8 de marzo 2022
En el acta del jurado del XV Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, de España, que reconoce la trayectoria de la periodista nicaragüense Patricia Orozco, se destaca su compromiso y valentía en el ejercicio profesional. Cualidades que ha cultivado durante sus treinta años de carrera, informando “con perspectiva de género, en defensa de los derechos humanos, la justicia social y la igualdad”, y que en este Día Internacional de la Mujer la colocan como referente del periodismo nacional.
Orozco, que fue galardonada el pasado 4 de marzo, valora que el premio es un reconocimiento a la lucha del periodismo independiente de Nicaragua por continuar informando a pesar de la censura y el estado policial de facto, que la ha hecho reflexionar en “el compromiso que tenemos (los comunicadores) con el país, con la ciudadanía, con la gente que aspira a vivir en una democracia”, de seguir denunciando los abusos de poder.
Los nicaragüenses “siguen aspirando a vivir en democracia”, enfatiza Orozco. “Desde los tiempos de Pedro Joaquín Chamorro, que dijo que Nicaragua volvería a ser república, ha estado presente en el periodismo el anhelo por una sociedad democrática”, y todas “las sociedades democráticas están avaladas por un periodismo en libertad, por la libertad de prensa, y eso creo que es lo que reconoce este premio, la (lucha por la) libertad para ejercer la profesión”, agrega.
Paradójicamente en Nicaragua se siguen cerrando los espacios de libertad, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo infunde “temor” y “terror” entre la ciudadanía, que es a su vez fuente de información. Por esa razón —valora Orozco— “deberíamos promover, desde el periodismo, un poco de esa aspiración de vivir en una sociedad democrática”.
La participación de las mujeres
En ese sentido, valora Orozco, las mujeres han tenido un rol protagónico en la sociedad nicaragüense. “Recuerdo que el movimiento de mujeres hace ya como diez años hablaba de una dictadura y de presas políticas, pero había algún temor en la ciudadanía de reconocerla como tal”.
Asimismo, la periodista apunta que en los últimos cinco años las mujeres han aumentado su participación como redactoras. “Han pasado, a la par de colegas varones, a jugarse la cara, a jugarse la vida para ejercer la profesión”, que cada vez se vuelve más riesgosa en el país.
Si bien “a la hora que (los agresores) tiran balas o bombas frente a las manifestaciones lo hacen indistintamente contra mujeres y hombres, hay una suerte de acoso sexual también alrededor del cuerpo de las mujeres por medio de las esferas cercanas a la dictadura. Las instituciones que reprimen, cuando ven que son cuerpos de mujeres, surge el tema del abuso sexual”, comentó Orozco.
A juicio de la periodista, el desafío de las mujeres es “continuar luchando” desde donde sea posible, “para que los derechos de mujeres y hombres sean válidos, para que los derechos de las mujeres sean reconocidos y no solo reconocidos sino que sean vigentes”. En ese sentido, “no puede quedarse la lucha como la dictadura quiere, incompleta, u olvidarse de ella”.
Resistiendo desde el exilio
Orozco se encuentra en el exilio, desde donde continúa informando sobre la crisis sociopolítica de Nicaragua. Su compromiso con el periodismo independiente le valió continuos ataques, hostigamientos, amenazas y hasta la confiscación de su vivienda en Managua.
“Tuvimos que salirnos (del país) a escondidas, caminando por veredas”, explica Orozco. “Estamos haciendo periodismo con las uñas, como se puede. Las fuentes tienen miedo de hablar, no hay acceso a los eventos públicos... Pero que vale más la opinión de la ciudadanía que la de cualquier representante de la dictadura, que solo dice mentiras”, subraya.