9 de mayo 2021
Cuatro de los siete países de Centroamérica ya han identificado las variantes de preocupación del nuevo coronavirus. Y en dos de ellos circulan en paralelo las tres variantes que convierten al virus en más contagioso. Nicaragua aún no reporta casos de estas variantes, pero en opinión de expertos esto se debe a que “falta voluntad política” para rastrearlas.
“En Nicaragua no sabemos si está la variante o no, tenemos la capacidad técnica porque hay el equipo para poder hacerlo y hay recursos humanos, además tenemos el apoyo de la OPS; pero falta la voluntad política para hacer esta prueba y también para hacer las pruebas (PCR)”, afirma el epidemiólogo Leonel Argüello.
Para la detección de las variantes se necesita que en los países haya vigilancia epidemiológica y genómica. Además, que las autoridades de Salud den seguimiento a los brotes de contagios y rastreen a los contactos. Sin embargo, hay poca evidencia de que esto ocurra en Nicaragua.
La población tiene acceso limitado a las pruebas para identificar el SARS-CoV-2, porque las autoridades no realizan testeos masivos y los pacientes con síntomas pueden solicitarlas solo si acuden a las unidades de salud y el médico ordena hacerla. O bien, si paga 150 dólares para obtener un certificado para viajar fuera del país. Según han denunciado a Confidencial, algunos pacientes con covid-19, tras la confirmación del diagnóstico tienen poco seguimiento.
Variantes ya circulan en Costa Rica y Honduras
Según el último informe epidemiológico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizado hasta el 4 de mayo de 2021, en Centroamérica ya hay presencia de las tres variantes de preocupación: la B.1.1.7, conocida como variante británica; la 501 Y.v2 o variante sudafricana; y la P.1. descubierta en Brasil. Estas variantes circulan en Panamá y en Costa Rica. Y su presencia está relacionada al aumento exponencial de contagios en este último país.
Mientras, en Belice se confirmó desde principios de este año que circula la variante británica. De Honduras, la OMS aún no tiene registros. Sin embargo, el 28 de abril pasado, las autoridades de este país aseguraron haber encontrado una de las tres variantes de preocupación en 33 pacientes. Pero no han informado de cuál se trata.
“Para identificar la variante, si no tenemos acceso a exámenes de laboratorio, podemos sospechar cuando tenemos más casos. Pero como en Nicaragua no se están tomando las medidas de prevención es difícil saber si es porque se relajaron las medidas o si es que están entrando las variantes”, señala Argüello, quien es miembro del Comité Científico Multidisciplinario.
Para la detección de mutaciones y variantes del SARS-CoV-2, la OMS creó en 2020, la Red Regional de Vigilancia Genómica COVID-19 para estimular a los países de Latinoamérica a implementar vigilancia genómica de rutina. Según detalla su sitio web existen 23 laboratorios distribuidos en la mayoría de países de esta región. Sin embargo, de Centroamérica, solo Belice y Nicaragua no tienen laboratorio de secuenciación.
Hay países como Honduras y Guatemala que tienen laboratorios de secuencia externa. Es decir, que envían sus muestras a los dos laboratorios regionales que se ubican en Brasil y Chile. El Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (CNDR) de Nicaragua no está incluido. Aunque la OPS confirmó la semana pasada que enviará material de tamizaje molecular para identificar las nuevas variantes.
“La OPS trabaja con todos los países de la región para asegurar la identificación oportuna de esas variantes y eso incluye el Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (CNDR) del Ministerio de Salud”, aseguró Sylvain Aldighieri, jefe de la unidad de Alertas y Respuestas Epidemiológicas.
Variantes se han expandido a 161 países
Las mutaciones y variantes del SARS-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad de la covid-19, eran esperadas por la comunidad científica. En algunos casos estas “fallas” en el proceso de copiado del mismo virus, hacen que desaparezca y en otras, como está ocurriendo, lo convierten en más contagioso y, en consiguiente, elevan el riesgo de morir de los pacientes con la covid-19.
“El virus original siempre está haciendo copias del mismo y entre más copias existan, más posibilidades existe de que surja un error. Estas copias que salen mal pueden provocar que el virus sea menos o más agresivo, menos contagioso o más contagioso. Lamentablemente, las variantes que estamos viendo hacen al virus más contagioso”, explica el doctor Leonel Argüello y agrega que “si el virus original infectaba a tres o cuatro personas, este puede pasársela de cuatro a ocho personas”.
La OMS clasificó a las variantes con dos tipos: unas fueron nombradas “interés” y otras, las más peligrosas, de “preocupación”. Estas últimas ya se han identificado en 161 países del mundo. Incluso, en algunas de estas naciones se esparcen en paralelo. Según la OMS, de Latinoamérica hay siete países que tienen circulando los tres tipos de variantes de preocupación; otros siete que tienen dos y siete más solo han identificado uno. Mientras, los ocho restantes no han reportado ninguna.
¿Cómo se diferencian las variantes?
La OMS detalló que las variantes de interés (VOI) son aquellas que mostraron mutaciones dentro del virus que provocaron cambios en su composición y a su vez conduce la transmisión comunitaria. También, una menor eficacia de los tratamientos y o el posible impacto del diagnóstico.
Hasta este momento se han identificado siete VOI. La última de estas es la variante B.1.617 que fue detectada en la India y que ya se confirmó su presencia en varios países de Latinoamérica como México. Esta variante ha causado conmoción porque a diferencia de las otras tiene una doble mutación que podrían convertirla en más contagiosa, pero como todavía no hay evidencia se mantiene como de “interés”.
Las variantes de preocupación (VOC) se ha demostrado que tienen mayor transmisibilidad, aumentan la gravedad de la enfermedad de la covid-19, tienen menor efectividad de los tratamientos o las vacunas y fallas en la detección de diagnóstico.
“La variación se hace en un solo lugar específico del virus y lamentablemente ese es el que permite entrar a la célula, que es también el lugar donde se pone la vacuna, y si eso cambia va haber un determinado momento en que la vacuna no nos va a servir”, explica Argüello, quien es miembro del Comité Científico Multidisciplinario.
Además que al ser más contagiosas predominará más la variante que el virus original y eso detonará un incremento de contagios, de personas que desarrollen la enfermedad de forma grave por el nivel de exposición, de fallecidos y también de pacientes que sufran de secuelas tras superar la covid-19.
Estas variantes son la B.1.1.7, conocida como variante británica, por el país donde la identificaron, la 501 Y.v2 o variante sudafricana y la P.1. descubierta en Brasil. La que más preocupa es la británica.
“Se ha documentado que las personas infectadas con la variante B.1.1.7 presentan mayor riesgo de morir que las personas infectadas con otras variantes. Los estudios preliminares sugieren que la variante 501Y.V2 está asociada con una carga viral más alta, lo que podría sugerir un potencial mayor transmisibilidad”, alertó la OMS.
Asimismo, hay estudios que revelan que la vacuna contra la covid-19 perdió un porcentaje de la eficacia ante la variante sudafricana. Ante esta amenaza, sugiere la OMS que la vacunación se debe acelerar para evitar que el virus siga mutando y se vuelva más resistente que las vacunas.