22 de octubre 2021
El caricaturista Pedro Xavier Molina, que colabora con CONFIDENCIAL desde 2014, recibió este jueves con “gran satisfacción” y “sorpresa” el Reconocimiento a la Excelencia Premio Gabo 2021, otorgado por Fundación Gabo. El galardón, a juicio del ilustrador, viene, además de reconocer su trabajo, a “reivindicar el lugar de la caricatura dentro del periodismo”.
“Para mí fue una sorpresa… fue inesperado, no me lo esperaba, de hecho, este año había quedado con ganas de enviar algo a los concursos, tratando de incluir algo de mis trabajos en caricaturas, pero luego el tiempo que necesito para hacer otras cosas me comió y ya no pude mandar nada, así que es una gran satisfacción recibir este reconocimiento”, indicó Molina en entrevista con el programa Esta Noche.
El Consejo Rector de la Fundación Gabo consideró, según el acta del premio, que Molina es “uno de los comentaristas más persistentes e incisivos de los procesos contemporáneos de corrupción, avance del autoritarismo, retroceso de las libertades civiles y abusos contra los derechos humanos”.
Destacaron que sus obras se han "convertido en referente del ejercicio de la sátira como género que agrega valor al oficio periodístico y que realiza una importante labor de vigilancia y crítica al poder”.
El periodista galardonado valora que este tipo de premios internacionales, donde se reconoce su trabajo como caricaturista, también vienen a “reivindicar el lugar de la caricatura dentro del periodismo, lo cual me parece muy importante, muy meritorio y también algo que urgía hacer”.
Molina es el primer caricaturista que recibe el Reconocimiento a la Excelencia Premio Gabo, que otorga el Consejo Rector de Fundación Gabo cada año desde 2013. Además, ha sido galardonado con premios como el Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, que recibió en julio de 2019; y el premio a la Excelencia en Caricatura de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en 2018.
El ilustrador afirma que desde que empezó a ejercer, a los 19 años, nunca lo hizo pensando en “ganar premios internacionales”, sino que “quería que mi trabajo se conociera, que pudiera vivir de él, que tuviera un público, una audiencia”, aunque destaca que todo lo que ha recibido hasta la fecha le “alegra, no solo porque sea para mí, sino porque reconocen la importancia de la caricatura”.
Explicó que para lograr los resultados que hasta ahora tiene no existe una fórmula matemática, aunque destacó que siempre busca ser “honesto” y que desde pequeño, “para bien o para mal, he tenido eso de dar una opinión, cuestionar o preguntar… Siempre he sido curioso, me cuestiono por qué las cosas son como son, por qué no son de otra manera”.
Recibe premio en contexto represivo
Molina recibió el premio de Fundación Gabo justamente cuando en Nicaragua se registraron nuevas detenciones, ordenadas por el régimen Ortega-Murillo. El caricaturista afirma que al enterarse del encarcelamiento de Michael Healy y Álvaro Vargas, presidente y vicepresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), respectivamente, recordó que recientemente hizo una historieta donde "criticaba al Cosep y su estrategia de silencio, silencios que hablan, silencios que comunican, y el papel que estaban teniendo y el temor que tiene toda Nicaragua de que se vayan a prestar eventualmente a otro pacto corporativista, como el que ya tenían con la dictadura, luego de las elecciones (del 07 de noviembre) con esta invitación de diálogo poselectoral que está haciendo el dictador (Daniel Ortega)”.
El caricaturista consideró que el mensaje que dejan estas nuevas detenciones es que “nadie, absolutamente nadie, está libre de peligro en Nicaragua, ni porque hable mucho ni porque se calle un montón, porque eso es lo que estaba haciendo la gente del Cosep, callándose un montón, y de todos modos se los han llevado”.
Destaca que ambas detenciones “son condenables”, al igual que el encarcelamiento de los más de 150 presos políticos que mantiene encarcelado el régimen orteguista, y en sus trabajos, aunque haya ciertas diferencias o críticas con sectores de poder, “cuando hay una injusticia, es una injusticia y punto, no importando quien sea esa persona o a quién representa”.
Resistiendo desde el exilio
Molina está en el exilio desde diciembre de 2018 en Estados Unidos y, desde ese país, continúa colaborando con CONFIDENCIAL; con caricaturas diarias y una historieta semanal, denunciando sistemáticamente la crisis sociopolítica que atraviesa el país.
El caricaturista explicó que quedarse en Nicaragua suponía, para él, ser callado, encarcelado o agredido físicamente, por lo que decidió salir del país y preservar los espacios de crítica y de denuncia en los que está acostumbrado a trabajar.
“Estos espacios de crítica, de denuncia, incluso de debate ciudadano y político, son preciosísimos y hay que preservarlos, resguardarlos y hay que ejercerlos”, indicó.
Afirma que desde que CONFIDENCIAL abrió un espacio para la caricatura, en 2014 con su llegada, se ha sabido usar e “identificar el humor como vehículo para la crítica, para la denuncia, para promover el debate”. Por lo cual, consideró que otros medios de comunicación deberían “abrirse a explorar el humor como mecanismo de comunicación para ideas serias”, puesto que a través de estas se puede alcanzar a las audiencias en menos tiempo.
La expectativa de Molina para los próximos años es “seguir haciendo mi trabajo, porque yo creo que al final el premio más grande que uno puede tener en esta profesión es seguir activo, tener una razón y una forma que te garantice seguir haciendo esto”.
Reveló que en su mente la caricatura que quiere y continúa esperando hacer, desde 2018 que surgió la idea, es de “cuando (Daniel) Ortega caiga, porque va a caer, a mí no me cabe duda, no es que yo sea optimista, pero la historia me lo dice”. Rescata que “el problema es que yo quisiera que no tuviéramos los nicaragüenses que pagar los altísimos costos que ya hemos pagado en otros momentos de la historia para que las dictaduras caigan”.