17 de agosto 2021
El régimen orteguista nacionalizó al ciudadano ruso Viktor Pavlovich Trukhin, director de la planta de vacunas Mechnikov, un fallido proyecto farmacéutico gestionado por Laureano Ortega Murillo y que fue financiado parcialmente con fondos del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
La nacionalización de Trukhin fue publicada en la Gaceta, Diario Oficial del Estado, de este lunes 16 de agosto. Entre los argumentos publicados es que Trukhin “es un profesional del sistema de salud altamente calificado contribuyendo al desarrollo tecnológico y científico del pueblo nicaragüense”, cita la publicación.
Trukhin asumió la dirección de la planta Mechnikov en noviembre de 2016, un mes después que la misma fuese inaugurada por Rosario Murillo, quien dijo que esta se convertiría en el “laboratorio de Centroamérica”.
El primer gerente del proyecto, Vitalii Granovski, fue removido de su cargo de manera sorpresiva y fulminante por pedido de la primera dama y forzado a abandonar el país. Granovski dijo posteriormente que su abrupta salida fue por diferencias con Murillo sobre como se estaba llevando a cabo el proyecto de Mechinikov.
Esta planta estaba prevista a convertirse en la principal productora de vacunas en el ámbito centroamericano, principalmente en contra de la gripe y la influenza.
Un proyecto fallido
Su ejecución fue resultado de una inversión conjunta de 14.1 millones de dólares aportados por la Federación Rusa y 7.3 millones de dólares del Seguro Social de Nicaragua, operación que fue llevada a cabo discrecionalmente y sin tomar el severo déficit de esta cartera, cuyo colapso en 2018 motivó las reformas promovidas por el régimen que encendieron la chispa de las protestas civiles de 2018, que fueron reprimidas a sangre y fuego por las Policía orteguista y paramilitares del Gobierno.
El proyecto vio envuelto en una fuerte polémica luego que una investigación publicada en el diario La Prensa revelo serias irregularidades en el manejo de los fondos destinados para la operatividad de la planta, al punto que la misma no estaba en capacidad para operar.
El costo inicial para la edificación de Mechnikov fue de 21 millones de dólares, pero el costo de las obras terminó arriba de los 30 millones, según las investigaciones del diario. La gestión de este proyecto estuvo a cargo de Laureano Ortega Murillo, hijo de la pareja de dictadores, como parte de su rol como “embajador para la búsqueda de nuevas inversiones” para Nicaragua.
Nombrado cónsul honorario
Trukhin es bastante cercano al régimen orteguista. En abril del presente año fue nombrado como Cónsul Honorario de Nicaragua en San Petersburgo.
De acuerdo a una nota publicada en el portal de propaganda del régimen El 19 Digital, durante la presentación del cargo diplomático de Trukhin en Rusia, éste “presentó los logros de la planta Mechnikov, destacando sus capacidades existentes y potencial de atender los requerimientos inmunológicos, terapéuticos de los sectores más amplios de la población de Latinoamérica y el Caribe”.
Precisamente en el marco de la pandemia de la covid 19, el régimen orteguista mantiene una fuerte presión diplomática con el fin de convencer a Rusia para que respalde financieramente la capacidad de Mechnikov para que en esta se fabrique la vacuna rusa en contra del coronavirus Sputnik-V.
En agosto de 2020, Murillo anunció que en Nicaragua se produciría la vacuna a través del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov. “Además de consumir localmente y proteger a las familias nicaragüenses, también poder exportar, por lo menos a Mesoamérica, a la región centroamericana”, prometió.
Un reporte especial de CONFIDENCIAL reveló que de acuerdo a especialistas, es muy improbable que Mechnikov tenga la capacidad de fabricar la Sputnik-V.
“Las fotos que ellos (Gobierno) han dado, lo que muestran es una planta de envasado de inyectables, en los vitrales de cinco mililitros que normalmente vienen las vacunas. Lo cual es muy usual en la industria de vacuna. La vacuna contra la covid-19 nunca la va a poder producir Nicaragua, porque es una vacuna bien complicada. La producción implica cultivar el virus, manipularlo genéticamente, nada de eso se puede hacer aquí”, explicó uno de los especialistas consultados.