6 de octubre 2023
El sacerdote Harving Padilla, de la parroquia San Juan Bautista, en la ciudad de Masaya, se exilió tras dieciséis meses y ocho días de permanecer recluido en el Seminario Mayor Arquidiocesano La Purísima, en Managua, confirmó a CONFIDENCIAL el excarcelado político y desterrado, Yubrank Suazo, quien también es originario de Masaya.
Según Suazo, el sacerdote salió de Nicaragua el 28 de septiembre, aunque aún no se revela a dónde se exilió.
El sacerdote había sido trasladado hasta el Seminario La Purísima por una comitiva especial de la Arquidiócesis de Managua, en mayo de 2022, después de diez días de permanecer encerrado en su parroquia por un cordón policial.
“Ellos (policías) dicen que puedo salir a la hora que quiera, pero cómo voy a salir estando inseguro, con esas personas ahí (...) personas que sabemos son paramilitares, agresivos, y para evitar que ellos tengan algún confrontamiento conmigo prefiero no salir. Tengo parroquia por cárcel”, dijo entonces el religioso.
La comitiva que logró sacar al padre Harving de Masaya estuvo liderada por el sacerdote Bismarck Conde, vicario foráneo de Masaya y otros dos curas procedentes de Managua.
Días antes de ser encerrado en su parroquia, el religioso lamentó en su homilía la segunda detención de Yubrank Suazo, integrante de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD). Esta ocurrió el 18 de mayo de 2022, nueve meses después --en febrero de 2023-- Suazo fue desterrado a EE. UU. y desnacionalizado.
El medio 100% Noticias afirmó que fuentes cercanas al padre Harving también explicaron que, tras ser recluido en el Seminario, se incrementó la vigilancia en este lugar y la familia del religioso sufrió acoso policial.
Sacerdote Harving Padilla era asediado desde 2018
En los últimos años, el sacerdote Harving Padilla ha sido objeto de campañas de desprestigio ordenadas por el régimen Ortega-Murillo y divulgadas en medios oficialistas. En julio de 2018, el oficialista El 19 Digital publicó una nota en la que señalaron al religioso de “dirigir a los terroristas que asesinaron vilmente al suboficial Gabriel de Jesús Vado Ruiz”, aduciendo que “su complicidad quedó en evidencia en la comunicación que mantenía con los delincuentes”.
El sacerdote afirmó que la divulgación de los medios oficialistas fue “totalmente manipulada”, puesto que en el audio asegura que solicitó a los manifestantes que entregaran al oficial “a los derechos humanos para resguardarle su vida”.
“Lo que tengo entendido por los médicos que se quedaron en los lugares para curar a los heridos de las protestas era que los mismos paramilitares, cuando entraron al local, se llevaron al hombre que estaba vivo y que ellos mismos propiciaron la muerte de ese policía, eso nos dicen los estudiantes de medicina que están exiliados”, agregó.
El cura sufrió otro ataque en noviembre de 2019 por un grupo de fanáticos orteguistas, apoyados por agentes de la Policía Nacional, cuando estos irrumpieron de forma violenta una misa que realizó en apoyo al padre Edwin Román, quien acompañaba a diez madres en huelga de hambre. En esa ocasión, Padilla denunció que era la segunda vez que partidarios al régimen profanaban el templo y responsabilizó a los dirigentes del Frente Sandinista en la ciudad de Masaya.
En enero de 2020, un fuerte dispositivo policial cercó todos los accesos a la parroquia San Juan Bautista, luego que se conoció públicamente que en el templo se realizaría una colecta de útiles escolares, promovida por la Unión de Presas y Presos Políticos (UPPN).
Al menos doce sacerdotes están presos en Nicaragua, en cárceles orteguistas o encerrados en seminarios "bajo investigación". La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo dirige una campaña permanente de ataques y persecución contra la Iglesia católica en Nicaragua.