12 de diciembre 2020
Los cambios en el pliego tarifario a aplicar a partir de enero de 2021, afectarán de diversas maneras los bolsillos de unos 900 000 clientes (equivalentes a 72.6% del total de usuarios legalmente conectados a la red eléctrica nacional), que reciben el beneficio de un subsidio en el pago de su servicio eléctrico.
A partir del próximo año, “el subsidio va a pasar del 53% al 22%”, lo que representará un 25% de incremento para los consumidores de hasta 300 Kwh al mes, y 18% para los que facturan más”, explicó Patricia Rodríguez, una ingeniera experta en temas de energía.
En paralelo, también crecerá el cobro del IVA, que pasará de 8% al 15% en algunos segmentos, a lo que se le suma el cobro del 2% anual, en concepto de deslizamiento cambiario.
“Esto no afectará a las tarifas plenas, sino solo al grupo que está en el subsidio de 150 kilowats hacia abajo”, detalló por su parte, Juan Carlos López, Director de Defensoría del Consumidor.
En dependencia de su nivel de consumo, cada mes, muchos de esos 900 000 clientes tendrán que desembolsar unos 200 córdobas más para pagar la misma cantidad de electricidad consumida. Los que facturan más de 300 Kwh al mes, tendrán que pagar unos 500 córdobas adicionales.
Datos del Instituto Nicaragüense de Energía (INE, ente regulador), muestran que, antes de 2018, todos los clientes que consumían menos de 150 Kwh, recibían un subsidio del 52% y cómo, a partir del 2021, la disminución segmentada de ese subsidio, redundará en que ese promedio se reduzca hasta quedar en 17%.
Esa estadística detalla que los clientes entre 0 y 50 Kwh, y los que consumen entre 51 y 100 Kwh, seguirán estando protegidos, al punto que solo perderán dos puntos porcentuales de ese beneficio, conservando un subsidio de 50%.
El bloque que consume entre 101 y 125 Kwh por mes, recibirá solo 30% de subsidio en 2021, y bajará más en 2022, año en que el beneficio se reducirá aún más, para quedar en 25%. Los clientes que facturan entre 126 y 150 Kwh al mes, pueden irse despidiendo del subsidio, pues diciembre es el último mes en que tendrán una dispensa del 20%, monto que se reduce a cero a partir de 2021.
Del mismo modo, a los clientes que consumen entre 301 y 1000 Kwh, que en 2020 dejaron de pagar 7% de IVA para pasar a tributar el 15%, se les unirán a partir de 2021, los clientes del tramo 151 a 300 Kwh, que también dejarán de pagar 7% para comenzar a pagar 15% del IVA.
Reacaudadores de impuestos
Contrastado contra toda esa maraña de datos, el defensor de los consumidores recordó que “la idea es desaparecer los subsidios, no porque lo dicta el Gobierno, sino que son recomendaciones específicas” de organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
César Aróstegui, experto en legislación energética, opina que el efecto de esos cambios será “devastador, porque desde el año pasado debió haber una rebaja del 30%, pero lo que estamos viendo es un alza que se basa en la carga de impuestos. La industria eléctrica es un recaudador de impuestos”, con el resultado que los panaderos, por ejemplo, están pegando el grito al cielo. Todo el mundo está siendo afectado, no solo el ama de casa”, graficó.
Si bien López cuestiona “la disminución de un derecho adquirido anteriormente, a través del Presupuesto General de la República en beneficio de los usuarios, también piensa que “los subsidios deben desaparecer. No creo que deban mantenerse todo el tiempo, especialmente si ese sector subsidiado es irregular… sobre todo con el tema de las pérdidas eléctricas, el fraude que comete el usuario, la mala aplicación del marco jurídico, a favor de Disnorte”.
Como suele suceder con los beneficios que no son focalizados, el subsidio a la tarifa eléctrica del sector domiciliar beneficia por igual a un trabajador que está en la parte baja de la escala salarial, y hace malabares para no exceder 150 kilovatios hora al mes, como a alguien que tenga tres casas, paga el consumo normal de la que habita, y se beneficia con el subsidio a las otras dos, aunque tenga una alta capacidad de consumo.
Demandan estudio tarifario
“Nadie fiscaliza el subsidio, además que no es un subsidio plenamente focalizado, sino que lo que hace es premiar una política de ahorro, nada más”, mostró.
Más que estar en contra de los subsidios, López se pronuncia por aplicarlo a determinados casos, lo que tiene más sentido en países pobres, con una población que recibe salarios bajos, y tiene poco consumo… como Nicaragua.
De cara al próximo año electoral, el defensor dice que “no descarto que el Gobierno vuelva a reinstalar el subsidio, tal vez no al nivel del 53% en que estaba antes, pero sí mucho más alto que el 17% actual, como parte de su campaña” de búsqueda de votos.
Independientemente de lo que pueda hacer el Gobierno en su intento de cortejar a los votantes, Rodríguez cree que lo que procede es “hacer un estudio tarifario serio, completo. No podés bajarle porque el petróleo bajó, o porque vamos a renegociar contratos o porque es la tarifa más alta de Centroamérica: necesitamos un estudio tarifario serio, que requiere más de un año, (porque requiere estudios previos) y no se ha hecho en más de diez años”, explicó.