27 de mayo 2023
AA
Share
La Policía Nacional, principal brazo represor de la dictadura orteguista, justificó el congelamiento de las cuentas bancarias de la Iglesia católica en Nicaragua, a través de una nota de prensa publicada este sábado 27 de mayo, después de que CONFIDENCIAL reveló los detalles de cómo se ejecutó la orden de Daniel Ortega y Rosario Murillo sin ninguna justificación oficial.
CONFIDENCIAL detalló que el congelamiento de las cuentas bancarias de las diócesis de la Iglesia católica en el sistema financiero nicaragüense fue general, y se ejecutó a nivel nacional. Primero con las cuentas bancarias de la Iglesia en Estelí, luego Matagalpa, Managua y finalmente en todo el país. Todo entre el fin de semana pasado y mediados de esta semana.
Según el comunicado de la Policía, divulgado a través de los medios de la propaganda orteguista, el viernes 19 de mayo de 2023 fueron informados de "actividad ilícita en el manejo de fondos y recursos en cuentas bancarias que habían pertenecido a personas condenadas por traición a la patria", sin precisar de quién o quiénes se trata, aunque la Policía mantiene en prisión al obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, y el pasado 23 también arrestó al sacerdote Jaime Iván Montecinos Sauceda, de 61 años, párroco de la iglesia Juan Pablo II del municipio de Sébaco, en Matagalpa.
La Policía asegura que "inició investigaciones que llevaron al hallazgo de centenares de miles de dólares, escondidos en bolsas ubicadas en instalaciones pertenecientes a Diócesis del país", sin tampoco detallar a cuáles diócesis se refiere ni porque el congelamiento de las cuentas se extendió a todo el país.
Aseguran que informaron de "los hallazgos y las investigaciones a las autoridades pertinentes que a la vez iniciaron sus propias investigaciones", sin tampoco precisar cuáles son esas autoridades, mientras la dictadura orteguista mantiene un ataque permanente contra la Iglesia católica nicaragüense. Según el comunicado policial, "de acuerdo con la Ley" procedieron a "ubicar y cancelar los actos ilícitos cometidos por personas vinculadas a esas Diócesis".
Vinculan cuentas de la Iglesia con lavado de dinero
Como resultado, dice la Policía, confirmaron "la sustracción ilegal de recursos de cuentas bancarias que se había ordenado por Ley congelar, así como otros ilícitos que todavía están siendo investigados como parte de una red de lavado de dinero que se ha descubierto en Diócesis de distintos departamentos".
Añaden que la Fiscalía General de la República, la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif) y la Unidad de Análisis Financiero (UAF) "han confirmado movimientos delictivos con fondos que, para la Diócesis, han ingresado irregularmente al país y se investigan y se han abierto procesos por todos estos delitos".
En días recientes, los sacerdotes Pastor Eugenio Rodríguez Benavides y Leonardo Guevara Gutiérrez, fueron sacados por oficiales del régimen de sus parroquias en Jalapa y Estelí, respectivamente, y trasladados a Managua a “una casa de formación” de la Iglesia católica, donde están a la “espera” que la Policía complete un proceso “investigativo” en su contra, según informó entonces la Diócesis de Estelí, a través de un comunicado.
Solicitaron documentación al cardenal Leopoldo Brenes
En la nota de prensa que no acompañan con ninguna prueba, aseguran que la Superintendencia de Bancos ha solicitado a la Conferencia Episcopal de Nicaragua y al jefe de la Iglesia nicaragüense, el cardenal Leopoldo Brenes, "la presentación de los documentos que muestren los movimientos de las cuentas bancarias de las diócesis, de manera que se cumpla en todo momento con las Leyes del país, evitando los actos ilícitos que se han venido cometiendo".
Hasta ahora, ni la Conferencia Episcopal de Nicaragua ni la Arquidiócesis de Managua --ambas a cargo del cardenal Brenes-- se han pronunciado al respecto.
Las fuentes eclesiásticas afirmaron a CONFIDENCIAL que el congelamiento de las cuentas bancarias ocurrió sin ninguna notificación oficial. La Policía asegura, sin embargo, que "se ha informado en todo momento del curso de las investigaciones y se procura aclarar e informar sobre todo lo pertinente a esta situación anómala", aunque esta es la primera comunicación que hace al respecto.
La Policía sostiene que esa "situación anómala se deriva de los actos de traición a la patria, juzgados ya, y cometidos por personajes que como políticos han violentado criminalmente todos los ordenamientos jurídicos, financieros, sociales, del Estado y el pueblo nicaragüense", sin precisar tampoco a quién se refiere, aunque el único condenado por delitos fabricados de "conspiración" y "propagación de noticias falsas" es el obispo Álvarez, contra quien el dictador Daniel Ortega también ha pronunciado virulentos discursos y acusaciones de "traidor a la patria" y "golpista".
Según la Policía, "se continúan las indagaciones e investigaciones para lograr la transparencia en el funcionamiento y manejo de las finanzas de estas instituciones". Pero hasta el momento se desconoce si rehabilitarán las cuentas bancarias de las diferentes diócesis del país.
La dictadura orteguista dirige una serie de ataques contra la Iglesia católica, que incluyen los frecuentes y virulentos discursos del dictador contra la institución. En un discurso, a finales de febrero de 2023, Ortega calificó a la Iglesia católica de ser “una mafia” que no representa los principios de Dios ni de Cristo. “Los obispos, cardenales y Papas son una mafia”, reiteró.
Obispos y sacerdotes de la Iglesia asistieron a las víctimas de la masacre orteguista contra la Rebelión de Abril de 2018. También la Conferencia Episcopal de Nicaragua y el nuncio apostólico Waldemar Stalislaw Sommertag (expulsado en marzo de 2023 de Nicaragua), mediaron en los dos intentos fallidos de Diálogo Nacional.
Además, obispos y sacerdotes se han pronunciado contra las violaciones de los derechos humanos y en demanda de libertad de los presos políticos, que incluso ha llevado a la cárcel a más de una decena de ellos, de los cuales seis permanecen condenados y encarcelados como reos de conciencia, entre ellos el obispo Álvarez, cuya voz profética incomodaba a la dictadura.
