21 de mayo 2022
La Policía Nacional, controlada por el régimen de Daniel Ortega, bloqueó las cuatro calles que convergen con la parroquia San Juan Bautista de Masaya, dirigida por el sacerdote Harving Padilla, quien desde hace una semana ha denunciado el acoso y la vigilancia de fanáticos sandinistas y policías.
Según reportan fuentes cercanas al religioso, en la zona aledaña a la iglesia hay aproximadamente unos 30 oficiales, quienes instalaron retenes en cada esquina e impiden a la población acercarse al templo. “No dejan pasar a nadie. Los que viven cerca tienen que decir dónde viven, sino no los dejan pasar”, alertaron.
Se conoce que dentro de la parroquia se encuentra el sacerdote junto a su asistente y la secretaria de la parroquia. Debido al asedio que viven, el padre suspendió "hasta nuevo aviso" la reunión de formación de “ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión”, que se realiza cada sábado en la iglesia. El padre aclaró que en la parroquia si tienen energía eléctrica.
El padre Harving Padilla me ha reportado asedio en las afueras de la parroquia. Continúan las amenazas de detencion ilegal a los sacerdotes en Masaya. pic.twitter.com/jveH7AZhUN
— Yonarqui Martinez G (@YonarquiM) May 21, 2022
El sacerdote denunció el asedio policial y paramilitar en su parroquia desde el 15 de mayo. Según describió, ese día un grupo de uniformados llegó en dos patrullas, le tomaron fotografías durante la homilía y, a la salida, abordaron a algunos feligreses para preguntar nombres y dirección de sus viviendas.
Ante el asedio y vigilancia policial, el padre Padilla siente se le ha impuesto “parroquia por cárcel”, pues no tiene garantías de que al salir no le harán ningún daño.
“Ellos (policías) dicen que puedo salir a la hora que quiera, pero cómo voy a salir estando inseguro, con esas personas ahí, cuál es la seguridad que uno puede sentir cuando constantemente personas de civil están ahí apostadas, personas que sabemos son paramilitares, agresivos, y para evitar que ellos tengan algún confrontamiento conmigo prefiero no salir. Tengo parroquia por cárcel”, dijo este miércoles en entrevista con el programa Esta Noche.
El 18 de mayo, en Masaya, fue arrestado el excarcelado político y dirigente opositor, Yubrank Suazo, quien denunció en sus redes sociales el acoso policial que sufrió el padre Padilla. El dirigente ciudadano fue acusado este viernes por los supuestos delitos de “conspirar para cometer menoscabo” en contra del Estado.
🔴 "Volvieron con un mayor número de patrullas" denuncia el padre Harving Padilla, párroco de la Iglesia San Juan Bautista de Masaya. Las calles de acceso a la parroquia fueron cerradas por la Policía.
El obispo @DiocesisdeMat también está cercado y bajo asedio en Managua. pic.twitter.com/qaNNIzsHRU— Elmer Josué Rivas (@ElmerJRivas) May 21, 2022
“A mí golpea mucho la detención de Yubrank porque es un joven que en todas las actividades parroquiales ha estado colaborando, es muy cercano a nuestra Iglesia, a la feligresía, igual su familia, son muy conocidos y me duele la situación que están pasando. Su mamá está delicada en el hospital y la Policía entró arremetiendo contra el joven Yubrank y contra la familia”, afirmó el sacerdote.
Los medios de comunicación afines al Gobierno han divulgado un presunto audio del religioso, en julio de 2018, en el que se escucha a una persona sugerir que amarraran y escondieran incluso en un inodoro a un policía que fue asesinado y quemado en el marco de las manifestaciones antigubernamentales que estallaron hace 48 meses.
“Palabras del padre Harving Padilla, cómplice de brutal asesinato y quema de policía en Masaya”, acusó el oficialista Canal 2 en su cuenta de Twitter.
En diciembre de 2018, el religioso fue denunciado ante el Ministerio Público por dos ciudadanos por presuntamente promover e incitar al odio.
Esta semana al menos tres religiosos han sufrido acoso de parte de la Policía Nacional. Monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y encargado de la de Estelí, se encuentra refugiado en Managua haciendo un ayuno y oración para pedir por sus derechos a la libre movilización y privacidad, tras ser asediado por oficiales de la Policía Nacional.