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"Que la gente siga haciendo su vida tranquila"

Organismos que trabajan con migrantes en EE UU abogan por una reforma migratoria que proteja a los indocumentados

Ilustración: Olga Sánchez/Confidencial.

Dánae Vílchez

20 de abril 2017

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Entre el pánico y la desinformación, muchas personas se ocultan en la ciudades de Estados Unidos, otros han dejado sus trabajos y buscan maneras de guardar su dinero en caso de ser deportados. Para la nicaragüense Brenda Ibarra, asistente legal en un despacho de abogados especialistas en migración en Boston, es necesario que las personas con estatus irregular en ese país comprendan bien cuál es su caso y qué pueden hacer para remediarlo.

Las organizaciones que trabajan con personas indocumentadas abogan por una reforma migratoria que garantice algún tipo de permiso de trabajo a personas que no poseen récord delictivo y que tengan lazos en la comunidad. El expresidente Barack Obama intentó hacerla durante su mandato, pero se vio obstaculizado por el Congreso controlado por los republicanos.

La última reforma migratoria se realizó en 1996 en la presidencia del demócrata Bill Clinton. Después de ahí, cada presidente ha desarrollado algunas acciones administrativas de acuerdo a su propio discurso y visión, aunque las leyes y las penalidades por estar ilegal siguen siendo las mismas.

“Obama deportó a un montón de personas, pero la mayoría tenían récords criminales y tenían órdenes de deportaciones anteriores. Lo que hizo Obama fue instaurar que los oficiales usaran su discreción para parar el proceso, si la persona no tenia récord criminal y tenía familia en Estados Unidos, podías quedarte con un permiso de trabajo y con monitoreo constante. Eso es lo que quitó Trump, él les ha ordenado a los oficiales que si estás en su manos te vas, si tenés orden de deportación, te vas.  No importa si sos padre de familia, igual te van a sacar”, explicó Ibarra.


Durante la administración de Obama, las políticas de discrecionalidad empujaron a muchos indocumentados a presentarse ante las autoridades migratorias para conseguir ese permiso de trabajo, que entre otras cosas les permitía un número se seguridad social. Muchos lo vieron como una oportunidad de oro.

Las personas se presentaban cada cierto tiempo ante la oficina de migración para renovar su permiso de trabajo sin problemas mayores, y mantenían en ‘stand-by’ su orden de deportación. No obstante, la visión de Trump es que esos permisos ya no se renueven, y las ordenes de deportación se cumplan.

“Los indocumentados necesitan información”

La reforma del año 96 estipulaba sanciones muy específicas para las personas que entraban a Estados Unidos de manera irregular, ya sea “mojado” o con visa de turista. La ley indica que si se ha entrado “ilegal” o con visa y se ha quedado mas de seis meses, el castigo son tres años en los que no podrá ingresar a Estados Unidos. De un año en adelante, la pena aumenta a 10 años.

Según Ibarra, esto ha impedido que muchas personas que podrían acceder a ciudadanía lo hagan, porque aunque se hayan casado con alguien que sea legal, deben salir del país durante el tiempo de la penalidad y en su mayoría no están dispuestos a abandonar a sus familias.

Ibarra explica que cada caso es distinto y que pueden ser resueltos en su mayoría, si la persona no posee récord de delitos. “No todo mundo que caiga en manos de migración es caso perdido, hay personas que tienen un familiar inmediato que es ciudadano, nunca han tenido ningún encuentro con migración y han estado aquí por más de 10 años. La ley dice que si tenés mas de 10 años de estar acá, en el momento que ICE empieza un proceso en contra tuya, tenés derecho a ir donde un juez y pedirle que cancele esa deportación basado en los sufrimientos de tu familia”, comentó Ibarra.

Sin embargo, hay casos más complicados como el de las personas que ya han sido deportadas e incumplieron sus órdenes deportación. Esas personas, según la ley, son inadmisibles para quedarse en Estados Unidos por 20 años o más.

Otros casos son lo de las personas que tienen récord delictivo, incluyendo los que han sido detenidos cuando manejan en estado de ebriedad. Para los abogados, estos representan situaciones más complicadas, que en muchos casos no tienen otra salida que la deportación.

Según el sistema estadounidense, quienes manejan alcoholizados representan un peligro para la sociedad, y ese factor pesa mucho en los procesos de deportación. “Ese es uno de los crímenes menores que más causan problemas para los indocumentados”, añade la experta.

A pesar que la situación de los indocumentados es cada vez más delicada, Ibarra expresa que las personas no deben alarmarse más de la cuenta, pues asegura que hay una estampida de personas que han sido mal informadas por algunos medios de comunicación, contribuyendo al caos y la paranoia.

“El aviso más grande de nosotros es no maneje sin licencia, en las cortes hay oficiales de migración que quizá no te estaban buscando a vos, pero ahí ya te preguntan ¿usted no tiene licencia?, con esa simple pregunta la persona dice: porque no tengo seguro social, es como una cadena de que al tener esa pregunta clave, casi automáticamente podes deducir que una persona es indocumentada. Pero que la gente siga haciendo su vida tranquila, solo intente no meterse en problemas”, manifestó Ibarra.

Lea la serie completa:

Primera parte: "Hay medio y paranoia"

Segunda parte: "El día que ganó Donald Trump me deprimí"

Tercera parte: "Todos los migrantes teníamos esperanzas en Hillary Clinton"


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Dánae Vílchez

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