23 de julio 2020
Un ‘análisis de la sobremortalidad’, muestra que, entre el 11 de marzo y el 30 de junio de 2020, en Nicaragua murieron 4429 personas más que el promedio de los últimos tres años, por neumonía, infarto, diabetes, e hipertensión. “Toda esa sobremortalidad habría que clasificarla como muerte sospechosa, atribuible a covid-19”, aseguró el doctor Carlos Hernández, salubrista integrante del Comité Científico Multidisciplinario, en el programa Esta Noche, que se transmite en línea, debido a la censura televisiva del Gobierno de Daniel Ortega.
Los cálculos se hicieron con base en la información suministrada por las máximas autoridades del Gobierno el 19 de julio, cuando se informó el deceso de 12 100 personas, acaecido durante esos 111 días, de donde resulta un promedio de 109 muertes al día, superior en 1.7 veces al promedio de los tres años previos, que fue de 65.6 muertes al día.
Esa proyección estadística surge de comparar el promedio de muertes por día, que pueden atribuirse a 17 causas distintas. Los datos que usó el experto del Comité Científico Multidisciplinario, muestran el promedio diario de 12 de esas causas de muerte, en los años 2017, 2018 y 2019, comparados con los 111 días que hay entre el 11 de marzo y 30 de junio.
El estudio de los datos muestra un comportamiento uniforme para aquellas dolencias que no están asociadas con la epidemia de covid-19. El Doctor Hernández mencionó cómo las causas de muerte por tumores se mantuvieron en una tendencia estable durante cuatro años: murieron un promedio de 7.9 personas al día en 2017 y 2018; para bajar a 7.6 en 2019, y marcar en esos 111 días, un promedio diario de 7.7 personas.
Algo similar sucedió con los accidentes cerebrovasculares (3.8, 4.1, 3.8 y 4.0 muertes al día, en los períodos señalados), y las muertes por accidentes de tránsito, que fueron 2.1, 2.1, 1.9 y 2.2 en el mismo lapso de tiempo.
Las cifras se disparan a niveles exagerados cuando se trata de cuatro dolencias que se agravan con la incidencia del covid-19: hipertensión, diabetes, infarto y sobretodo neumonía, que multiplican por dos, tres, y hasta catorce veces, su promedio de muertes diarias.
El comportamiento más alarmante es el de la neumonía, a la que se le achaca un promedio de 2.2 muertes diarias en 2017, 1.6 en 2018, y 1.5 en 2019, para dispararse hasta los 21.1 muertos en el período estudiado en 2020, lo que significa un factor de 14 veces, que la llevó de ser “la novena causa de muerte en los tres años anteriores, a ser la principal causa de muertes en 2020”.
Neumonía triplicó su letalidad semanal
Visto como producto de la cantidad de muertes semanales por cada mil casos reportados, la neumonía era la causa de muerte de 6.0, 4.0 y 5.3 personas por cada mil contagiados en las semanas 16, 17 y 18 del 2020, pero crece exponencialmente en la semana 19 (14.8 muertes por cada 1000 contagios); en la semana 20 (17.6) y en la semana 21, cuando llegó a 18.1 muertes por cada mil contagios, lo que más que triplica el pico de la semana 16.
La hipertensión multiplica con 2.7 veces sus registros de 2019, al pasar de 3.0 muertes diarias, a 8.0. El factor sería aún más alto, si se comparara contra el 2.5 de 2018, o el 2.4 de 2017.
La diabetes pasó de mostrar un promedio de 6.2 muertes al día en 2019, hasta las 12.8 de 2020, mientras que se reportaron 8.5 muertes promedio por infarto en 2019, y 17.2 por día, en 2020.
“La situación se pone muy delicada, y tenemos que decirlo, sin tratar de generar pánico”, dijo Hernández, quien calcula que el comportamiento de la hipertensión, diabetes, infartos y neumonías, es la explicación a 4429 muertes en exceso, a las que define como “sospechosamente atribuibles a covid-19, hasta que no se demuestre lo contrario”.
Su cálculo es que, más que decir que sucedieron entre el 11 de marzo y el 30 de junio, las mayores afectaciones ocurrieron entre la segunda mitad de mayo, y la primera mitad de junio.
A las personas fallecidas por esas causas en ese período “debieron haberle hecho las pruebas antes o después de su muerte”, para confirmar –o descartar al covid-19 como causa de muerte- y determinar el verdadero estado de la epidemia, porque esos números “casi duplican las cifras que presenta el Observatorio Ciudadano. Es alarmante”.
El experto admite que “no podemos asegurar que, efectivamente, son casos de covid-19. Lo único que podemos decir es que son muertes sospechosas, atribuibles a covid-19, y en medio de una pandemia, cualquier epidemiólogo del planeta señalaría estos casos como el curso principal que ha tenido la epidemia, en términos del registro de las causas de muertes”.
“Se está cocinando un nuevo repunte”
El salubrista aboga para que el Gobierno, y todos los que trabajan para preservar la salud de los ciudadanos en el país, aprovechen la estabilización temporal en el número de contagios observados durante los últimos 30 días, para dialogar y encontrar mejores formas de combatir el repunte de casos que, con toda probabilidad, volverá a elevar los números de muertes en las próximas semanas.
“Se está cocinando un nuevo repunte”, dijo Hernández, por lo que instó a “dialogar, y examinar qué ajustes podemos hacer en las estrategias de trabajo comunitario para prevenir” los contagios, “y de trabajo desde el sistema de salud, sobre todo para reorientar las pruebas diagnósticas, dirigidas al control epidemiológico”, que ayude a cortar la cadena de transmisión”, añadió.
De paso, advirtió del riesgo que significan las actividades educativas y religiosas efectuadas de manera presencial, al recordar que en ambos casos, se trata de meter durante varias horas, a nutridos grupos de personas en espacios cerrados, lo que eleva el riesgo de contagio, por lo que invitó a los padres de familia, que “valoren el riesgo de llevar a sus hijos a la escuela”.
“Todo culto religioso es muy propenso al contagio, por la cercanía, y porque se canta, y en el caso de los evangélicos, porque es diario, y en templos pequeños, donde la gente está muy cerca la una de la otra, y además, es canto y alabanzas en voz alta, lo que incentiva que se distribuyan las micropartículas de saliva”, describió.
“Hoy están diciendo los pastores evangélicos que van a volver al culto presencial diario. Si también entra el sistema educativo, vamos a tener un montón de factores” que harán que se cumpla el repunte previsto, alertó.
El experto explicó que el repunte visto en Costa Rica se explica en que “bajó un poco la alerta, porque tenían más de dos meses de estar en meseta, y comenzaron a hablar de desescalamiento, de relajamiento de las medidas preventivas”. El resultado es que “en las últimas cuatro semanas, Costa Rica tiene más casos que en todos los meses anteriores”, detalló.
La petición a los que tienen incidencia en el sistema educativo, es “que no regresen a las aulas. Eso satura no solo los contactos en las escuelas mismas, sino también en el transporte público: ya estamos viendo otra vez los buses llenos, y eso es un foco de contagio muy potente”.