27 de agosto 2017
Karla Rostrán recibió 59 puñaladas. Marisol López 13 machetazos. María Lidia Argüello también fue asesinada con un arma blanca. Son solo tres casos que ilustran la saña y la recurrencia de los femicidios en Nicaragua, una epidemia que ya deja 37 mujeres asesinadas en lo que va del año, según el recuento de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.
El nivel de violencia es dantesco: Marisol López fue macheteada mientras estaba embarazada en una remota comunidad de San José de Bocay. Karla Rostrán fue, además, decapitada por su victimario, el exmilitar Francisco Ariel Mercado. María Lidia Argüello fue encontrada en su casa de habitación tendida en medio de un charco de sangre. Sangre que mana sin que el Estado haga algo por contenerla, de acuerdo a organismos que defienden los derechos de las mujeres, y trabajan por erradicar la violencia de género. Ocho femicidios en menos de un mes.
Mientras la mañana del jueves 24 de agosto, centenares de mujeres marchaban en Managua en protesta por la brutal violencia machista, en la ciudad de Diriomo, municipio de Granada, Gloria Fernández era asesinada por su expareja. Freddy Acosta le propinó cuchilladas. Su razón, “celos”.
En la “Marcha del Silencio”, en la que las manifestantes vestían camisetas rojas haciendo alusión directa a la sangre de las 37 mujeres asesinadas, había una consigna gritada con urgencia: “¡Alerta, nos están matando!, ¡No más mujeres asesinadas! o ¡No te quedés callada!”.
“Ya es hora que el Estado tome cartas en el asunto, asuma que esta es una realidad muy dolorosa para las familias nicaragüenses y que empecemos a revisar lo que está fallando”, dijo la dirigente del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), Juana Jiménez, durante la marcha.
“En agosto se han reportado ocho asesinatos, hoy se encontró otro cadáver de otra mujer asesinada, la violencia es grave, estos crímenes no se deben seguir dando y no nos podemos acostumbrar”, sostuvo Jiménez.
En 2016 las organizaciones de mujeres reportaron 49 víctimas de femicidio y un total de 53 en 2015.
Los grupos feministas emitieron un comunicado durante la marcha en el que insistieron que muchas de las víctimas “han sido violadas, otras dejan hijos en la orfandad, en la mayoría de los casos han puesto denuncias previas por la violencia sin obtener respuesta alguna”.
Ante este panorama doloroso para víctimas y familiares la revista Niú empezó a trabajar un especial sobre los femicidios cuando en Nicaragua se reportaban 16 casos de mujeres asesinadas. Desde esa fecha hasta hoy, 21 más mujeres han muerto en brutales crímenes en distintas zonas del país.
Este proyecto contempla las historias de cuatro mujeres:
Claudia Pérez, una madre de 34 años que fue asesinada por su suegra, Marcia Ramírez, en un crimen que conmocionó al país durante la Semana Santa. Claudia fue encontrada, desfigurada, en un terreno del barrio Hialeah. Marcia fue declarada culpable y durante el juicio aseguró que “O era ella o era yo".
Lucero Montoya fue asesinada por su esposo Norlan Maltéz la madrugada del 30 de abril. El joven, que era locutor de una radio católica, la acuchilló en la acera de su casa y ahí mismo fue linchado hasta la muerte. Tres niños quedaron en la orfandad.
Vilma Trujillo murió luego de que el 80 por ciento de su cuerpo quedara quemado por haber sido abrasada en una hoguera. Su caso fue internacionalmente conocido por la atrocidad de los hechos y porque fue un pastor quien ordenó lanzarla a el fuego para "purificarla".
Catalina García, fue asesinada el 20 de mayo junto a su hijo de siete años. Sus cuerpos fueron encontrados en un saco rojo, días después de haber desaparecido, en una comunidad rural de Quilalí. La saña con la que fueron agredidos ha marcado a las familias de este pequeño poblado que ahora temen sufrir lo mismo. El móvil no ha sido esclarecido.
Consulte el especial: Femicidios en Nicaragua.