14 de abril 2022
El régimen de Daniel Ortega dejó a los opositores nicaragüenses, que se exiliaron en Costa Rica, con mínimas posibilidades de movilizarse internacionalmente, después que la embajada de Nicaragua en ese país se negara a renovarles su pasaporte asegurando que el trámite debe realizarse en Managua.
El caso más reciente fue denunciado por la exguerrillera sandinista Mónica Baltodano, quien junto a su esposo Julio López y su hijo Umanzor Baltodano, intentó renovar su pasaporte y después de cumplir con los requisitos y retener su documento, le informaron que por instrucciones de Migración en Managua debían realizar el trámite en Nicaragua.
“Es un abuso de autoridad por parte del Estado, pues ni siquiera emitieron una resolución que sustente esta denegación. Al hacerlo verbalmente y de manera informal, restringen la posibilidad de recurrir contra la decisión misma, reducida a órdenes superiores”, lamentó Baltodano.
Ante esta situación, la defensora de derechos humanos, Haydeé Castillo, señala que “mientras la dictadura prevalezca en el país, el único camino que nos queda al exilio político es gestionar y tramitar nuestro asilo político y regularizar nuestras situación en los países de destino”.
Nacionalizarse o legalizarse, dos largos caminos
El defensor de derechos humanos, Gonzalo Carrión, explica que en el caso de los exiliados que viven en Costa Rica hay dos opciones para poder viajar. La primera es, una vez consigan el estatus migratorio de refugiados, pedir un "documento de viaje", y la segunda nacionalizarse. Sin embargo, ambas alternativas son tardadas y lentas, principalmente conseguir el estatus de refugiado.
“En Costa Rica habemos más de 130 000 solicitantes de refugio y de acuerdo a información oficial y pública no llega ni al 5% a los que le han otorgado el refugio, o sea no llega a 10 000 personas con refugio y sin esa condición no se puede pedir el documento de viaje”, explica el defensor, quien es miembro del colectivo Nicaragua Nunca Más y es solicitante de refugio desde hace tres años.
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El defensor enfatiza que si la persona solo tiene su carnet de solicitante de refugio le será imposible solicitar el documento de viaje. “Conozco el caso de una persona en esa condición que lo pidió y se lo negaron”, cuenta.
La segunda opción es que los exiliados obtengan la ciudadanía costarricense; sin embargo, esta opción lleva su tiempo y no aplica para todos. Según el sitio web del del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) se pueden nacionalizar todas aquellas personas nacidas en el país de padres extranjeros, personas nacidas en el extranjero de padres costarricenses y quienes han residido en el país por más de 20 años.
Asimismo, pueden adquirir la nacionalidad quienes se casan con una persona costarricense, quienes han residido de forma regular en el país durante cierto periodo y las personas declaradas apátridas o refugiadas apátridas, esta última resolución puede tardar hasta 200 días hábiles.
Régimen usa pasaportes para reprimir
En Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega ha coartado la libertad de movilización a decenas de ciudadanos, periodistas, sacerdotes, defensores de derechos humanos y activistas al imponer restricciones migratorias y quitarles sus pasaportes cuando pretendían viajar fuera del país.
“Hay varias ‘actuaciones’ relacionadas a los documentos de viaje, al pasaporte, tanto en Nicaragua como en los puntos fronterizos y ya fuera de Nicaragua. No es solamente el tema de renovación”, señala Carrión.
Asimismo, se conoció de empresarios, extrabajadores del Estado y servidores públicos activos que también tienen restricciones migratorias. A principios de este mes hubo un conflicto en Muelle de los Bueyes porque un promotor político del Frente Sandinista pidió permiso para viajar y lo acusaron de traición.
Exiliados temen represalias en embajadas
Castillo, quien es parte de la diáspora de Estados Unidos, también señala que hay exiliados políticos que no acuden a las embajadas por temor a las represalias porque fuera de Nicaragua también han sufrido persecuciones.
“Lo que yo conozco es que muchos nicaragüenses exiliados políticos ni siquiera se quieren acercar a los consulados porque hemos tenido casos de persecución aún en el exterior, entonces hay un temor porque la criminalidad del régimen no solo está dentro del país”, afirma.