14 de agosto 2022
La Policía Nacional impidió este domingo 14 de agosto que dos sacerdotes de los municipios matagalpinos de Rancho Grande y El Tuma, viajaran hacia la catedral de San Pedro, en la ciudad de Matagalpa para participar en el recibimiento de la imagen de la Virgen de Fátima. Uno de ellos fue visitado a su parroquia para informarle de la prohibición, y al otro lo regresaron en la carretera El Tuma-La Dalia.
“Nos han quitado los documentos de circulación, licencia de conducir, seguro del vehículo. Hemos quedado sin ninguna documentación del vehículo para estropear la circulación a mi persona como sacerdote”, denunció el padre Fernando Calero Rodríguez, que administra la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en Rancho Grande.
Según describió, en el retén policial había tres patrullas, estos lo detuvieron a él y a un grupo de laicos que iban para la catedral de Matagalpa, los revisaron “como que si fuésemos delincuentes”, les quitaron la documentación y les ordenaron que se devolvieran a Rancho Grande. El sacerdote también denuncia que una patrulla los siguió hasta La Dalia.
“No pasó a más, pero les invitamos a que sigamos orando porque el maligno anda atacando a la Iglesia. El maligno quiere destruir la fuerza del evangelio, esa palabra que es la verdad del mismo Jesús, que quiere anunciar la verdad del reino celestial”, reflexiona el sacerdote.
El padre Erick Díaz, párroco de la iglesia San José Obrero de El Tuma, fue “visitado” por oficiales de la Policía Nacional la mañana de este domingo para informarle que tenía prohibido viajar a Matagalpa.
“Las patrullas policiales están en el empalme de este pueblo requisando y devolviendo a todos los que se dirigían a la fiesta mariana en la catedral de Matagalpa. Rogamos a Dios para que a través de la Virgen proteja siempre a todos los sacerdotes y a la Iglesia”, denunció el religioso a través de la página de Facebook de la parroquia.
Policía prohíbe procesiones religiosas
Durante esta semana, la Policía ha impedido varias procesiones religiosas. Este sábado la Arquidiócesis de Managua tuvo que realizar una procesión en honor a la Virgen de Fátima, que concluyó su peregrinación de 30 meses en Nicaragua, dentro de la catedral metropolitana porque las autoridades prohibieron la procesión “por motivos de seguridad interna”.
Asimismo, el padre Álvaro Toledo, de la parroquia Nuestra Señora de Asunción, de Ocotal, informó a la feligresía que oficiales de la Policía Nacional le prohibieron realizar la tradicional procesión en honor a la Virgen de la Asunción que estaba programada para los días 14 y 15 de agosto.
“Quedan canceladas las procesiones del 14 y 15 de Agosto a Nuestra Señora de la Asunción una tradición donde también se recibiría la imagen réplica de la virgen de Fátima, cabe mencionar que Ocotal sería sede de la clausura del Congreso Nacional María a nivel Diocesano”, detalló el medio católico María Comunicaciones- Diócesis de Estelí.
Lo mismo ocurrió en la parroquia Cristo Rey, ubicada en Telpaneca, Madriz. “Es importante que participemos de las demás actividades previstas a lo interno del templo. Este próximo 15 de agosto, dejemos sentir en nuestros hogares el profundo amor amor a la Virgen del día de su Asunción”, informaron en sus redes sociales.
Agresiones a la Iglesia católica
El jueves 11 de agosto, el sacerdote Aníbal Manzanares denunció que la Policía Nacional le ha prohibido salir de su parroquia, en el municipio de Terrabona, departamento de Matagalpa. El religioso es asesor de la pastoral juvenil de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
Álvarez cumplió este domingo 13 días bajo secuestro policial, junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos. Todos están en el interior de la Curia Episcopal de Matagalpa, que se mantiene rodeada por un dispositivo de policías y antimotines.
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El secuestro ha sido condenado por representantes de la Iglesia católica en muchos países —incluyendo la Conferencia Episcopal de Latinoamérica y el Caribe— así como la Organización de Estados Americanos (OEA).
“Los tiranos no soportan la palabra profética que pone al descubierto su maldad y sus crímenes. Los poderosos de hoy temen a una Iglesia profética, quisieran ver a la Iglesia encerrada en la sacristía, con la boca cerrada y ojalá doblegada ante ellos”, reaccionó en su homilía, realizada desde el exilio, monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua.