14 de julio 2023
El sacerdote Douglas Ramón Guevara Ávila, encargado de la parroquia Inmaculada Concepción de María, de la Diócesis de León, se exilió tras el asedio policial del que era víctima, confirmó la investigadora Martha Patricia Molina.
Guevara es el tercer sacerdote que en menos de una semana sufre algún tipo de agresión por parte del régimen orteguista. El pasado fin de semana, la Dirección de Migración y Extranjería negó el ingreso a Nicaragua al padre Juan Carlos Sánchez, vicario de la parroquia San Francisco de Asís, de Managua. Y el domingo 9 de julio apresó al cura Fernando Zamora Silva, canciller de la Diócesis de Siuna, en el Caribe Norte.
“La dictadura sandinista continúa sin dar tregua a los sacerdotes. Todos los sacerdotes tienen actualmente su vida en peligro”, alertó la también abogada, mediante su cuenta de Twitter.
El sacerdote Guevara era el séptimo párroco de ese templo en León. Su administración se mantuvo por diez meses. Los feligreses agradecieron el compromiso de su ministerio a través de la cuenta oficial de la Iglesia en Facebook.
“La comunidad entera de nuestra parroquia agradece al presbítero Douglas Ramón Guevara Ávila, séptimo párroco de nuestra localidad que nos brindó diez meses de ardua labor pastoral, donde el amor, esfuerzo y constancia siempre resaltaron a pesar de las muchas limitaciones del camino, tomados siempre de la mano del Señor y nuestra Purísima Señora. Que nuestro Señor Jesucristo bendiga su caminar”, se lee.
Arremetida contra la Iglesia católica
Al menos 86 religiosos —entre sacerdotes y monjas— han tenido que irse del país obligados por la dictadura orteguista, desde 2018 a la fecha. El régimen ha utilizado diferentes mecanismos de presión, como exilio, negativa de ingreso al país o no renovarles su residencia en un contexto marcado por múltiples ataques contra la Iglesia católica.
Otros tres sacerdotes han sido condenados por la justicia orteguista, entre ellos, el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, y cuatro más están bajo investigación; dos de ellos en una especie de “casa por cárcel”, uno en prisión, y el más reciente, el sacerdote Fernando Zamora.
El domingo 2 de julio la Policía del régimen asaltó la casa de las hermanas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, en León, y expulsó de Nicaragua a cuatro religiosas de origen brasileño. Posteriormente, el Ministerio de Gobernación (Migob) anuló la personería jurídica de la fraternidad y confiscó todos los bienes de las religiosas.