadieron también el hogar de Sergio y Tulita, su esposa, ansiosos de entrevistarlo y tomar las imágenes que aparecerían en las portadas de medio mundo. Así comenzaba la fiesta. "Ya la celebración empezó con ustedes, con recibir a los periodistas aquí en mi casa y centenares de mensajes que no he podido leer, que me envían amigos de todas partes del mundo”, dijo Ramírez.

Había ayer en las redes sociales y en círculos de intelectuales, periodistas y artistas una sensación general de triunfo, una algarabía que se compartía, como dijo el mismo Ramírez, “como un gran momento, es como ganar un campeonato de boxeo o una liga de béisbol”. Sus “hinchas”, esos centenares de lectores que han sido cautivados con personajes como el Sabio Debayle, Oliverio Castañeda, Dolores Morales o Amanda Solano, festejaban ayer como propio un galardón que, en palabras de una pintora, levantó el ánimo en un país que venía de llorar muertos y sufrir un fraude electoral. “Estas noticias hay que celebrarlas y comentarlas”, dijo la escritora Michelle Najlis.

La casa de Ramírez tenía ayer las puertas abiertas para todos. El escritor dio una conferencia de prensa en la que dedicó el galardón a Nicaragua y Centroamérica, “una región marginal, pero con una inmensa riqueza cultural”. La literatura de la región, explicó Ramírez, “se va abriendo hacia afuera, que es a lo que siempre he aspirado, que no seamos una literatura con la frontera por cárcel, sino una literatura que salga a respirar hacia afuera”. Una idea que el autor apoya desde hace cinco años con la organización de Centroamérica Cuenta, un encuentro de escritores, artistas y periodistas centroamericanos, sudamericanos y europeos, que durante una semana debaten sobre el estado del periodismo y la literatura. Un encuentro que ha puesto a Nicaragua en el mapa literario mundial.

Sergio Ramírez

El escritor Sergio Ramírez con una escultura de El Quijote, en su estudio en Managua. Carlos Herrera | CONFIDENCIAL.

Dada la importancia del Premio Cervantes una periodista preguntó a Sergio Ramírez si había recibido algún mensaje de autoridades nicaragüenses. El escritor respondió que no. En los medios oficiales ni siquiera se registró la noticia y la vicepresidenta Rosario Murillo dedicó su alocución diaria a anunciar que estaba todo listo paras las fiestas patronales de Altagracia, Ometepe. De esta manera el Gobierno de Daniel Ortega pretendía hacer invisible la que es la noticia más importante del año en un país donde Sergio Ramírez ha jugado un papel importante en la historia reciente, tanto por su participación en política como su compromiso con la literatura. Ramírez es una de las voces críticas contra los desmanes de Ortega y su esposa.


El silencio oficial, que una periodista calificó de “mezquindad intelectual” el jueves, también ha caracterizado los reconocimientos de Claribel Alegría, quien el martes recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía, el más importante galardón de su tipo en lengua española. Ese premio también lo recibió en 2012 el poeta Ernesto Cardenal, perseguido por el régimen de Ortega.

Ramírez dijo que a pesar de ese silencio oficial “mucha gente va a estar feliz con este premio”, porque “un país no puede vivir sin imaginación, sin literatura”. Recordó que Nicaragua es un país de grandes escritores, una nación de poetas, y que el Cervantes “va a dar al patrimonio cultural de Nicaragua”.

“Es un día muy feliz”, dijo el escritor de “Margarita, está linda la mar”, novela que recibió el Premio Alfaguara en 1998. “Para mí este premio es un honor muy grande que el país recibe a través mío”, afirmó Ramírez, quien dijo vivir una epifanía. “Estoy en un estado de gracia. El estado de gracia se parece mucho a la epifanía, que es el encuentro con lo sobrenatural, con lo sorpresivo, con lo mágico. Este es un día para mí mágico, porque significa subir a este pedestal donde están los héroes literarios que yo he admirado toda mi vida”. En efecto, desde el jueves, el nombre de Sergio Ramírez está inscrito en esa exclusiva lista que incluye a escritores como Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier o Carlos Fuentes. “Es una compañía muy exclusiva”, dijo, sonriente, el autor de “Castigo divino”.


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Carlos Salinas Maldonado

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