20 de julio 2018
La Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas y Religiosos (CLAR) respaldó a la Iglesia Católica de Nicaragua, que fue calificada como “golpista” por el presidente Daniel Ortega, y lamentó que tanto el Gobierno como grupos paramilitares se han “encarnizado” contra los sacerdotes católicos.
“Nos solidarizamos con la voz profética que la Iglesia, obispos, laicos y consagrados, ha dejado escuchar con claridad y determinación. Muchos cristianos comprometidos han sido víctimas de esta violencia, sistemática y absurda que solo pretende sembrar miedo, para que la injusticia y la represión sigan su curso”, expresaron en un comunicado.
Apoyo de la @clar_vr a los obispos de la @CENicaragua ante los ataques del Gobierno de Daniel Ortega #SOSNicaragua pic.twitter.com/7VD5jLVtI2
— Yader Luna (@Lunacero) 20 de julio de 2018
Además insistieron en que debe cesar la represión contra la Iglesia “que busca la mediación para el cese de la violencia” y que “se ha convertido en objetivo de los ataques del gobierno y sus grupos paramilitares”.
En ese sentido repudiaron que se hayan “encarnizado contra los estudiantes, los trabajadores, los pobres y y la Iglesia, quienes protestan para reclamar un diálogo nacional que desencadene en un cambio democrático del actual régimen político”.
Piden un diálogo amplio
El comunicado de la CLAR exige el “establecimiento de una mesa amplia para el diálogo nacional, que desencadene una salida democrática a la actual crisis social y política” que vive Nicaragua desde el pasado 18 de abril.
Además solicitan el respeto del debido proceso judicial “a todos los que han sido injustamente apresados y la liberación inmediata de los presos políticos”.
También piden la “defensa integral” de la Constitución Política y el respeto por los derechos políticos de asociación y de protesta en el país, que han sido violentados desde el inicio de la crisis.
Mucha angustia
La CLAR manifiesta que las últimas semanas “han sido de mucha angustia para el pueblo nicaragüense, debido a la violencia y a la anarquía que se han tomado las calles del país”.
“A los tantos asesinados, cuya sangre clama al cielo, se suman muchos más heridos y detenidos, ya que la protesta, amparada en la Constitución como un derecho político, ha sido burdamente criminalizada”, indica el comunicado.
Además, informan que “muchos de los que hoy son perseguidos han trabajado por décadas para apoyar el renacimiento de Nicaragua”, mientras algunos de los antiguos líderes de la Revolución Sandinista, especialmente Ortega, “han traicionado abiertamente el proceso y se erigen hoy como los represores de turno”.