2 de junio 2020
El Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua ha admitido implícitamente la muerte de pacientes con el nuevo coronavirus que fueron excluidos de las estadísticas oficiales, por fallecer debido a “otras complicaciones”, según lo dicho en los últimos dos informes semanales y en el “Libro Blanco: Informe sobre la covid-19 y una estrategia singular”. Sin embargo, estas “otras complicaciones” o “padecimientos”, que el Gobierno también ha llamado comorbilidad, serían detonadas por el virus, según médicos y especialistas.
“Están queriendo justificar ese montón de muertes, poniéndoles otro nombre y eso lo sabe todo el mundo. Lo que pasa es que no hay forma de probarlo porque aquí quien tiene los datos es el Gobierno. Y esta no es una posición política, es una posición evidentemente profesional”, dice el médico experto en diabetología, Hugo Villareal.
Según los datos del Minsa, entre el 18 de marzo y el 26 de mayo, solo han fallecido 35 personas a causa del nuevo coronavirus, ubicando al país con una letalidad del 5%, después de tener el porcentaje más alto del continente, con un 32%. Sin embargo, reconocen que hay otros pacientes, que estaban bajo vigilancia, que murieron por tromboembolismo pulmonar, infarto agudo de miocardio, crisis hipertensivas, neumonías bacterianas y diabetes mellitus.
Aun cuando informan de estos fallecimientos, el Minsa no los incluye en la lista de muertes por covid-19, ni da detalles de cuántos son. Como si lo hizo el Gobierno de Guatemala, que reportó e incluyó en las estadísticas a dos personas fallecidas por “causas ajenas a la covid-19” que habían dado positivo.
“Están tratando de ocultar la existencia de la enfermedad en su dimensión real. Tratan de hacer pensar a la gente que de todas formas se iban a morir porque tenían esa enfermedad y de esa manera se quitan la responsabilidad que ellos tienen”, dice el epidemiólogo, Rafael Amador.
Comorbilidad no es causa directa de muertes
Las investigaciones médicas apuntan que solo el 5% de los pacientes con covid-19 desarrollarán la enfermedad de forma grave, y quienes están en mayor riesgo son las personas que padecen enfermedades crónicas y comorbilidades como diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, cáncer, VIH, entre otros.
Esto ocurre porque cuando el virus entra en contacto con el cuerpo lo que hace es duplicarse y viajar a través de la corriente sanguínea. Entonces, el sistema inmunológico batalla contra él para que no siga aumentando en número.
En este proceso, han explicado los especialistas, hay personas que desarrollan lo que en medicina se conoce como “tormenta inmunológica”. Es decir, que las células que deberían protegernos, nos atacan; y si el paciente ya tenía una enfermedad crónica, el virus ataca ese padecimiento, provocando en el peor escenario su fallecimiento.
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“Si vos tenés una condición cardíaca y te da el coronavirus puede pasar que el órgano que te va a afectar dentro de todo el proceso, va a ser el corazón porque es el eslabón más débil. (...) Y hay gente que se está muriendo del corazón, pero es a consecuencia del virus”, explica el doctor Amador.
Sin embargo, añade, esto no significa que todas las personas que tengan comorbilidades van a fallecer. Si reciben una buena atención y tienen controlado su padecimiento crónico las posibilidades que superen con éxito la enfermedad aumentan.
“Lo que la covid está haciendo es acelerando la muerte de la gente que se contagia, que tenía alguna enfermedad crónica de base maltratada, y que llegaron tarde al hospital para ser atendidos”, explica el epidemiólogo.
El daño de la covid-19 a los diabéticos
Según los datos del Minsa, algunas de las muertes de personas con covid-19 se debieron a la diabetes mellitus. Y aunque son pacientes pertenecientes al grupo más vulnerable, su fallecimiento no puede ser atribuido solo a este padecimiento.
“El paciente diabético que le da covid-19 no se muere por diabético, se muere por la covid. Lo que pasa es que la diabetes es una enfermedad crónica que condiciona una disminución del sistema inmunológico. Entonces, el sistema está deprimido y lo predispone a enfermarse”, explica el diabetólogo Hugo Villareal.
En Nicaragua, durante los últimos tres años, la diabetes ocupa el segundo lugar en la lista de enfermedades crónicas. Según el Mapa Nacional de la Salud, en el 2019 se registraron 84 846 casos y hubo 2253 fallecimientos en todo el país.
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“Cuando las personas con diabetes desarrollan una infección viral puede ser más difícil de tratar debido a las fluctuaciones en los niveles de glucosa en la sangre y, posiblemente, a la presencia de complicaciones de la diabetes”, indica la Federación Internacional de Diabetes de España.
La mayor complicación que ocurre en el cuerpo de los diabéticos es que como estos no pueden procesar el azúcar en sangre, esta se cristaliza y provoca la obstrucción de venas y arterias, evitando que la persona reciba oxígeno. Esta condición se ve empeorada porque varios estudios señalan que la covid-19 provoca un proceso inflamatorio, que en palabras simples, causa que la sangre se espese, propiciando la formación de coágulos.
La covid-19 predispone el tromboembolismo pulmonar
Al comenzar la formación de coágulos y micro coágulos —conocidos como trombos—, sobre todo en las extremidades inferiores, estos viajan por lo interno del cuerpo y obstruyen los alvéolos pulmonares, que es donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Pero al haber una obstrucción, el oxígeno no puede entrar al torrente sanguíneo.
“Cuando hay bastantes trombos, alteran la ventilación-perfusión, es decir, la sangre que llega al pulmón, va a llegar al alveolo y va a intercambiar el cebo, con el oxígeno. Entonces, si se ‘taponea’ ya no llega el oxígeno a los tejidos, esta es otra de las causas del cansancio y las muertes que va a provocar la covid-19”, explica el neumólogo Mario Espinoza.
Ante estos antecedentes se ha descubierto que si el paciente con el nuevo coronavirus lleva un registro de los niveles de oxígeno en el cuerpo, al comenzar a descender se puede iniciar el tratamiento anticoagulante en prontitud, reduciendo las posibilidades de morir.
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“Si usted comienza tener los síntomas y se mide el oxígeno del cuerpo, si lo tiene arriba de 93% está en zona segura, pero si le baja de 93% se debe disparar la alerta porque significa que está a cuatro días o cinco días de desarrollar la forma grave de la enfermedad, que es cuando ya llegan al hospital prácticamente a morir”, señala el doctor Amador.
Sin embargo, aunque sí es cierto que hay fallecimientos causados por esta falta de oxígeno, clasificados como tromboembolismo pulmonar o embolia pulmonar, la causa de muerte principal sigue siendo la covid-19. Por lo tanto, el Minsa debería incluir estas muertes en las estadísticas oficiales de la evolución de la pandemia.
“Si el paciente con covid presenta un deterioro rápido de su oxigenación con un colapso circulatorio, probablemente la causa directa de muerte sea tromboembolismo pulmonar, pero la causa básica seguirá siendo la covid-19”, señala el neumólogo, Pablo Cuadra.
“Toda neumonía atípica es covid-19”
De todas estas enfermedades que están relacionadas a la covid-19, de la única que se conocen datos de su incidencia es de las neumonías. Según la información oficial hasta el 15 de mayo de este año han ocurrido 309 fallecimientos, 87 más que el año pasado. Y muchas de las defunciones aunque son de pacientes con el nuevo coronavirus están siendo clasificadas por neumonía atípica.
“Todo exceso de muertes desde el 18 de marzo para acá se atribuye a neumonía por coronavirus, porque, además, no estamos en la temporada de las neumonías. Por lo tanto, casi todas, por no decir todas, las muertes en esta época deben atribuírsele al coronavirus”, señala el doctor Jorge Iván Miranda.
Ante el aumento de la letalidad de las neumonías, el Ministerio de Salud dejó de compartir el boletín epidemiológico semanal. Y según afirma el Gobierno de Ortega, en el libro blanco sobre la covid-19: “A dos meses del primer caso, la situación de la pandemia está bajo control en el país”. Pero lo cierto es que el país carece de transparencia en los datos y de información fiable del manejo de la crisis sanitaria mundial. Incluso, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se ha mostrada preocupada por la situación de Nicaragua.
El salubrista, Carlos Hernández, quien pronóstico el inicio de la curva de contagios durante el mes de mayo, aseguró que en el mejor de los escenarios estos sigan aumentando en las próximas cuatro o seis semanas. Sin embargo, esto dependerá de las decisiones que tome el Estado para reducir los contagios. Además, reveló que ya no se pueden hacer proyecciones usando la información de la región porque Nicaragua se alejó de la realidad de los países centroamericanos.
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