1 de julio 2023
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La Policía orteguista irrumpió la medianoche de este domingo 2 de julio la casa de las hermanas de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, radicadas en León, que ya tenían previstos salir la semana próxima de Nicaragua, según habían confirmado las religiosas a través de una llamada telefónica realizada por CONFIDENCIAL. "Se las llevaron con rumbo desconocido", denunció la abogada e investigadora, Martha Patricia Molina.
La puerta de la casa donde habitaban las religiosas fue forzada, constató una fuente afín a la orden. Las religiosas habían señalado a este medio de comunicación que no tenían autorización para brindar información sobre los motivos de su partida. Sin embargo, una fuente cercana a las cuatro religiosas de origen brasileño, afirmó que el Ministerio de Gobernación (Migob) no renovó sus residencias, por lo que decidieron dejar el país y seguir su ministerio en El Salvador. La orden católica pertenece a una Fraternidad Franciscana, fundada en Brasil por el sacerdote Gilson Sobreiro.
Se caracterizan por ser multivocacional y estar integrada por personas consagradas, sacerdotes y laicos. Tienen presencia en 14 países, incluida Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, se lee en su sitio web. Las religiosas llegaron hace siete años a León, donde se han dedicado al servicio de los pobres, a través del suministro de alimentos, vestuario y oración.
“Deciden salir porque no les extendieron el permiso de estadía. Su obra era alimentar a los indigentes, proveerles ropa y otros víveres”, señala la fuente bajo anonimato por su seguridad. “Ellas -las hermanas- les comunicaron un día de entrega de ayuda a los que llegan que ya no iban a estar en el país, pero no le dijeron cuáles eran las razones específicas”, agregó.
El pasado 23 de febrero, las hermanas recordaron con gratitud su arribo a Nicaragua en 2016. “Gratitud a nuestro amado Dios por darnos la gracia de permanecer en estas hermosas tierras, gracias a todos los que de alguna manera han formado parte de nuestra historia a lo largo de estos siete años. ¡Todo de Jesús!”, se lee en su cuenta oficial en redes sociales.
Más de 80 religiosos expulsados por el régimen orteguista
Con la salida de estas hermanas se estiman en 84 religiosos -entre sacerdotes y monjas- que han tenido que irse del país obligados por la dictadura orteguista desde 2018 a la fecha. El régimen ha utilizado diferentes mecanismos de presión, como exilio, negativa de ingreso al país o no renovarles su residencia en un contexto marcado por múltiples ataques contra la Iglesia católica.
Se estima que 44 religiosos y 40 monjas han salido del país en estos últimos cinco años, pero con mayor énfasis, entre 2022 y el presente, según una actualización de datos con base a las cifras recolectadas por la investigadora Martha Patricia Molina. La especialista agregó que en el caso de las religiosas expulsadas, la cifra “es prácticamente simbólica” porque, generalmente, ellas no denuncian sus casos. Sin embargo, es confirmado que desde enero de 2021, el Migob mantiene un férreo control de los extranjeros residentes en Nicaragua, sean laicos o religiosos.
En varios casos de religiosos extranjeros, el Migob no les ha renovado su residencia, lo que implica una expulsión de facto, ya que los afectados sí cuentan con los requisitos solicitados por las autoridades, pero no hay forma de apelar la decisión tomada.
Persecución contra órdenes de religiosas
Las primeras en ser expulsadas por el régimen orteguista fueron 18 Misioneras de la Caridad, orden fundada por Madre Teresa de Calcuta, el 6 de julio de 2022. En este año, una decena de monjas trapenses salieron el 24 febrero, después de 22 años de presencia en el país. Su salida ocurrió diez días después que el régimen les confiscó el monasterio que habían construido en San Pedro de Lóvago, Chontales.
Asimismo, tres monjas de la congregación las Hermanas Dominicas de la Anunciata, quienes dirigían el asilo de ancianos López Carazo y el colegio Susana López Carazo en la ciudad de Rivas, se fueron el 12 de abril de 2023.
Y poco antes de las religiosas franciscanas de León, las más recientes habían sido tres monjas de la orden Hijas de Santa Luisa de Marillac en el Espíritu Santo, el pasado 29 de mayo, luego que la dictadura les confiscó un colegio que dirigían en San Sebastián de Yalí, Jinotega, fundado hace 31 años.
En el más reciente informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Nicaragua destaca por ser el único país de América calificado como “perseguidor” de los católicos, superando a los regímenes de Venezuela y Cuba, incluidos en el grupo de países que “discriminan” a la población por su libertad religiosa. En el mismo documento, señalaron que ha aumentado el número de comunidades religiosas mayoritarias que sufren persecución.
Estas acciones represivas forman parte de una serie de hostilidades contra la Iglesia, cuyas cuentas bancarias fueron bloqueadas por la Policía debido a una supuesta investigación por lavado de dinero. La jerarquía católica sigue guardando silencio, pese a que más sacerdotes y religiosas están siendo víctimas de persecución estatal.
