24 de agosto 2022
Luego de 48 horas de que el papa Francisco expresó su “preocupación” por la persecución a la Iglesia católica en Nicaragua e instó a “un diálogo abierto y sincero”, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no se ha pronunciado sobre el tema, por lo que analistas aseguran que “no existe interés” genuino de solucionar las cosas.
El mensaje del papa Francisco se dio en atención al llamado de la comunidad internacional, en un momento en que el régimen Ortega-Murillo mantiene secuestrados al obispo de Matagalpa, Rolando José Álvarez, siete sacerdotes y dos seminaristas; para pedir el cese de la escalada represiva contra la Iglesia. Pero sus palabras no han tenido eco en las autoridades del régimen.
“Sigo con preocupación y dolor la situación de Nicaragua. Quisiera expresar mi convicción y mi esperanza de que, a través de un diálogo abierto y sincero, se puedan seguir encontrando las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”, dijo el pontífice a la hora del Ángelus el pasado domingo 21 de agosto.
Sin embargo, este lunes 22 y martes 23 de agosto ni la vicepresidenta, Rosario Murillo, en sus monólogos de mediodía, ni el canciller, Denis Moncada, que asistió el lunes a una actividad del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica) en El Salvador, se refirieron al mensaje del Papa. Ortega, por su parte, no comparece en público desde el pasado 16 de agosto.
Régimen no tiene “voluntad” de dialogar
Para la defensora de derechos humanos, Martha Patricia Molina, quien ha estudiado los ataques a la Iglesia en los últimos cuatro años, el silencio del régimen muestra que “nunca” ha tenido “voluntad de dialogar de manera transparente”.
“Nicaragua es un Estado criminal liderado por una familia enferma de poder que vulnera derechos humanos a diario y no han demostrado nunca voluntad de dialogar de manera transparente. Ortega solo negociará con pares, o sea con personas delincuentes”, apuntó la abogada.
Molina también enfatizó que el llamado al diálogo del papa Francisco es positivo, pero se debe valorar que él habla en su calidad de pastor y “eso no significa que debemos alejarnos de la reparación y justicia” para las víctimas del régimen.
También el sociólogo Humberto Belli, manifestó el domingo, horas después de la declaración de Francisco, que la Iglesia ha puesto “la pelota en la cancha” de Ortega y Murillo. Aunque valoró que al mensaje de Francisco le faltó “garra”, también tiene algo “positivo”.
“La parte positiva que veo es que, al llamar al diálogo —que el Papa no puede dejar de hacerlo, ni nadie puede renunciar al mismo, sería al menos idealmente la solución de la mayor parte de la crisis—, le está poniendo la pelota en la cancha al Gobierno. La Iglesia ahora oficialmente está llamando al diálogo. Ahora le toca al Gobierno dar una iniciativa. Bueno, voy a soltar a los presos como una expresión del diálogo, voy a crear una nueva mesa de interlocución, voy a sacar (de prisión) a algunos representantes de la oposición para hablar con ellos”, dijo Belli.
“Si el Gobierno se queda callado, está rechazando el diálogo y, si abre las puertas de una forma insuficiente, igual. Veo positivo que el Papa expresó preocupación. Es un término que no han usado nuestros obispos”, continuó Belli durante una entrevista en el programa Esta Semana.
Clero diocesano de Estelí señala al régimen
Mientras tanto, este martes el clero de la Diócesis de Estelí, que aglutina a las parroquias de los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia, se pronunció en contra de la represión del régimen de Ortega y Murillo, que persigue y criminaliza la labor profética de la Iglesia católica de Nicaragua.
En una carta dirigida al Gobierno, el clero señala al régimen de ser el responsable de “crear zozobra y el desorden en este país”, y no la Iglesia, mucho menos el obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, monseñor Rolando Álvarez, quien está siendo investigados presuntamente por “organizar grupos violentos para desestabilizar al Estado”.
“¿Qué quieren? ¿Qué están haciendo? Les hacemos un llamado a la conversión y a dejar de fastidiarnos la vida, ¡déjennos trabajar en paz! Liberen al obispo, los sacerdotes y los laicos y el Señor se apiadará de ustedes, si es que se convierten de corazón”, cita la carta del clero diocesano de Estelí.
El pronunciamiento condena la persecución contra sacerdotes en los últimos meses, como el caso del asedio contra el padre Harving Padilla en Masaya, y el sacerdote Uriel Vallejos en Sébaco, los otros religiosos encarcelados: Óscar Benavidez, Manuel Salvador García, y monseñor Leonardo Urbina.
Además, cuestionan el cierre de organizaciones no gubernamentales sin fines de lucro que son parte de la labor pastoral y social de la iglesia, como la familia padre Fabretto, Cáritas de Estelí, y la expulsión del país de las hermanas misioneras de la caridad de la orden Madre Teresa de Calcuta.