21 de noviembre 2021
“Seguimos en la lucha, esto es parte del proceso, aquí nadie se raja”; “Les hago el llamado a mantener la esperanza, a mantener la movilización, a que la indignación se convierta en acción”; “No nos vamos a callar”, fueron las últimas palabras de Ana, Suyén y Tamara antes de ser arrestadas por la Policía orteguista y llevadas a El Chipote hace más de cinco meses.
Las presas políticas Tamara Dávila, Dora María Téllez, Ana Margarita Vijil, y Suyén Barahona, integrantes de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), antes Movimiento Renovador Sandinista (MRS), cumplieron más de 160 días en celdas de aislamiento en “el nuevo Chipote”, donde permanecen recluidas junto a otros 35 presos políticos que fueron capturados en el marco del proceso electoral en Nicaragua.
“El régimen de tortura a través del aislamiento sistemático, a través de la incomunicación prolongada, siempre se mantiene”, denunció Ana Lucía Álvarez, hermana de Tamara y sobrina de Ana Margarita.
Mientras los demás reos de conciencia comparten celdas con otros compañeros, las cuatro dirigentes de Unamos son las únicas presas políticas que están en condición de aislamiento e incomunicación permanente.
Dávila lleva más de cinco meses en una celda de confinamiento solitario completamente sellada, donde no tiene acceso a material de lectura, ni a noticias actuales u otras actividades que la vinculen al mundo exterior.
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“Es particularmente preocupante la situación de Tamara, porque ella además de estar aislada e incomunicada, está en una celda de aislamiento y de castigo, que es una celda que está empernada”, explicó su hermana.
Vijil se encuentra sola en una celda con barrotes, pero aun así, “no le es permitido hablar o tener contacto visual con otras personas”.
Peltier Barahona, hermano de Suyén Barahona, señaló que la activista “vive una condena”, y que están preocupados por su salud física y emocional.
Tortura y crueldad
Defensores nacionales e internacionales de derechos humanos señalan que estos casos constituyen actos de “tortura agravada”.
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez de Escorcia, advirtió que la situación de tortura de las cuatro presas políticas “es indescriptible”, ya que sobrepasa las normas nacionales e internacionales que rigen el trato que debe existir en un régimen penitenciario.
Paulo Abrão, ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), afirmó que, en el caso de las cuatro activistas, el Estado de Nicaragua violenta las reglas mínimas de los principios de Mandela, que establecen que “todo recluso debe ser tratado con respeto y dignidad”.
“Está claro que el régimen (Daniel) Ortega y (Rosario) Murillo está tomando medidas de crueldad excesiva, de venganza, en contra de estas cuatro mujeres”, declaró Bianca Jagger, fundadora y presidenta de la Fundación Bianca Jagger Pro Defensa de los Derechos Humanos.
Además de permanecer en celdas de total confinamiento, las opositoras han sido víctimas de otros actos de torturas, como la privación de alimentos, amenazas, e interrogatorios constantes.
“Los interrogatorios han persistido, y sus interrogadores son el único contacto que tienen con otro ser humano”, relató Álvarez.
La represión y la tortura del régimen hacia las cuatro activistas políticas se extiende también a sus familiares.
“A veces preguntan por ciertas amistades, por ciertos familiares, y eso también representa una agresión, porque son formas indirectas de amenaza, donde ellas quedan en un estado de alerta y preocupación por sus seres queridos”, agregó la hermana de Tamara.
Privadas de ver a sus pequeños hijos
A Dávila y Barahona, el régimen les ha impedido el derecho elemental de comunicarse con sus hijos. Barahona es madre de un pequeño de cuatro años que no ve desde que fue apresada. “El hecho de que la estén privando de la crianza de su hijo, que es un derecho que ella tiene como madre, es realmente cruel”, denunció su hermano.
La hija de cinco años de Dávila, quien se encontraba con ella en el momento de su detención, pregunta constantemente por su mamá. “El Estado está privando no solo a Tamara de tener una relación con su hija, sino también a su hija de tener una relación con su mamá”, afirmó Ana Lucía.
Núñez alertó que esta privación, además de ser un acto de tortura para ellas como madres, constituye una violación de las normas que rigen los Derechos del Niño en el ámbito nacional e internacional.
“Dónde está ese compromiso que asumieron al suscribir la Convención sobre los Derechos del Niño”, criticó la defensora de derechos humanos al Gobierno de Nicaragua.
Un acto de venganza de Ortega y Murillo
Los familiares y activistas de DD. HH atribuyeron estos actos de tortura a una “venganza política” de Daniel Ortega y Rosario Murillo, por el desafío que ha representado el antes llamado MRS.
Téllez es una exguerrillera sandinista que en 1995, desencantada con el rumbo autoritario y el caudillismo del FSLN, fundó el MRS junto con el escritor Sergio Ramírez y otros disidentes sandinistas. Además, ha sido una abierta crítica de las arbitrariedades y abusos del Gobierno orteguista.
Vijil es una activista, feminista y defensora de derechos humanos en Nicaragua. Fue presidenta del MRS entre 2012 y 2017, y en 2018 se involucró activamente en la lucha por la democracia en Nicaragua.
Dávila, de 41 años, participó en las protestas antigubernamentales de 2018. En 2020, fue elegida como miembro del Consejo Político de la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), y también como integrante del Directorio de la Coalición Nacional.
Barahona es una activista política de trayectoria, feminista y actual presidenta del Movimiento Unamos. En 2015, denunció junto al MRS la farsa electoral de Ortega y Murillo.
“Nosotros sabemos de la motivación política, especialmente en contra de estas mujeres, que representan la lucha de la resistencia histórica del movimiento revolucionario sandinista”, indicó Abrão en una entrevista con Confidencial Radio.
Núñez coincidió con Abrão, y subrayó que la crueldad del régimen “es parte de la venganza de quienes han sabido mantener los principios de la revolución”.
Llamado internacional
Organismos nacionales e internacionales de derechos humanos han demandado el cese a la tortura agravada y la liberación inmediata de las cuatro presas políticas, así como del resto de reos de conciencia.
“Quiero hacer un llamado antes de terminar, para demandar el cese de la tortura y el aislamiento en la cárcel, de las mujeres presas políticas”, expresó la comisionada Antonia Urrejola, durante la presentación del informe “Dictadura y represión en Nicaragua: Lucha contra la impunidad”, el pasado 18 de noviembre.
“Quiero denunciar las atrocidades que se están cometiendo en contra de estas cuatro mujeres y en contra de todos los prisioneros políticos en Nicaragua. Le pido a la comunidad internacional que nos apoye a liberar a todos los prisioneros políticos que están sufriendo”, demandó Jagger.
A pesar de permanecer más de 160 días bajo un régimen de tortura, Tamara, Ana Margarita, Suyén y Dora María, permanecen firmes y fuertes, aseguraron sus familiares.
Espere la versión de video de este reportaje en el programa Esta Semana, este domingo 21 de noviembre por nuestro canal de video en YouTube.