2 de junio 2022
El sacerdote Manuel Salvador García, párroco de la iglesia Jesús de Nazareno —también conocida como El Calvario—, de Nandaime, Granada, fue apresado por la Policía Nacional este miércoles, confirmaron a CONFIDENCIAL dos fuentes cercanas a la Iglesia católica, quienes señalaron que el religioso fue trasladado supuestamente a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el Chipote.
El arresto ocurrió un día después que la batería de medios afines al Gobierno divulgara un video en el que se observa al sacerdote exaltado dentro de la parroquia, cargando un machete mientras se defiende verbalmente de un grupo de sujetos que desde afuera del templo lo amenazan con apedrearlo, y lo insultan llamándolo “asesino”.
Poco después de las 4:00 p.m. de este martes 31 de mayo, medios oficialistas empezaron una campaña difamatoria contra el sacerdote de 57 años, a través de la publicación de dos videos en el que se evidencia la actitud desafiante del religioso, al que califican de “cura machetero”.
Este miércoles, otra página de propaganda del Gobierno publicó un video de 4:50 minutos, en el que dos hombres —uno de ellos el autor del primer video e identificado como Cristian Torres— relatan que el incidente inició porque intentaron auxiliar a una mujer que supuestamente había sido agredida por el sacerdote, según el testimonio de una adolescente que salió de la casa cural, cerca de las 11:00 p.m. del 30 de mayo, pidiendo ayuda.
Sin embargo, la versión recogida por el diario La Prensa, con base a pobladores de Nandaime, refiere que el sacerdote asistió a una mujer que fue golpeada por su pareja. En efecto, en una parte del video, el sacerdote García increpa a los hombres y les dice “¿Qué sabés vos los problemas que hay entre la familia?".
Los sujetos le contestaron con una serie de ofensas: “hijueputa”, “vos sos el payaso”, “padre de mentira”, “bien drogado andás”; mientras el sacerdote, notablemente molesto, los retaba a que se atrevieran a entrar a la iglesia.
Torres aseguró que ellos llamaron a la Policía, quien solicitó al sacerdote abriera el templo, pero este se negó, asegurando que en la iglesia mandaba él. Hasta ahora, ni el padre García ni la Diócesis de Granada, encargada de la administración del templo, se han pronunciado al respecto.
La información recogida por La Prensa indica que después del incidente de los videos, el sacerdote se trasladó a su casa, en Carazo. La Policía rodeó la vivienda y lo detuvo de forma violenta, pero aún se desconoce cuál es su paradero.
Supuesta víctima
La tarde de este jueves 2 de junio, una mujer identificada como Martha Candelaria Rivas Hernández, de 44 años y habitante de Diriá, Granada, apareció en medios oficialistas y acusó —sin pruebas— al religioso de golpearla, la noche del 30 de mayo.
La mujer relató que llegó a la iglesia con sus dos hijos, una adolescente de 15 años y un varón de 11 años, a eso de las 5:00 p.m. del pasado lunes. En el templo compartió "alimentos y licor" con el cura. La supuesta agresión ocurrió mientras discutían y el sacerdote desenllavaba el portón de la iglesia, por lo que la golpeó con el candado en su ojo derecho. Sin embargo, la mujer tiene visibles moretones en ambos ojos.
Rivas Hernández aseguró que mantenía una "amistad íntima" con el padre, pero brindó tres diferentes fechas en las que supuestamente se conocieron.
Campaña sucia contra el sacerdote
En un artículo titulado "Detalles del momento: sotanas emberrinchadas", publicado este jueves en el oficialista 19 Digital, aseguran que el sacerdote García "abandonó" el tempo y huyó con "rumbo desconocido". En el texto sin firma, cuestionan la actitud del religioso, señalándolo como "el último suceso que evidencia la caída libre y en picada de la Iglesia católica en Nicaragua".
Aseguran sin pruebas, que el religioso estaba borracho. Asimismo, hacen un recuento de sacerdotes críticos del Gobierno a quienes cuestionan su conducta, sin señalar que los mismos han sido víctimas de asedio y amenazas por fanáticos orteguistas.
Según La Prensa, García padece diabetes y era reconocido por cuestionar el actuar del Gobierno de Daniel Ortega. Incluso, después de la ejecución de la operación limpieza en 2018, fue agredido por sujetos encapuchados.
El arresto del sacerdote ocurre en un contexto de ataques directos por parte del régimen orteguista contra la Iglesia católica. En las últimas semanas, el Gobierno arreció sus campañas difamatorias y persecución policial contra el obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez, quien debió refugiarse en una iglesia en Managua tras que la Policía lo asediara.
Por su parte, el sacerdote Harving Padilla, responsable de la iglesia San Juan Bautista en Masaya tuvo “parroquia por cárcel” durante nueve días, con todos los accesos al templo bloqueados por retenes policiales y bajo la amenaza de prisión por parte de agentes.
El asedio orteguista contra sacerdotes y obispos
El régimen de Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, ha mantenido un ataque frontal contra obispos y sacerdotes de la Iglesia católica, a quienes califican de “terroristas” y “golpistas” desde 2018, cuando alzaron la voz contra la represión y masacre que dejó más de 325 asesinados entre abril y septiembre de ese año, y sus templos fueron usados como refugio de cientos de estudiantes y ciudadanos.
Durante los últimos cuatro años, el régimen también ha lanzado campañas de desprestigio contra la Iglesia y sus sacerdotes, promoviendo agresiones físicas y verbales por parte de fanáticos orteguistas, como ocurrió con la profanación de la Catedral de Managua en la misa de cuerpo presente del poeta Ernesto Cardenal, en marzo de 2020.
También han amenazado con muerte a varios sacerdotes, obligándolos a exiliarse. El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, cumplió tres años fuera de su patria, el pasado 23 de abril, tras salir a solicitud del papa Francisco para protegerlo.
El padre Edwin Román, de la iglesia San Miguel, de Masaya, también sufrió junto a las víctimas mortales de la represión en Masaya y debió exiliarse por su seguridad. Igualmente, el sacerdote César Augusto Gutiérrez, de Masaya, debió salir del país por el asedio de fanáticos sandinistas.
Otras decenas de sacerdotes en diferentes territorios del país han denunciado vigilancia policial y paramilitar, especialmente, durante los mensajes que ofrecen en sus homilías. Otra forma de presión que ejecuta el régimen contra los sacerdotes ha sido la negativa de ingreso al país, como ocurrió con dos franciscanos en febrero de 2021 y recientemente, con la expulsión del máximo representante del Vaticano en Nicaragua, el nuncio apostólico Waldemar Stalislaw Sommertag, en marzo.