30 de enero 2023
Los neocatecúmenos extranjeros de la Arquidiócesis de Managua están pidiendo regresar a sus países de origen, tras ser ordenados como sacerdotes en Nicaragua, afirmó este domingo el cardenal Leopoldo Brenes.
Un grupo de once seminaristas fueron ordenados sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua el sábado pasado; sin embargo, no todos servirán en la jurisdicción, según el purpurado, debido a que los extranjeros han solicitado no servir en Nicaragua, un país que atraviesa una crisis sociopolítica desde 2018, en la que más de una decena de religiosos han sido arrestados o han optado por el exilio.
En la homilía dominical, transmitida en las redes sociales de la Arquidiócesis de Managua, Brenes no especificó la cantidad de neocatecúmenos extranjeros que han optado por la excardinación, pero sostuvo que una parte “de los sacerdotes que han salido del seminario, de los catecúmenos ordenados aquí, han querido regresar a sus países, entonces eso merma un poquito el número”.
El cardenal, quien en 2018 afirmó que la Iglesia católica es “perseguida” en Nicaragua, dijo no tener inconvenientes en el desarraigo de los neocatecúmenos extranjeros, citó el caso de un sacerdote que lo solicitó desde Chile, y mencionó que “lo importante es servir”.
Este domingo, el cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, lamentó que muchos miembros de la Iglesia católica de Nicaragua sean acusados por una “justicia mal administrada y manipulada”.
“Los hermanos de la Iglesia de Nicaragua injustamente llevados a tribunales con acusaciones falsas, cómo pueden ser dichosos esos jueces que saben que están actuando injustamente”, enfatizó Rodríguez en una homilía dominical. “¿Creen que esos jueces tendrán paz interior?”, preguntó el cardenal.
Ataques orteguista contra la Iglesia católica
Las relaciones entre la Iglesia católica y el exguerrillero sandinista Daniel Ortega, quien gobierna Nicaragua desde 2007 tras haberlo hecho entre 1979 y 1990, se han destacado por roces continuos.
Las diferencias entre los católicos y Ortega se agudizaron en 2018, cuando los religiosos abrieron sus puertas a manifestantes antigubernamentales que huían de ataques armados de policías y “paramilitares”, en el estallido social más grande del país en casi medio siglo.
En 2018 el Gobierno sandinista expulsó de Nicaragua a un sacerdote colombiano y uno salvadoreño que entre ambos llevaban más de 50 años predicando en el país. En 2022 hizo lo propio con el nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y con 18 monjas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.
En el último año también ha llevado a prisión a un obispo, siete sacerdotes y dos colaboradores de la diócesis de Matagalpa, cerrado nueve estaciones de radio católicas y sacado de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos, e impedido procesiones y romerías.
Esta semana, cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo de la diócesis de Matagalpa fueron declarados culpables de los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad.
La jueza sandinista Nadia Camila Tardencilla, titular del Juzgado Segundo Distrito de los Penal de Managua, declaró culpables a los sacerdotes Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y encargado de la parroquia San Juan Bautista; José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, primer y segundo vicario de la catedral Matagalpa de San Pedro, respectivamente, y al diácono Raúl Vega González
De esta forma, en menos de quince días, el régimen orteguista suma siete religiosos condenados a prisión; el primero fue el sacerdote Óscar Benavides, también de la Diócesis de Matagalpa. Otros dos sacerdotes fueron condenados en 2022, y el obispo de Matagalpa Rolando Álvarez continúa bajo juicio político.