4 de agosto 2022
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El sacerdote Uriel Vallejos y un grupo de feligreses lograron salir este jueves de la casa cural de la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, en Sébaco, donde permanecieron sitiados por la Policía Nacional desde la tarde del lunes pasado, cuando agentes antimotines irrumpieron por la fuerza en la iglesia, de la que Vallejos es párroco.
Los más de 70 antimotines que habían ocupado la capilla Niño Jesús de Praga, el templo católico y el colegio San Luis Gonzaga se retiraron este jueves cerca de las 10:00 a.m. confirmaron a CONFIDENCIAL fuentes cercanas a la Iglesia, quienes detallaron que la evacuación del sacerdote y los feligreses se logró mediante una comisión de religiosos.
Fuentes de la Iglesia católica indican a CONFIDENCIAL que la evacuación se logró mediante una comisión de religiosos. La Policía también abandonó el templo
El diario La Prensa publicó que Vallejos, quien padece diabetes, se encuentra bien de salud, pese a que su alimentación durante los días de encierro fue escasa.
En entrevistas anteriores, el sacerdote había confirmado que no tenían acceso a alimentos porque la cocina estuvo bajo la custodia policial. En comunicación con TV- Merced, de la Diócesis de Matagalpa, indicó que resistían con jugos, manzanas, galletas, y no tenían luz eléctrica.
El religioso agradeció a la población que acudió a su llamado de auxilio el lunes pasado, cuando agentes policiales ingresaron a la fuerza para llevarse los equipos de Radio Católica de Sébaco, una de las diez emisoras cerradas a la Diócesis de Matagalpa, pero no lograron su propósito porque los fieles los habían resguardado antes que entraran.
Los policías agredieron a la población y lanzaron bombas lacrimógenas, mientras el sacerdote y seis fieles católicos se resguardaron en la casa cural, que permaneció rodeada por antimotines.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) informó este miércoles que las condiciones del sacerdote empeoraron, sus alimentos estaban casi agotados.
“No pueden salir, la Policía los tiene rodeados y cerrada la calle que colindan con el templo. ¿Qué pretende el régimen Ortega Murillo?, ¿dejar que mueran de hambre?”, reclamó el Cenidh en Twitter.
El padre fue informado que los policías ingresaron al colegio —del que él es director—, en su oficina, en la administración y rompieron las cámaras del centro de estudios. En la iglesia también se llevaron todos los equipos de sonido. “Han robado todo lo que han encontrado allí; es condenable”, lamentó el sacerdote el martes.
Agregó que la actuación violenta por parte de la Policía es “incomprensible” y dijo que “se están echando al pueblo encima” que defendió lo que ellos mismos han dado a la Iglesia- en relación a los equipos-.
Esta semana el régimen orteguista dejó caer la guillotina sobre doce medios de comunicación en Matagalpa, de mayoría católica. Después, orientó el asalto contra la emisora de Sébaco, generando un ataque frontal contra la población religiosa. Este jueves acorraló mediante un despliegue de antimotines a monseñor Rolando Álvarez, responsable de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, impidiendo que sacerdotes y fieles ingresaran a su casa, en la Curia Arzobispal, ubicada al norte del país.
